PAXARIN ¡TORNA AL ÑERU! Argumentos sportinguistas o por que - TopicsExpress



          

PAXARIN ¡TORNA AL ÑERU! Argumentos sportinguistas o por que Perico ha de renovar su carnet de sociu. 1.- Tomando opciones. Nacidos para pifiar. b).- El tarangu. Giro 1974 En el episodio anterior comentaba que ser sportinguista había sido una fuente permanente de sinsabores. Cómo se puede degustar, sin escupir, la hiel durante décadas, se preguntará el desocupado lector, siendo tan sencillo abrazar otras aficiones que reconfortan con oropeles, laureles y todas esas pijadas. Bien una primera razón, a mi escaso juicio, consiste en que el sportinguista, desde la infancia tiene una percepción mas amplia de la realidad, una visión que le permite disfrutar de triunfos que Mouriño (si escribí mal su nombre que se joda) ni se le pasarían por la cabeza. Este constituye el prolegómeno del segundo sainete de nuestra invectiva que dedicamos al gran Perico. Entremes del que podríamos extraer esta lección,” por amarga que sea la derrota, siempre la puedes disfrazar de alguna manera”: Un domingo cualquiera de la primavera de 1.974. -¡Ir (id) a buscar a Papá!.- Desde el sagrado cubículo de nuestros progenitores, la voz de mi madre resonaba cual toque de clarín incitando a la persecución del zorro. Imagínese, lector ocioso, una jauría de perros perdigueros que hayan olfateado la sangre de la liebre recién herida. Repásese en la memoria aquellos “tapices” en los que un ciervo de cuernos bizcos luchaba contra lebreles babeantes. Si lo ha rememorado, ya puede considerarse en situación, podrá hacerse una idea del entusiasmo que embargaba nuestro corazón , cuando la mama, cual Diana reencarnada, nos lanzaba a la caza de nuestro padre en aquellas tardes del domingo de las primaveras de nuestra infancia. Recuerdo que nuestra carrera se detenía un instante ante la ruta de los vinos, aquel coto de caza que en la infancia nos parecía ingente, mas inmediatamente retomábamos la galopada conscientes de encontrarnos en una misión de Dios. Irrumpíamos en el Tivolí, como la leche hierve fuera del cazo, tal vez aquel día interrumpíamos a Rivero en su lectura vespertina de la prensa, - ¡ Hola padrino!, ¿Viste a papá?- -Si, estaba antes en el Korynto. ¡Un beso! -. Carrera hasta la acera de enfrente, para observar con desasosiego que la astuta presa se había escabullido antes de nuestra llegada. Valen me miraba y al unísono decíamos “¡Al Pío!”. -“ Estuvo antes”- Sólo quien haya intentado seguir a MARTÍN en la ruta de los vinos sabe cuán esquivo puede llegar a ser un prófugo y sólo quien haya contemplado aquellos dos niños con pantalones cortos azul marino perseguirle, puede comprender en todo su hondo significado el concepto de perseverancia. Indesmayables, como el agua de la montaña irrumpe en el cauce seco del valle, atravesábamos la puerta giratoria del Bar Corona, y allí al fondo, fumando sus cigarrillos Goya y jugando al Chinchón, veíamos ¡Por fin a Papá!. La presa, finalmente, arrinconada no tenía otro remedio que rendirse. -¡Hola Papá!. -¡Hola!,… ¡ Menos diez! ... Eh… ¿Queréis una Coca Cola?. Una coca cola, dos pajitas. Valen mirándome a los ojos mientras sorbíamos por riguroso turno igualitario el trofeo de nuestro sudor. Recuerdo que los paisanos del Bar estaban singularmente tristes aquella tarde, el Tarangu había perdido 9 minutos con Eddy Merckx y eso después de haber machacado al Canibal en las Tres Cimas de Lavaredo. Si nos portábamos bien en el Corona, cabía la posibilidad de que conjuntamente con la coca cola pajillera, cayese una paquete de patatas Pumarín, manjar cuya expectativa de recepción (supongo que por algo relacionado con un tal Paulov) transformaba a los turbulentos lebreles en un par de búhos disecados. Esa actitud silenciosa y expectante nos permitía percibir la decepción de la parroquia por algo que había pasado en una cosa de bicicletas. De pronto desde la puerta “antiacreedores”, es decir la trasera de irse con la música a otra parte, se escuchó la voz de barítono de Vázquez que en voz alta saludó a la concurrencia con una vistosa pregunta: - ¿Visteis al Tarangu? Ye un gallu. - Un gallu?, Si perdió una minutada de la hostia, machacolu el belga esi. - Ya, pero soy amigu del masajista del Kas y sabéis qué? Silencio impactante de la muchedumbre. - El cabrón de Merxx le metió en la habitación ayer a tres muyeres, y el Tarangu, ¡Cumplió con les tres!. Como pa andar en bici taba la cosa. Vítores, exclamaciones, sombreros por el aire (esto último es licencia de autor, en El Corona la concurrencia se descubría al entrar). La voz de mi padre resonó, al fin triunfante: - ¡ Chinchón!. ¿Queréis una bolsa de patatas?. youtube/watch?v=V8SBT1mrXsk
Posted on: Fri, 12 Jul 2013 07:04:21 +0000

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