La Víctima Como Sujeto Interactivo ( Víctimo-Dogmática). Dr. Mario Octavio Vázquez Padilla. Hasta hace relativamente poco tiempo la ciencia del Derecho Penal había concedido a la víctima del delito un rol absolutamente irrelevante hasta el punto de considerarla sujeto pasivo o inanimado objeto material En tiempos remotos, la persona afectada por algún acto nocivo era legitimada por la tribu o comunidad para tomar la justicia en sus manos y decidir en forma arbitraria el castigo que habría de aplicarse al delincuente. Con posterioridad, al amparo de la ley del talión, el derecho de la víctima se restringió de manera visible pues la medida de la retaliación venía determinada por la magnitud del daño ocasionado. No es casual, por tanto, que este periodo de la venganza privada, con todo y la barbarie que significó, sea visto por algunos especialistas como un adelanto en la impartición de justicia La desaparición de la víctima del escenario del Derecho Penal, data de principios del siglo XII, con la aparición de la figura del “procurador”, genuino representante del soberano quien a la par con el afectado por la comisión del delito, se consideraba ofendido. A partir de entonces, el poder público neutralizó a la víctima con el doble propósito de evitar la venganza privada y monopolizar el empleo de la pena. En la actualidad, el único resabio existente de la venganza privada, es la Legítima Defensa. La Criminología no ha compartido, en absoluto, el mito de que las víctimas del delito se comportan, en todo caso, en forma pasiva y, en contrapartida, aseveran que aquellas, en ciertos supuestos, son tan responsables o incluso más culpables que el propio delincuente. Así, a partir de investigaciones empíricas— sin negar la existencia de sujetos pasivos enteramente inocentes— la mayoría de los criminólogos aseguran la presencia de víctimas imprudentes, consentidoras, precipitantes, provocadoras y hasta solicitantes de las lesiones producidas en su perjuicio . En el ámbito del Derecho Penal , a partir de la década de los noventa, en Alemania y España, entre otros países, primero en la jurisprudencia y posteriormente en monografías, se destacaron varios criterios de solución respecto de cuestiones inherentes a la participación de la víctima en los casos en que ésta, interactúa o colabora de algún modo con el delincuente. Los primeros criterios, relacionados con la causalidad y la “concurrencia de culpas”, versaron sobre la imposibilidad de responsabilizar exclusivamente al sujeto activo, debido a la notable intervención de la víctima. En ese sentido se destacó que en los casos en que se apreciaba una contribución preponderante del sujeto pasivo se imponía la correlativa disminución de la responsabilidad del autor e incluso la exclusión de la misma, lo que dependía del grado de participación de la víctima. En otra categoría, se incluyeron soluciones relacionadas con la relevancia del consentimiento otorgado tácitamente por el titular del bien jurídico. Por ejemplo, las lesiones ocasionadas a la víctima como consecuencia de un choque automovilístico, antes del cual, aquélla había solicitado al conductor, en evidente estado de embriaguez, la transportara en su vehículo. En estos casos era decisivo establecer si la víctima solicitante conocía de antemano tanto el estado de ebriedad del chofer, como la posibilidad de que se produjera el percance, en cuyo supuesto, podría concluirse que aquélla, de antemano, había aceptado el riesgo y consentido el daño sufrido. También, respecto del consentimiento tácito, bajo el titulo de auto exposición al peligro, se concluyó, por ejemplo, que los sujetos que contraían nupcias con personas dedicadas a la prostitución , o adictas a drogas consumidas mediante el empleo de jeringas, a sabiendas de tales circunstancias, en caso de ser contagiadas de alguna enfermedad venérea por sus cónyuges, tal resultado no sería imputable al cónyuge adicto o dedicado a la prostitución por formar parte del riesgo consentido.
Posted on: Wed, 31 Jul 2013 21:11:14 +0000
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