Lost In Translation Soundtrack. Con ritmo lento y suave, y en un - TopicsExpress



          

Lost In Translation Soundtrack. Con ritmo lento y suave, y en un tono oscuro y depresivo, sale a relucir una joya de álbum en el mundo del cine y la música alternativa. ¿La clave? Una sutil combinación de electrónica atmosférica (ideal para marcar las pautas de lo cotidiano y disfrutar del paisaje) con rock alternativo (enfocado a la gama de sentimientos que puede producir una latente relación “prohibida” y en formación). Claro que despertar de su largo proceso de hibernación a la máxima referencia del género shoegaze y uno de los más grandes representantes indie, el señor Kevin Shields, para componer y producir la mayor parte del soundtrack (cinco intervenciones incluyendo una pista de su banda, My Bloody Valentine), así como la colaboración de excelentes grupos de Francia y Reino Unido como Air y The Jesus and Mary Chain, también pueden ser parte de “la clave”. Con una nómina de lujo, la compilación de Lost in Translation (2003) empieza con una baladita destinada al culto “City Girl” de Kevin Shields, descrita como una simple progresión de acordes de guitarra con un distor sucio y sencillo y su voz desamorosa y melancólica, (la de siempre) que parece ser escrita e interpretada por un difunto pero siempre vivo, John Lennon. Sin pretensiones, sin grandes efectos, sin solos de guitarra, simplemente sencilla y hermosa… la mejor. Seguida por una serie de canciones instrumentales, destacan “Fantino” de Sebastian Tellier, una bella balada que evoca duda y nostalgia, y “Girls” de Death In Vegas, otro instrumental con más potencia y sentido positivo. Todo un tributo a la esperanza. Phoenix, de Francia, también hace su aportación con “Too Young”, tal vez un poco fuera de contexto con un sonido muy pop, que bien podría acompañar la comercialización de otro filme de Adam Sandler. Una intervención interesante la de Happy End, banda folk japonesa de principios de los setenta, con su canción “Kaze Wo Atsumete”, convirtiéndola en la más antigua (de 1971) y la única que no es de nacionalidad francesa o inglesa. Como orquestador principal, el señor Shields crea un preámbulo “Ikebana” para una pista ya consagrada por My Bloody Valentine, “Sometimes”, canción que emana un limbo entre la desesperación de lo extraño y la ilusión de encontrar una luz en el camino con una guitarra devastadora que contrasta con su voz melancólica shoegaze. ¿Quién pudo haber previsto que una canción underground de 1991 sería perfecta para simbolizar el panorama futurista y ajeno que representa Tokyo para la humanidad (o al menos para Sofia Coppola)? Para calmar las aguas y bajar el ritmo de la excitación Air entra en escena con “Alone In Kyoto”. Expertos en lo suyo (pop alternativo y electrónico), construyen una atmósfera de curiosidad y descubrimiento, únicamente para después crear una catarsis de placer y relajación, y fulminar en un estado de recuperación y entendimiento. Perfecta para la escena donde Scarlett Johansson se pasea por unos jardines presenciando un ritual japonés de amor de pareja. Para finalizar, la clásica “Just Like Honey” de The Jesus and Mary Chain en la toma final, una escena de despedida entre los protagonistas (Bill Murray y Scarlett Johansson) que crea una sensación agridulce. Hay un track escondido, “More Than This” interpretado por Bill Murray cuando canta en un karaoke, originalmente de Roxy Music. Nada mal para el señor Murray quien se declara fan de Joy Division… muy bien ahí. Este proyecto logra algo muy importante pocas veces hecho en el cine: a través de la música y las escenas panorámicas, conduce a los espectadores a un paseo ordenado y armonioso con evidentes contrastes entre la tradición y el futuro, equivalente al paseo físico y sentimental de los protagonistas, equivalente también a la experiencia de escuchar este soundtrack. m.youtube/watch?v=4_UGaEus53I
Posted on: Thu, 10 Oct 2013 00:00:49 +0000

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