En aquel segundo, en aquel instante de duración infinita, ella - TopicsExpress



          

En aquel segundo, en aquel instante de duración infinita, ella subió su mano hasta la cara de su amante ( lo fue) de su compañero ( lo fue) de su amigo ( lo fue) y le acarició la mejilla mientras que las lágrimas brotaban de sus ojos muy lentamente, como realizando un titánico esfuerzo, como avanzando en una cámara lenta de imperceptible movimiento. "Lo siento" le dijo con voz temblorosa al mismo tiempo que fijaba su mirada limpia y sincera en él. Con la disculpa de ella se envolvían como un paquete listo para regalo muchos años pasados juntos, riendo y llorando en común, luchando hasta la extenuación contra los fantasmas de su pasado, contra aquellos seres reales, vivos, presentes que les hicieron unirse, sumar y fundirse en uno contra todo, aislarse del mundo y vivir su pasión y su drama de espaldas a la sociedad que les había recibido, primero con escepticismo y segundo con admiración. El no supo que contestar, no pudo balbucear el "yo también" que en aquel desdichado guión estaba escrito. Había quedado mudo cuando más las palabras llenaban su cerebro, cuando tenía tantas cosas para decir que era incapaz de pronunciar ningún sonido, como si aquel aluvión de vocablos viviera un monumental atasco en su garganta, impidiéndole decir nada. La habitación estaba en penumbra, apenas iluminada por las últimas luces de la tarde y en el aire se percibía un olor lejano a hierba mojada y recién cortada. Según las sombras avanzaban por aquella habitación con un ventanal al extenso jardín, el jardín de sus sueños, aquellos dos seres permanecían en silencio, resonando como un gong de campana la disculpa que había roto el aire, la imperceptible caricia que cerraba toda una vida en común y el silencio cantarín y expresivo de él que resumía su amor, su pasión por ella. Los dos estaban sentados en el sofá, mirándose uno al otro y escrutando con ahínco dentro de aquellos ojos acuosos, a rebosar de lágrimas reprimidas. Aquel momento congelado en el tiempo, en la escalofriante eternidad, llegó a su término. No hubo palabras, no resonó sonido alguno. Se habían dicho adiós, adiós para siempre en sus corazones.
Posted on: Sun, 06 Oct 2013 09:05:52 +0000

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