«En este país, nadie hizo la plata trabajando.» Por Andrés - TopicsExpress



          

«En este país, nadie hizo la plata trabajando.» Por Andrés Luetich 8 de mayo de 2002 El dirigente sindical Luis Barrionuevo dijo, hace ya varios años, que en la Argentina nadie hizo la plata trabajando. Esta declaración generó reacciones que abarcaron desde el indignado repudio de quienes la interpretaban como un reconocimiento público de la corrupción propia, hasta los tibios aplausos de quienes valoraban su sinceridad. Representantes de las dos ideologías que monopolizaron la historia política mundial durante los últimos cincuenta años (liberalismo y socialismo) han explicado y enseñado que lo único que crea riqueza es el trabajo. Basado en este argumento, John Locke (1632-1704) sostenía que la justicia en la distribución de la riqueza podía ser medida teniendo en cuenta si ésta era o no el resultado del trabajo de cada uno. Por su parte, Karl Marx (1818-1883) afirmaba que, siendo el trabajo el único generador de riqueza, toda ganancia que no se devolviese a su legítimo generador (el trabajador) constituía un robo (plusvalía). La Argentina se ha jactado siempre —y tiene motivos para hacerlo— de sus riquezas naturales. «Aquí, arrojás una semilla y crece una planta», se escucha decir a menudo. Sin embargo, bien saben los que trabajan el campo, y también los que lo hacen en las fábricas, que en realidad nada crece ni se hace tan fácilmente como piensa aquel que no acostumbra a trabajar. Por más potencialidades que el país tenga, la riqueza no llueve ni se recoge sin esfuerzo de los campos, sino que exige sudor y perseverancia. También en Argentina la riqueza es generada por el trabajo. Y si bien es cierto que aquí son minoría los que se han enriquecido trabajando, también es cierto que aquí, como en todo el mundo, la plata se origina en el trabajo de millones de hombres y mujeres. Lo que ocurre es que esa riqueza no fluye hacia quienes la han generado sino que es derivada hacia sectores de la no­producción que viven como parásitos de los demás. Y lo más grave es que esta práctica de décadas ha generado un sistema que los ha terminado convenciendo de su derecho a vivir así, derecho adquirido que no puede derogarse ni con decretos de necesidad y urgencia ni con trasnochadas votaciones en el Congreso de la Nación. ¿Nadie hace plata trabajando? ¿Y cómo la hacen? Porque, ¿tienen plata, no? Mientras la alternativa siga siendo tener plata sin trabajar o trabajar para vivir con lo justo, la Argentina seguirá en decadencia y estará cada vez peor. Necesitamos generar un sistema en el que quien trabaje pueda progresar y quien no lo haga no pueda darse el lujo de mirar a los otros desde arriba. No habrá justicia mientras los zánganos no se vean forzados a optar entre el trabajo y la miseria.
Posted on: Tue, 12 Nov 2013 17:40:52 +0000

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