Insurgencia magisterial Román Munguía Huato “Al asumir sus cargos, los funcionarios públicos deben jurar su defensa de la ley no escrita, llorar de vergüenza por atreverse a ocupar sus puestos...” Seamus Heany, Desde la República de la conciencia Premio Nobel de Literatura en 1995 Pero, ¿qué podíamos esperar del primer Informe de gobierno de Peña Nieto si no la crónica anunciada del autoelogio? Casi el paraíso –por emplear el título de la novela de Luis Spota– es la descripción de un México que solamente alcanza a percibir en su imaginación febril el presidente priista. Tal y como si estuviese todavía en campaña, Peña Nieto le da vuelo a unas promesas que únicamente podríamos escuchar en un guión cursi de telenovela-churro típica de Televisa o TVAzteca. El mundo al revés: México es una democracia donde el Estado de Derecho prevalece, a pesar de ciertas minorías vandálicas que tratan de desestabilizar el orden político, de generar caos y violencia, subvirtiendo la paz social en la que vivimos felizmente los mexicanos. “Las minorías deben respetar la democracia y reconocer a las instituciones”, en alusión al magisterio opositor a su “reforma educativa”, afirmó Peña Nieto. “La democracia respeta a las minorías pero, en todo momento, las minorías deben respetar la democracia, sus instituciones y las libertades de todos… la reforma educativa sigue adelante…” El mundo al revés, porque solamente en un mundo de ficción política alguien podría imaginar que son los propios funcionarios quienes respetan a las instituciones públicas y vigilan celosamente a una democracia que brinda bienestar a todos los mexicanos. La corrupción y la impunidad desaparecieron mágicamente a nueves meses de haber ocupado el puesto presidencial. Se desvaneció también mágicamente la violencia social, la criminalidad y la delincuencia:Casi el paraíso. marcha-maestros-cnte1Pero, desgraciadamente la cruda y cruenta realidad nos pellizca fuertemente, por decir lo menos, y nos vuelve a la terrible pesadilla social. Lo cierto es que este primer Informe tiene como marco nacional una profunda crisis económica –desempleo galopante mediante–, una creciente degradación social, un deterioro mayor del medio natural y un visible despotismo desilustrado apoyado en poderosas fuerzas fácticas sindicales y mediáticas, además de las fuerzas represivas, que controlan política e mentalmente a millones de personas; la dominación priista en su plena restauración gubernamental. Pero el Informe tiene como marco una situación de conflictualidad creciente que desnuda la promesa de un apaciguamiento social. El “México bronco” toca las puertas de Los Pinos presagiando funestas consecuencias de un modelo neoliberal aplicado a la población trabajadora cual camisa de fuerza: las minorías tienen derecho al pataleo pero en ningún momento tendrán la razón, mucho menos tendrán la vigencia de sus derechos constitucionales; los escucharemos con sordina, no con oídos abiertos al diálogo conciliador: “respeto a las instituciones”, exigía el criminal de Díaz Ordaz en su segundo informe de gobierno en 1966. El “Pacto por México” va dejando una estela de conflictos sociales en un mar de contradicciones políticas cuyo fondo son los arreglos tras bambalinas de una partidocracia hipercorrupta para mantener sus privilegios financieros millonarios. Al igual que la contrarreforma laboral impulsada y aprobada en el inicio de su gobierno, para Peña Nieto las “reformas” financiera, energética, educativa y hacendaria, se imponen a cualquier costo: “las minorías deben respetar la democracia”. Solamente el propio gobierno y la oligarquía –las “mayorías”–, como el presidente del Consejo Mexicano de Hombres de Negocios (CMHN), Claudio X. González, califican el primer informe como “fuerte, de transformación, empuje y para hacer historia.” Al inicio de su mensaje, Peña Nieto celebró que la Cámara de Diputados haya aprobado la Ley del Servicio Profesional Docente, aprobada después por la Cámara de Senadores. Pero esta aprobación tiene como fondo una insurgencia magisterial que se acrecentó a partir del mes de mayo pasado. Hoy día es muy claro, como luz meridiana, que el “Pacto por México” y sus “reformas” tiene como fuerza fundamental la intervención del poder fáctico propagandístico para hacer un “linchamiento mediático” de las minorías que defienden sus derechos laborales. El Estado requiere del poder de los medios televisivos, radiofónicos y de la prensa escrita para criminalizar la protesta social y toda lucha de resistencia popular antineoliberal y anticapitalista. El descaro y el cinismo del poder y el dinero en su condición más alejada de los procesos democráticos. La insurgencia legítima de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) se constituye como la vanguardia actual de la resistencia del pueblo trabajador ante los embates de un gobierno oligárquico. Con la marcha local del día de ayer se hace creciente el rechazo a la “reforma educativa”, a pesar de los oportunismos e imposturas de liderazgo de quienes se montan en las justas demandas magisteriales. periodicomadera.mx/jm/index.php?option=com_content&view=article&id=286++
Posted on: Thu, 26 Sep 2013 01:04:59 +0000
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