Hoy me consultaron cuanto saldría que haga un maquillaje sencillo para un casamiento. Sencillo significaba base y rimmel. Intenté explicarle a la interesada que mi trabajo consistía en el desarrollo de un maquillaje correctivo que acentue sus razgos más bellos y atenué las imperfecciones, y que le garantice durabilidad y seguridad durante todo el evento. También mencioné que no por aplicar menor cantidad de productos iba a lograr un mejor resultado u obtener un resultado mas natural. Le comenté que mi presupuesto implica el uso de productos especiíficos, la aplicación de criterio estético, el diseño personalizado de un maquillaje ideado para una persona concreta en un evento en concreto, la mano de obra y la inversión de mi tiempo en ir hasta su domicilio trasladando todos los elementos. Sé que mis honorarios le parecieron excesivos para su pretensión. Nuestra profesión es algo más que poner una base y rimmel en las pestañas. Maquillarse es un lujo. No es una necesidad básica. Quien solo quiera ponerse una base y nada más puede comprarla y automaquillarse. No podemos pedirle a un peluquero que nos haga un brushing sin mojarnos el pelo, ni como tampoco podemos pedirle a un diseñador industrial que ponga menos tornillos de los necesarios o deje sin terminación su trabajo para abaratar costos. Mi servicio tiene un precio, por que es de excelencia. Quizá, por desconocimiento, mucha gente subestima los oficios. No estamos jugando a pintarnos, por hobby, estamos ofreciendo un servicio de estética profesional. No es una obligación acceder a él. Me tranquiliza saber que quienes ya lo han hecho, comprenden el valor del mismo.
Posted on: Wed, 27 Nov 2013 21:21:58 +0000
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