EL MIEDO A JUZGAR. Mucha gente de la cristiandad piensa que el - TopicsExpress



          

EL MIEDO A JUZGAR. Mucha gente de la cristiandad piensa que el juzgar es un pecado y se abstiene de hacerlo. Estuve escuchando un día a una señora murmurar sin cansancio contra otra persona. Deseando cambiar de tema le hice la observación “por ello mismo, no entrará al cielo”. En el mismo instante cambió de expresión y expresó, con susto, “No, yo no me atrevo a juzgar.” Tuve deseos de decirle que eso era lo que precisamente estaba haciendo, y con saña. Pero me mordí la lengua. La mujer siguió con su murmuración como si nada. Este pequeño comentario quiere indicar que el juicio tiene varias maneras de presentarse, pero siempre se refiere a expresar una opinión basada en una ley. A un juez de la corte se le presenta un caso. El oye a los testigos de cargo y de descargo, decide ( o lo hace un jurado, si hay uno) y, de acuerdo con la ley, condena con un castigo. Entonces, como nosotros los creyentes en Cristo, tenemos una ley, la de Cristo y el fundamento apostólico, podemos escudriñar un asunto y expresar una opinión, de acuerdo a esa ley. En este sentido es que podemos juzgar a los espíritus de las personas, para saber si son de Dios. Podemos también juzgar sobre el discurso o sermón de alguien y, basados en la sana doctrina, expresar un acuerdo o desacuerdo. Esto es esencial al creyente, lo debe hacer, y no al contrario. Para dejarlo claro, quiero referirme a las siguientes escrituras. a) Lucas 6:37 No juzguéis, y no seréis juzgados; no condenéis, y no seréis condenados; perdonad, y seréis perdonados. Es decir, si nosotros mismos no hemos sido perfeccionados, no podemos juzgar y condenar la imperfección de los demás. Dios declara que todo el juicio lo dejó al Hijo ¿porqué? Porque Él es el único perfecto, sin pecado. Por tanto puede juzgar al pecador. b)Lucas 7:43 Respondiendo Simón, dijo: Pienso que aquel a quien perdonó más. Y él le dijo: Rectamente has juzgado. Aquí no se trata de un juicio legal. Cristo dijo que el que contestó, lo hizo con “juicio” justo. Es decir tenía buen concepto del asunto. Juzgó según su conocimiento del asunto. c)Romanos 2:1 Por lo cual eres inexcusable, oh hombre, quienquiera que seas tú que juzgas; pues en lo que juzgas a otro, te condenas a ti mismo; porque tú que juzgas haces lo mismo. Cuando juzgo y condeno a otro por hacer lo mismo que yo hago, me pongo en la misma situación de él, por tanto mi propio juicio me condena. Y además, me hago hipócrita. Por eso nuestro Señor, ante la condenación que quería el pueblo hacer de la adúltera, les retó con las palabras: “El que esté limpio de pecado, tire la primera piedra.” Ustedes saben que todo el mundo se retiró pero nuestro bendito y misericordioso Dios, no la condenó sino la perdonó. El justo perdonando al injusto. Por otro lado, está el juicio malintencionado en el que el que juzga lo hace basado en su propio criterio y creencia, sin dar margen a las diferencias individuales ineludibles. 14:2 Porque uno cree que se ha de comer de todo; otro, que es débil, come legumbres. 14:3 El que come, no menosprecie al que no come, y el que no come, no juzgue al que come; porque Dios le ha recibido. 14:4 ¿Tú quién eres, que juzgas al criado ajeno? Para su propio señor está en pie, o cae; pero estará firme, porque poderoso es el Señor para hacerle estar firme. 14:5 Uno hace diferencia entre día y día; otro juzga iguales todos los días. Cada uno esté plenamente convencido en su propia mente. 14:6 El que hace caso del día, lo hace para el Señor; y el que no hace caso del día, para el Señor no lo hace. El que come, para el Señor come, porque da gracias a Dios; y el que no come, para el Señor no come, y da gracias a Dios. Todo esto muestra que el juzgar con criterio propio es injusto y es pecado. Por otro lado, tenemos el derecho de juzgarnos a nosotros mismos, también lo tienen los ministros basados en la Palabra de Dios, y lo tiene todo creyente en la doctrina que ha de aceptar o rechazar. 1ª.Co.11:31 Si, pues, nos examinásemos a nosotros mismos, no seríamos juzgados;.(santa cena y devocionales personales) 1ª. Co. 5:3 Ciertamente yo, como ausente en cuerpo, pero presente en espíritu, ya como presente he juzgado al que tal cosa ha hecho.(Creyente que peca y es objeto de disciplina) 1ª. Co. 2:14 Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura, y no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente. 2:15 En cambio el espiritual juzga todas las cosas; pero él no es juzgado de nadie. 1ª. Co. 14:29 Asimismo, los profetas hablen dos o tres, y los demás juzguen. Zac. 7:9 Así habló Jehová de los ejércitos, diciendo: Juzgad conforme a la verdad, y haced misericordia y piedad cada cual con su hermano; Finalmente, es bueno recordar que al mundo, Dios los juzgará. Nosotros hacemos juicios entre nosotros, por ejemplo, dirimimos nuestras diferencias en lugar de acudir a tribunales, lo que es una vergüenza. 1ª.Co. 5:12 Porque ¿qué razón tendría yo para juzgar a los que están fuera? ¿No juzgáis vosotros a los que están dentro? 5:13 Porque a los que están fuera, Dios juzgará. 1ª. Co. 6:1 ¿Osa alguno de vosotros, cuando tiene algo contra otro, ir a juicio delante de los injustos, y no delante de los santos? 6:2 ¿O no sabéis que los santos han de juzgar al mundo? Y si el mundo ha de ser juzgado por vosotros, ¿sois indignos de juzgar cosas muy pequeñas? 6:3 ¿O no sabéis que hemos de juzgar a los ángeles? ¿Cuánto más las cosas de esta vida? En este último caso, nosotros mismos nos hemos de constituido, bajo la guía del Espíritu Santo y la autoridad respectiva, jueces en asuntos de esta vida, con juicio legal, basado en la Palabra de Dios.
Posted on: Sat, 02 Nov 2013 22:03:05 +0000

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