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LA MISA, UN RITUAL PERFECTO Analicemos un ritual conocido por muchos: la misa católica. ¿Cuáles son sus momentos básicos? • Decisión de ir a la iglesia. • Perdón. • Oración: Objetivo • Lecturas y comentarios: Visualización, suscitar el deseo, motivar la emoción. • Credo: Afirmación de que creemos. • Ofrenda: Estímulo físico sobre el subconsciente. • Pedimos, y obtenemos, que Jesús venga con su fuerza. • Comunión: Nos apropiamos de la fuerza de Jesús. • Oración: Objetivo para el que necesitamos esta fuerza • Pedimos la bendición. ¿Pero por qué no siempre funciona? Alguien puede preguntar: ¿Si es tan perfecto el rito por qué no da resultado en la mayor parte de los casos? Es muy fácil responder. Al hablar de decisión, de objetivo, de deseo ardiente, de creencia, de convicción, estamos descartando la inseguridad, estamos hablando de una persona que está completamente imbuida de algo. Estamos hablando de alguien que se proyecta con todo su ser hacia algo con lo cual se siente totalmente comprometido. Cierto día, allí, en la lejana Indica, un joven se acercó a su maestro, que estaba meditando, y le pregunto: Maestro ¿qué tengo que hacer para alcanzar la sabiduría? El maestro continuó en su meditación y ni siquiera levantó la cabeza. Pasó la mañana, pasó la tarde y nada por respuesta. Cuando empezó a anochecer, el joven decidió marcharse. Al día siguiente, bien temprano, estaba allí, otra vez debajo del árbol, al lado del maestro. Le hizo la misma pregunta y recibió la misma respuesta: el silencio. Al llegar la noche, medio desanimado, el joven volvió a marcharse. Al tercer día, un tanto abatido pero ansioso por conseguir una respuesta, se acercó de nuevo al maestro por la mañana y repitió la pregunta. Esta vez, el maestro se levantó y fue con él hasta el río. Al llegar a la orilla de este, el maestro cogió al joven por la cabeza y lo sumergió en el agua. Al principio, el joven no vio en esto ningún problema. Pero poco después, cuando empezó a faltarle el aire y el maestro no parecía dispuesto a soltarle, el joven se puso a hacer fuerza para poder salir del agua. A cada instante que pasaba, el deseo de salir de ella se hacía más intenso. Por fin, el maestro lo soltó. Nunca había sentido tanta ansia de respirar. Cuando salieron del río, el maestro preguntó al discípulo: ¿En qué pensabas cuando estabas con la cabeza abajo del agua? ¿Te proponías muchas metas, tenías muchos deseos? ¿Estabas distraído con algún devaneo? ¿Estabas envuelto en dudas sobre lo que querías? El joven respondió sin pestañear: Maestro, sólo quería una cosa: Respirar, respirar, respirar. Mi único pensamiento, mi único objetivo, mi único deseo era respirar. Hijo mío, concluyó el maestro, el día en que quieras la sabiduría tanto como querías respirar, ven y la conseguirás. Es esto exactamente lo que falta en los ritos, que en principio son perfectos: aquel deseo ardiente, aquel objetivo claro, aquella convicción y fe que es capaz de mover montañas. A lo largo de estas páginas vamos a profundizar en cada uno de estos puntos, viendo donde están los fallos y como eliminarlos. Además llevaremos nuestra mirada a algunos secretos que están contenidos en ese ritual que mencionamos en rápido esquema..
Posted on: Mon, 16 Sep 2013 10:51:14 +0000

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