CREDENCIALES ARROLLADORAS El “esclavo fiel y discreto” tiene - TopicsExpress



          

CREDENCIALES ARROLLADORAS El “esclavo fiel y discreto” tiene credenciales abundantes. A continuación se da una lista parcial de designaciones bíblicas y proféticas que aplican al resto de los seguidores ungidos de Cristo, o están representadas en éstos, desde el notable año de 1919: (1) La esposa de Noé, Gén. 7:7; (2) Los ángeles enviados a Lot, Gén. 19:15; (3) Rebeca, Gén. 24:64; (4) José y Benjamín, Gén. 45:14; (5) las rebuscas que quedaban atrás, Lev. 19:9; (6) los dos espías que fueron a donde Rahab, Jos. 2:4; (7) Barac, Jue. 4:14; (8) Jefté, Jue. 11:34; (9) Noemí y Rut, Rut 2:2; (10) los guerreros israelitas de David, 2 Sam. 18:1; (11) Jehú, 2 Rey. 10:11, 15; (12) Mardoqueo y Ester, Est. 4:13; (13) Job, Job 42:10, 13; (14) la hija del Rey, Sal. 45:13; (15) los hombres de bondad amorosa, Sal. 50:5; (16) el grupo íntimo, Sal. 89:7; (17) Sear-jasub, Isa. 7:3; (18) la luz de las naciones, Isa. 60:3; (19) los árboles grandes de justicia, Isa. 61:3; (20) los ministros de nuestro Dios, Isa. 61:6; (21) el racimo preservado, Isa. 65:8; (22) los siervos llamados por otro nombre, Isa. 65:15; (23) los hombres que tiemblan ante la palabra de Dios, Isa. 66:5; (24) la nueva nación que nace, Isa. 66:8; (25) Jeremías, Jer. 1:10; (26) el pueblo de Jehová en un nuevo pacto, Jer. 31:33; (27) el atalaya perseverante, Eze. 3:16-27; (28) el hombre vestido de lino, Eze. 9:2; (29) el pueblo limpio, Eze. 36:29-32; (30) los moradores en el centro de la tierra, Eze. 38:12; (31) el ejército de los cielos, Dan. 8:10; (32) el santuario restaurado (limpio), Dan. 8:14; (33) los que son sabios, Dan. 11:33; (34) el feliz que se mantiene en expectativa, Dan. 12:12; (35) toda carne que recibe el espíritu, Joel 2:28; (36) Jonás, Jon. 3:1-3; (37) el globo del ojo de Jehová, Zac. 2:8; (38) el resto liberado, Zac. 2:7; (39) un judío, Zac. 8:23; (40) los hijos de Leví, Mal. 3:3; (41) el trigo, Mat. 13:25; (42) los hijos del Reino, Mat. 13:38; (43) los trabajadores de la viña, Mat. 20:1; (44) los invitados al banquete de bodas, Mat. 22:3-14; (45) los escogidos, Mat. 24:22; (46) las águilas, Mat. 24:28; (47) el esclavo fiel y discreto, Mat. 24:45; (48) las vírgenes discretas, Mat. 25:2; (49) los hermanos del rey, Mat. 25:40; (50) el rebaño pequeño de ovejas, Luc. 12:32; (51) Lázaro el mendigo, Luc. 16:20; (52) las ovejas de “este redil,” Juan 10:1-16; (33) los sarmientos de la vid, Juan 15:4; (54) el palacio real de David, Hech. 15:16; (55) los herederos con Cristo, Rom. 8:17; (56) el resto, Rom. 11:5; (57) las ramas del olivo, Rom. 11:24; (58) los santos, 1 Cor. 6:2; Rev. 16:6; (59) el templo, 1 Cor. 6:19; (60) la nueva creación, 2 Cor. 5:17; (61) los embajadores por Cristo, 2 Cor. 5:20; (62) la congregación de Dios, Gál. 1:13; (63) parte de la descendencia de Abrahán, Gál. 3:29; (64) el Israel de Dios, Gál. 6:16; (65) el cuerpo de Cristo, Efe. 1:22, 23; (66) los soldados de Cristo Jesús, 2 Tim. 2:3; (67) la casa que está bajo Cristo, Heb. 3:6; (68) el sacerdocio santo, 1 Ped. 2:5; (69) la nación santa, 1 Ped. 2:9; (70) la asociación de hermanos, 1 Ped. 2:17; (71) las siete congregaciones, Rev. 1:20; (72) las veinticuatro personas de mayor edad, Rev. 4:4; (73) el Israel espiritual, Rev. 7:4; (74) las langostas, Rev. 9:3; (75) los dos testigos, Rev. 11:3; (76) los dos olivos, Rev. 11:4; (77) la descendencia de la mujer, Rev. 12:17; (78) la Nueva Jerusalén, Rev. 21:2; (79) la novia de Cristo, Rev. 22:17; 19:7; (80) los testigos de Jehová, Isa. 43:10.[12] El verdadero factor “arrollador” es que cada uno de los puntos de esta lista de “credenciales” depende enteramente de la interpretación peculiar de la organización para hacer que sea una “credencial”. Este razonamiento circular es comparable a un hombre que dice: “Yo soy la persona más grande de toda la historia humana, y tengo las credenciales que lo demuestran. Sólo miren la lista de estos hombres y mujeres famosos del pasado, y luego lean mis escritos en donde yo he aplicado a mí mismo todo lo que se ha dicho de ellos”. ¿Qué persona normal que estuviese leyendo, por ejemplo el relato bíblico en donde aparece la primera persona de la lista (la esposa de Noé) diría: “Sí, ciertamente esta es una credencial que identifica a los Testigos de Jehová ungidos desde 1919 como “el esclavo fiel y discreto”- o por la misma premisa cualquiera de las 79 personas que aparecen en la lista (tales como “los ángeles enviados a Lot”, “José y Benjamín” “los dos espías que fueron a donde Rahab”, “el grupo íntimo”, etc.) y cosas (tales como “las rebuscas que quedaron atrás”, “la luz de las naciones”, “el racimo preservado” etc.)? En realidad es cínico—irrespetuoso con la inteligencia de las personas—el que se les pida aceptar esa lista arbitraria como “credenciales arrolladoras” de cualquier cosa. Y es una muestra del grado de adoctrinamiento logrado entre sus miembros, el que una organización se atreva a publicar tal material como “credenciales”, sin sentir profunda vergüenza personal. Relación con Dios sólo a través de una organización Este concepto, que se refuerza con frecuencia sugestiva, es esencial para mantener el control casi total que hoy es tan notable entre los Testigos de Jehová. Una y otra vez se les insiste a los Testigos de Jehová que Dios no se relaciona con individuos fuera de una organización. Considere el tipo de argumentación utilizada para sustentar esta opinión en las mentes de los Testigos. Note el primer párrafo de un artículo sobre “Organización” que apareció en La Atalaya de 15 de agosto de 1981: Es extraño, pero en esta era de elevada inteligencia muchos se han dejado llevar por dudas en cuanto a que Dios tenga una organización. Algunos vacilan, sí, ahora temen usar la expresión “organización de Dios,” porque han notado que su traducción de la Biblia no usa la palabra “organización” respecto a Dios, o en absoluto. Recuerde ahora, los puntos enunciados en la revista ¡Despertad! 8 de febrero de 1979 (página 4) sobre el poder de la propaganda (aplicados allí a ciertos defensores de creencias evolucionistas): . . . hasta personas bien instruidas, refinadas, son víctimas de un tipo de propaganda muy injusto y falso. Este tipo de propaganda asume un porte de superioridad que descarta el punto de vista del oponente y lo trata como algo muy patético que en realidad no merece la atención. … personas que se supone que sean inteligentes y no saben nada de la teoría la creen debido a que “todas las personas inteligentes la creen.” Compare estos puntos válidos con el párrafo de La Atalaya antes mencionado. Comienza presentando como “extraño” en esta “era de elevada inteligencia” el que alguien no se sienta inclinado a pensar en la familia celestial y terrenal de Dios en términos de “organización”—la clase de organización que defiende la Sociedad Watch Tower. Si estas palabras aparecieran después de la evidencia demostrativa de que tienen una aplicación válida, no habría objeción. Pero se utilizan antes de tal evidencia, se emplean al inicio de la discusión y sirven para un solo propósito: el sesgar la mente del lector aún antes de que se considere la evidencia. El artículo continúa representando a tales personas con “temor” de utilizar la expresión “organización de Dios”, simplemente porque no aparece en las Escrituras. En un único párrafo encontramos ejemplos de una “maniobra de distracción” para desviar la atención del verdadero asunto, la sustitución del hecho real por un “hombre de paja”, combinado todo con un ataque ad hominem, al despreciar a cualquiera que difiera del punto de vista de la Sociedad Watch Tower, presentándolo como una anomalía en una era de elevada inteligencia. Este artículo, al igual que el artículo precedente de La Atalaya, está basado en la conferencia presentada por el presidente de la Sociedad Watch Tower en la reunión anual de la corporación en 1980. (Esto sucedió solo unos meses después del alboroto considerable que tuvo lugar en las oficinas centrales, que resultó en la expulsión de algunos sus miembros, incluyendo a Edward Dunlap, un miembro prominente del Departamento de Redacción por mucho tiempo, y anterior encargado de la Escuela de Galaad de la Sociedad Watch Tower, y que originó la sesión del Cuerpo Gobernante que resultó en mi dimisión de ese Cuerpo). El presidente inició su conferencia ante los miembros reunidos de la corporación así: Ahora, se ha señalado que la palabra “organización” no aparece en las Escrituras Inspiradas, la Biblia. Ustedes pueden consultar cualquier traducción que quieran, cualquiera de las traducciones modernas y encontrarán que el término “organización” esta ausente. Así es que en vista de los hechos, ¿qué derecho tienen ustedes o yo para decir que Dios tiene una organización? Ahora ésta es una gran pregunta que ha sido lanzada para discusión en meses recientes, y ciertamente merece una respuesta, consecuente con la realidad del caso. Hubiese sido refrescante el obtener una respuesta consecuente con la realidad del caso. La realidad es, sin embargo, que el asunto verdadero, la gran cuestión en las mentes de muchos de los Testigos de Jehová no fue la que presentó el presidente. La que presentó en su introducción, termina siendo un ejemplo clásico de “hombre de paja”. Ni yo, ni Edward Dunlap o cualquiera de los otros miembros que conozco, estabamos preocupados principalmente por la aparición de la palabra “organización” en la Biblia. Ni es esa la preocupación actual de numerosos Testigos o anteriores Testigos. No están preocupados sobre si es permisible o apropiado utilizar este término para describir los arreglos de Dios para sus seguidores en el cielo o en la tierra. No desafían el “derecho” de nadie a hacer eso. Lo que les preocupa son las alegaciones sobre una autoridad total, de elevada superioridad, y las exigencias de aceptación y sumisión incuestionables, que proclama la organización Watch Tower. Están preocupados por la alegación de que Cristo Jesús, la cabeza de la congregación, se propusiera y guiara el desarrollo de una organización altamente estructurada, con grados sucesivos de posiciones de autoridad, yendo desde los cuerpos de ancianos a superintendentes de circuito, superintendentes de distrito, superintendentes de sucursales, miembros de comités de sucursales y terminando en la sede internacional de autoridad, el Cuerpo Gobernante. Se preocupan por la validez bíblica de estos alegatos organizacionales, pero principalmente de que se afirme que la pertenencia y subordinación a tal organización sea absolutamente esencial si uno quiere tener una relación con Dios y Cristo. Por lo tanto, la pregunta no es si el mero término “organización” es bueno o malo en sí mismo, aceptable o inaceptable. Es si el concepto organizacional de la Sociedad Watch Tower, su aproximación, su control, y su espíritu concuerdan con las enseñanzas de Jesús y son representativos de la congregación cristiana establecida en el primer siglo. También pueden estar preocupados por el estrecho paralelo que existe entre esta estructura de autoridad, con un énfasis desmesuradamente fuerte en la autoridad humana, y los desarrollos que la historia religiosa revela que sucedieron durante el segundo y tercer siglo de la era común, período que la Sociedad Watch Tower señala como el tiempo inicial de la apostasía del cristianismo primitivo. Ignorar esta preocupación es ignorar “la realidad del caso”, realidad que no fue afrontada ni respondida en la conferencia del presidente, ni de manera franca ni de ninguna otra. Por medio de hacer de la mera ausencia de la palabra “organización” de la Biblia la cuestión principal, se esquivó el verdadero asunto. Esta es una forma conveniente de introducir un “hombre de paja”, que es mucho más fácil de atacar que los puntos reales en cuestión. El artículo de La Atalaya citado sigue el mismo derrotero. No ofrece prueba alguna de que alguien sienta “temor” de utilizar el término “organización de Dios”. Simplemente lo afirma. No reconoce que tal vez las personas hayan sopesado inteligentemente los asuntos a la luz de las Escrituras y hayan tomado una decisión valiente—no temerosa -, de no compartir lo que consideran prácticas autoritarias, aunque esta decisión signifique afrontar dificultades dolorosas. Los “hombres de paja” son más fáciles de manejar que las personas reales, y del mismo modo, las cuestiones artificiales son más fáciles de discutir que las auténticas. Las personas descritas como fuera de lugar en una “era de elevada inteligencia” son más difíciles de tomar en serio que las presentadas como “suficientemente sabias” para seguir las normas que la organización promueve. Muy pocos querrían conceder algún mérito al derrotero de personas descritas como ‘reacias’ y ‘temerosas’ respecto a un asunto de más bien poca importancia. Al final del mismo número de La Atalaya de 15 de agosto de 1981, una “Pregunta de los lectores” (basada también en la conferencia del presidente en la reunión anual de la corporación) aborda este mismo asunto, como puede notarse a continuación: · Puesto que la palabra “organización” no aparece en la Biblia, ni siquiera en los idiomas originales en que ésta se escribió, ¿con qué derecho podemos decir que Dios tenga una organización, o hablar de la organización de Dios? Una palabra hebrea moderna para “organización” es el sustantivo irgún. Se deriva del verbo hebreo erag, que significa tanto “arreglar en fila” como “seguir.” Correspondientemente, una organización es un arreglo de cosas. (Como ejemplo de esto, uno pudiera remitirse a ‘Cosas en las cuales es imposible que Dios mienta,’ capítulo 17, párrafo 28, en su edición hebrea.) El idioma hebreo tiene otra palabra que es equivalente a “organización,” a saber, histadruth. Esta palabra se funda en una palabra que se encuentra en las Escrituras Hebreas originales. Las letras básicas o claves de la palabra histadruth son s, d y r. Con estas tres consonantes se forma el verbo hebreo sadar, que significa, básicamente, “arreglar en orden,” produciendo, por lo tanto, un arreglo. La forma reflexiva del verbo sadar sirve como base para el sustantivo histadruth, que significa “organización.” Aunque no encontramos esta palabra en las Escrituras Hebreas inspiradas, sí encontramos el sustantivo hebreo relacionado, seder, en Job 10:22. Allí ese sustantivo se usa en plural, y se escribe s’darim. La Versión Moderna traduce Job 10:22 de esta manera: “Tierra de lobreguez, como las tinieblas espesas; lugar de sombra de muerte, sin orden [s’darim] alguno, y cuya luz es como las densas tinieblas.” (También, Versión Valera; Straubinger.) La Traducción del Nuevo Mundo lo vierte así: “A la tierra de lobreguez parecida a tinieblas, de sombra profunda y desorden [lo s’darim], donde no resplandece a mayor grado que las tinieblas.” (Vea también La Biblia de Jerusalén.) Aquí, desorden, sin orden alguno, significaría falta de arreglo, desorganización. Hasta este día los judíos usan la palabra seder. Un seder es parte de la Mishna judía. Bajo la palabra “Mishna,” la Cyclopœdia de M’Clintock y Strong dice: “La Mishna está dividida en seis partes (. . . , Sedarim, arreglos), que contienen 62 tratados . . . y 514 capítulos . . . Estos últimos, a su vez, están divididos en secciones numeradas.” De modo que en la Biblia Hebrea original se puede encontrar la palabra para “orden” o “arreglo.” Al enfatizar lo necesarios que son el orden y el arreglo en la congregación cristiana, el apóstol Pablo escribió a los cristianos de Corinto: “Porque Dios no es Dios de confusión, sino de paz, como sucede en todas las iglesias de los santos. Mas háganse todas las cosas decorosamente y con orden [en traducciones hebreas: s’darim n’khonim].” (1 Cor. 14:33, 40, Versión Moderna; Versión Valera, 1977) Este consejo apostólico del primer siglo aplica con el mismo vigor hoy en todas las congregaciones de los testigos cristianos de Jehová. El apóstol Pablo escribió en el griego común de su día, y la palabra griega para “organización” es orgánosis. La raíz de esta palabra es ergon, una palabra que significa “trabajo” y que aparece repetidamente en las Escrituras Griegas Cristianas. Habiendo considerado todo esto a la luz de las Escrituras, sería forzar las cosas el alegar que Dios no tiene una organización en vista de que las palabras originales que significan “organización” en idiomas antiguos no aparecen en las Escrituras Hebreas y Griegas inspiradas. En todo lo que hace Dios demuestra que puede organizar. ¿Qué pasaría si él no organizara a sus criaturas obedientes? Como estructura una organización es un cuerpo de personas inteligentes a quienes se reúne y arregla para que trabajen juntas pacífica y armoniosamente en llevar a cabo un propósito común, el propósito del organizador. En armonía con este hecho, a Dios se le llama reiteradamente “Jehová de los ejércitos.” Un ejército es un cuerpo organizado de tropas. Por eso, en apoyo a la verdad de que Dios tiene una organización, leemos la siguiente exhortación dirigida a su organización: “Bendigan a Jehová, oh ángeles suyos, poderosos en potencia, que llevan a cabo su palabra, escuchando la voz de su palabra. Bendigan a Jehová, todos los ejércitos suyos, ministros suyos, que hacen su voluntad. Bendigan a Jehová, todas las obras suyas, en todos los lugares de su dominación.” (Sal. 103:20-22) Jehová tenía una organización de criaturas espirituales celestiales aun antes de que creara nuestra Tierra y pusiera al hombre sobre ella. Ante diferentes circunstancias Dios usa lenguaje figurativo para referirse a su organización. El primer caso de esto se encuentra en Génesis 3:15, donde Dios se refiere a su organización espiritual celestial como “la mujer,” en oposición a “la serpiente,” que en sentido figurado denota a Satanás el Diablo. (Compare con Génesis 3:14; Revelación 12:9.) Este rebelde en oposición a Dios ha imitado a Dios y ha formado una organización en contra de la organización de Dios, la figurativa “mujer” de Dios. Habiendo comenzado con una pregunta que insinúa que algunas personas estaban desafiando el mismo “derecho” de hablar de la “organización de Dios”, note cómo de forma similar el material distorsiona el asunto, al decir: Habiendo considerado todo esto a la luz de las Escrituras, sería forzar las cosas el alegar que Dios no tiene una organización en vista de que las palabras originales que significan “organización” en idiomas antiguos no aparecen en las Escrituras Hebreas y Griegas inspiradas. Esto, por supuesto, califica a los que cuestionan las alegaciones de la organización como personas que ‘fuerzan las cosas’. Sin embargo esta misma actitud que se dice que tienen estas personas se presenta con una luz completamente diferente en la afirmación que hace La Atalaya de 15 de julio de 1956 (edición en inglés). Un artículo titulado “¿Por qué cree usted en la trinidad?” contiene la siguiente declaración (pág. 431) (traducción del inglés): Si el espíritu santo es igual a Jehová Dios, tal como afirma el Credo Anastasiano, y si la trinidad es la creencia central de la religión cristiana, tal como alega The Catholic Encyclopedia, ¿no deberíamos esperar que estas cosas se afirmaran de manera clara en varias porciones de la Biblia? Y ¿no debería ser especialmente este el caso, teniendo en cuenta que se afirma que la enseñanza de la trinidad se considera como “la más impenetrable a la razón” “de todas las verdades reveladas” y que, de hecho, la salvación depende de su aceptación? El hecho de que la Palabra de Dios no mencione explícitamente, ni explique, ni enseñe una trinidad, es en sí mismo una prueba de que la enseñanza de la trinidad es falsa. En el argumento presentado se hace un llamamiento a la lógica. Sin embargo, de manera consistente se podría parafrasear la afirmación de La Atalaya de la siguiente manera: Si la clase de organización altamente estructurada que se encuentra entre los Testigos de Jehová, es producida por Jehová Dios, tal como afirma el Cuerpo Gobernante, y si es el único conducto de comunicación de Dios en la tierra, tal como alega La Atalaya, ¿no deberíamos esperar que estas cosas se afirmaran de manera clara en varias porciones de la Biblia? Y ¿no debería ser especialmente este el caso, teniendo en cuenta que se afirma que rechazar sus enseñanzas e instrucciones equivale a rebelarse contra Dios, y que, de hecho, la salvación depende de la adhesión y sumisión a tal organización? El hecho de que la Palabra de Dios no mencione explícitamente, ni explique, ni enseñe tal tipo de organización, es en sí mismo una prueba de que la enseñanza sobre tal organización es falsa. La argumentación es la misma, paralela, está fundamentada en los mismos principios y premisas. Evidentemente si se usa hacia fuentes fuera de la organización es aceptable; cuando se aplica dentro de la organización no es aceptable. Es fácil sentirse abrumado por el gran número de palabras en las largas explicaciones. Refirámonos nuevamente al material de “Preguntas de los lectores” y sus primeros cinco párrafos, que cubren la mayor parte de la página. Este material, que constituye el grueso de la respuesta a la pregunta presentada, se ha llenado de explicaciones técnicas sobre términos griegos y hebreos. Hace poco por clarificar el asunto, pero debería impresionar al lector con el conocimiento erudito del escritor.[13] El lector, al encontrar difícil de ver cuál es la relevancia de estos puntos, puede asumir que es debido a su conocimiento o educación inferior.[14] El efecto que se produce es intimidación intelectual. En realidad, lo que se dice en esos cinco párrafos puede ser resumido brevemente así: Una organización es un arreglo ordenado. Aunque existe una palabra hebrea para organización, ésta no aparece en la Biblia, pero sí lo hace la palabra hebrea para “orden” o “arreglo”. (Job 10:22) En la congregación cristiana debe existir orden y arreglo. (1 Corintios 14:33, 40) Existe una palabra griega para “organización”, pero ésta tampoco aparece en la Biblia, aunque la raíz de la cual se deriva sí que aparece con frecuencia. Ciertamente esto no es muy impresionante, pero expone de manera simple y entendible lo que en realidad se expresa de manera complicada en esos cinco párrafos. La cuestión nunca fue si debería o no existir un arreglo ordenado en la congregación cristiana. El material elude la verdadera cuestión, y no provee evidencia alguna para el desarrollo de una estructura eclesiástica de autoridad, como la que se encuentra en la organización actual de los Testigos de Jehová—el asunto verdadero en cuestión. Así pues, es una buena práctica reducir una argumentación excesivamente larga a los puntos básicos establecidos, hasta si es necesario listarlos por escrito, para determinar si realmente constituyen un argumento válido. Es bueno preguntarse, no sólo qué es lo que se explica, sino también qué es lo que no se explica. El material citado, por ejemplo, no explica por qué, en vista de la ausencia reconocida en la Biblia del término “organización”, las publicaciones de la Sociedad Watch Tower lo utilizan constantemente como un término escogido arbitrariamente, por qué cuando se refieren a la asociación mundial de Testigos, no prefieren dar énfasis primordial a términos que aparecen en la Biblia, tales como “congregación”, “casa [de Dios]”, “asociación de hermanos”, y que están incluidos en su propia Traducción del Nuevo Mundo, en lugar de enfatizar constantemente el término no-bíblico “organización”. ¿No indica esto que el asunto verdadero es—no la mera utilización del término—sino la autoridad organizacional y su extensión apropiada? Los términos bíblicos no se prestan para este enorme énfasis que se otorga a la autoridad humana. En el comienzo de la presentación de un argumento, a veces se inserta una palabra o frase que en realidad representa un juicio de valor, un juicio que no se le deja hacer al lector con base en la evidencia, sino que ya ha sido hecho para él. Tal como lo afirma la obra Logic and Contemporary Rhetoric en la página 10, una palabra “puede emplearse para inclinar o sesgar el punto de vista de todo un artículo y poner al lector en un marco mental receptivo al mensaje del escritor. El hecho de que se utilice una sola palabra para hacer este trabajo, hace aún más difícil detectar la falacia.” En La Atalaya de 15 de febrero de 1989, por ejemplo, cuando se discutió el relato de Hechos capítulo quince y la visita de Pablo y Bernabé a Jerusalén para esclarecer el tema de la circuncisión y de la observancia de la ley, el artículo (página 19) empieza diciendo: Los apóstoles y los ancianos de Jerusalén (evidentemente reconocidos como junta administrativa o cuerpo gobernante en la congregación cristiana primitiva) examinaron cuidadosamente las Escrituras inspiradas por espíritu santo y repasaron cómo el espíritu santo había dirigido los acontecimientos durante los 13 años anteriores. Note la palabra “evidentemente”. Representa un juicio de valor y sirve para un propósito: condicionar la mente del lector a favor de la alegación que sigue. El hecho de que existió un concilio que se celebró en una sola ocasión en Jerusalén, ciertamente no prueba el funcionamiento en ese tiempo de un “cuerpo gobernante”, un grupo administrativo centralizado. Tal como se muestra en el capítulo 3 de este libro, la razón principal para que Pablo y Bernabé fueran a Jerusalén fue que el problema se originó allí. (Vea Hechos 15:1, 2, 23, 24; compare con Hechos 21:15, 20) En el párrafo que precede al pasaje citado, se hace referencia a un “cuerpo central de enseñanza” en Jerusalén. De nuevo, no existe nada en la Biblia que indique que Jerusalén era la sede de ese “cuerpo central de enseñanza”. Todas las Escrituras cristianas, con la excepción de la carta de Santiago (y posiblemente el evangelio de Mateo), fueron evidentemente escritas en otros lugares. No existe nada, ni siquiera una pequeña evidencia de que Pablo, Pedro, Juan, o algún otro, sometiera sus escritos a la aprobación de un cuerpo central de enseñanza, o que estuvieran sujetos de alguna manera al gobierno de tal cuerpo. El artículo inicial de la serie sobre “organización” antes mencionada, y que se publicó en La Atalaya de 15 de agosto de 1981, contiene un caso típico de supresión de evidencia desfavorable. Si se analiza, el efecto general y el empeño del material es disminuir la importancia de una relación personal con Dios, y la exaltación del concepto de lealtad a una organización. El artículo se titula “¿Cuál Organización? … ¿la de Jehová, o la de Satanás?”, y su texto temático es el de Josué 24:15. Note cómo el material manipula el texto para amoldarlo al concepto que se desarrolla:
Posted on: Mon, 15 Jul 2013 01:29:06 +0000

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