SUEÑO CON EL INCA EL INCA Y YO Por la tarde había regresado - TopicsExpress



          

SUEÑO CON EL INCA EL INCA Y YO Por la tarde había regresado del trabajo diario en la chacra, un tanto cansado y luego de cenar algo ligero, me sentí exhausto tanto así que apenas pude llegar a mi cama donde caí rendido, deviniendo casi de inmediato un sueño lleno de embelesos, de pronto en mi inconsciente me vi envuelto en una escena donde, eran días de semana santa, en estos días una de las costumbres de mi pueblo era de ir a las huacas a huaquear, el caso es que en este sueño me estaba yendo a huaquear con amigos de mi edad y del mismo barrio, entre ellos los hermanos Lucho y Roberth Jara, Mario Perez, Los Chololos Nacho, Lucho y Martin, El garrudo Rigo, el infaltable Lala, el mono Miguel Sánchez, y otros, este era un día de ardiente sol, exactamente nos íbamos a la huaca conocida como “El Chile” de la cual la gente comentaba que era mala, o mejor dicho por los antiguos pobladores era encantada y que allí probablemente había oro o alguna riqueza enterrada, la huaca queda a un kilómetro y medio aproximadamente de nuestro barrio, y nos dirigíamos a pie, estando en dicha huaca algunos de mis amigos se han agrupado en grupos de dos o tres ,yo he caminado solo hacia lo más alto de la misma donde me he quedado mirando una parte que estaba al parecer intacta, y pensaba “acaso allí no habrá algún entierro de los gentiles”, es así que he ido hasta el lugar pensado, con palana y vaqueta en mano, me he sacado mi polo y me lo he amarrado en la cabeza, tome en mis manos la palana y empecé a cavar la tierra, metros más abajo podía ver mezcla de tierra con arena, fragmentos de cerámica rudimentaria, estiércol de animales, restos de conchitas, el hueco lo estaba haciendo de forma cuadrada de unos dos por dos metros, pensando en lo malo que me pudiera pasar, tal vez un derrumbe cuando el hueco esté profundo dado a que la tierra nunca te ofrece seguridad. Al tener la forma del hoyo que iba realizar cogí de una bolsa de tela que siempre llevaba colgada de mi hombro, una botella que contenía cañazo, me tomé un trago regularmente basto que paso raspando mi garganta y puse en mi boca un puñado ralo de hojas de coca, esto para darme valor, y por la creencia para que no me afecte alguna sombra o el antimonio, continué cavando, en el trayecto fui encontrando muchas vasijas pequeñas conocidas como crisolitos, las revisaba metiéndole el dedo y como no tenían ningún contenido ni atracción artística las botaba algunas con mi mano y otras con la palana hacia a fuera del hoyo, luego encontré restos óseos de animales creo seguro llamas u otro auquénido, seguía cavando cuando inesperadamente esto a unos cuatro metros de profundidad sentí que algo cedió en el fondo del hueco como si el piso se hubiera roto o hundido, al caer y tocar el piso se generó una gran polvareda, más la oscuridad de la hondura no me dejaba ver empañando mi visión por unos segundos, allí empecé a desesperarme porque no aclaraba, pensé rápidamente que la huaca me había tapado o como la gente dice en mi barrio, me había comido, en un nuevo intento por recobrar la visón logro distinguir que ya no estaba precisamente en un hoyo, sino más bien en lo alto de una loma frente a un gran valle majestuoso cubierto de un verdor inigualable y abrazado de un suave viento que apaciguaba mi temor, es así como fueron apareciendo como pequeñas islas unas edificaciones piramidales de barro y de forma trunca, de mi babeo volviendo en mí mismo se me acerca por detrás un sujeto de aspecto muy serio, tal vez no pudiendo describir sus facciones por los ornamentos metálicos que llevaba en la cara, de talla muy regular, macizo corporalmente, atuendo muy nativo de algodón blanco y bayo unas joyas de oro bien acabadas con motivos ceremoniales, tenía un cetro largo a manera de lanza rematada con arte en oro muy brillante, me hizo una señal de que lo acompañe, hice lo que me insinuó, siguiéndolo me llevó hasta lo alto de una de las pirámides luego de subir por una de las rampas de acceso ingresamos por una especie de portal, mi impresión llegó al límite al ver al fondo en la parte céntrica junto a la pared a un personaje que me inspiraba mucho respeto y admiración tanto por su atuendo como por la seriedad de su mirada, al verme me hizo un ademan de que me acercara hacia él, me incline en una venia y cabeza gacha me acerque frontalmente diciéndole perdóname mi señor, por haber invadido tu tranquilidad por ser tan estúpido y dañar tu reposo tu descanso, como si fuera poco el monarca a quien me dirigía con voz casi enfrascada en sus alhajas susurró exhalando un término no entendible como si se quejara, hizo mutis unos segundos y desató su conversación en un diálogo muy propio muy casero, preguntándome de dónde vengo , a lo que respondí por que la pregunta señor , yo vengo de un pueblo conocido como semán que es parte de una ciudad de nombre Guadalupe, aceptó mi respuesta con un movimiento de cabeza, haciendo sonar sus cascabeles de oro alrededor de su tiara, y porque vienes a mi morada? , respondí señor mi ignorancia y mi avaricia han hecho que irrumpa en tu descanso pero te juro que en este instante me voy y con tu permiso no vuelvo más a este lugar, yo asustado aún, me percato de un pequeño gesto sonriente en lo poco de cara que se podía ver de este jerarca, dándome nuevamente la confianza para el diálogo, se paró de su trono y con el brazo caído lo deslizó e hizo un ademan hacia adelante como invitándome acompañarlo, caminé junto al señor podía aspirar lo que a su paso dejaba esos olores a flores salvajes y algo metálico, inmediatamente escuché por detrás agudos sonidos de hojalatas, no era más que un séquito de personajes con diversos ornamentos y motivos, ellos empezaron a seguirnos, salimos del ambiente y bajamos al llano para llevarme a otro edificio piramidal, allí pensé que algo malo tal vez me ocurriría, eso no fue así, me condujo nada menos hasta donde los artistas trabajaban los metales principalmente el oro la plata y el cobre y, veía y escuchaba a músicos entonando si se puede decir música folklórica pentafónica, tañer bombos y tambores, flautas, antaras y otros, fui testigo que manejaban tan diestramente objetos metálicos a manera de herramientas muy raros nunca antes vistos muy precisos para cortes y perforaciones, talegas llenas de gemas preciosas, fogones alimentados con leña de algarrobo , largas toberas, unos sudados personajes soplándolas, en fin que maravilla, pensaba de lo que el ser humano, los peruanos hubiéramos podido aprender y que por la avaricia se extinguió o simplemente no se continuó, o tal vez se prohibió equivocadamente, o en último de los pensares tuvimos muy mala suerte con nuestros conquistadores, luego de unos segundos de este pensamiento el Señor continuó su paso, yo siguiéndolo, se dirigió a otro recinto donde estaba cubierto por completo no tenía ventanas, el pórtico estaban tapado con pieles de grandes animales, dos de los personajes que nos seguían corrieron adelantándose e hicieron a un lado las pieles que colgaban a manera de cortinas en la entrada para que su Señor ingrese, lo seguí, una vez dentro casi no se veía nada por la oscuridad reinante prendieron fuego en una fogata donde pude notar que en una esquina rodeado de muchos objetos de cerámica piedra y metal así como de estatuillas y varas de madera, yacía un personaje sentado sobre algunos cuantos cueros a manera de almohada, que al vernos levantó con sus manos y brazos estirados hacia el frente y cabeza gacha, una gran copa de oro muy brillante que a las justas podía envolver con sus manos, el Señor se acercó tomó la copa con una de sus manos que más bien parecía un pocillo con forma de mate y lo llevó a su boca con la otra mano evadió las joyas que colgaban de su nariz y escuché un somero sorbo, la curiosidad me invadía por saber que bebida o que cosa contenía la copa hasta que volteó hacia atrás y me invitó entregándome el recipien, lo lleve a mi boca y le di un sorbo, no puedo describir el sabor ni olor de aquella bebida pero estoy seguro que era de alguna fruta agridulce muy fina muy agradable, habrían pasado algunos minutos cuando el personaje que nos entregó la bebida empezó con unos balbuceos a manera de canto entre los que podía escuchar a manera de invocaciones mentando al inti raymi me di cuenta que se trataba de un chamán, brujo, sacerdote o curandero como lo conocemos, entre tanto me fui desvaneciendo y ya no sentía mis piernas no podía accionar nada de mi cuerpo hasta que se nublaron mis ojos entrando en otro sueño donde me podía ver, y me encontraba en una ceremonia en el centro de un patio muy amplio en medio de muchos gentiles a quienes el Señor los iba escogiendo, a mi vago entender sería para su ejército, todos daban muestras de valentía recios, bravos y se les notaba un orgullo muy propio, hasta que este jerarca se me acercó y tocó mi hombro por detrás dio la vuelta y frente a mí me entregó una porra, como acto de entrega de armas que se hace en las fuerzas armadas, luego el sueño fue desmayando y volví a estar con el Señor en mi primer sueño a quien ya sin temor le pregunto ¿Señor por qué me ha pasado esto, por qué me has traído a este lugar y por qué me hiciste tomar la bebida?, respondiendo él, que todo lo acontecido y visto es el futuro que tenía por delante, que mi vida estaría marcada para defender los intereses de mi pueblo, que aún que viera el peligro latente yo iba estar protegido por sus dioses, y mirándome fijamente a los ojos se me acercó y me dio un fuerte apretón de hombros, se despidió deseándome muchos augurios., inmediatamente volví de mi sueño despertando ya de amanecida con canto de gallos, para ir a comprar mi pan en la tienda de doña Bertha, mi padre preparaba el desayuno para salir nuevamente a labrar la tierra como lo hacían todos los de mi edad allá por años 1,983-1985.
Posted on: Thu, 19 Sep 2013 16:38:40 +0000

Trending Topics



Recently Viewed Topics




© 2015