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Sin (Pecado) Cap. 5 Por: - Sonia- Nuestros mensajes pasaron de ser amistosos, a contener propuestas implícitas. Fernanda me traía loca, no dejaba de pensar en ella y sabía que podría corresponderme. Esas tardes, el trabajo se juntó en el local, por lo que llegaba más tarde a casa y no había podido hablar con mi hermano, mi padre se notaba preocupado, mi hermano había estado bastante afectado, se le notaba triste, lloraba y no quería salir, comer, hablar con alguien. Me dolía verlo así, en otras circunstancias hubiera hecho lo imposible para hacerlo feliz, pero no ahora... no cuando su felicidad dependía de la mía, no cuando era una mujer la que le brindaba esa felicidad y esa misma mujer era quién me estaba llenando de ilusiones. - Seguro se le pasará- pensaba, quería convencerme de ello. MAs bien, necesitaba pensar así. Volví a citarme con Fernanda, sus horarios eran complicados por la escuela, así que pasé a recogerla ahí. Esperé en la puerta de entrada, ahora sí llegué temprano, venía saliendo con un grupo de amigas, se despidió y corrió a abrazarme. - Podría acostumbrarme a que vinieras por mí a menudo- dijo - Podría hacerlo, si tú quieres.- la miré directo a los ojos, ella sonrió pero esta vez fue diferente... se acercó a mi oído y susuró: - ¿Quieres que te diga mis conjeturas ahora? No respondí nada, sólo sentí el calor de sus labios invadiendo los míos, cerré los ojos ante ese beso soñado, ese beso que llevaba guardado apra ella desde el primer día que la ví. Se separó y me miró, no supe que decir. - ¿Entonces... tenía razón?- me preguntó, me limité a sonreir y a sonrojarme. - ME gustas de una manera inexplicable, me gustas y nunca me había gustado una chica- dijo - También me gustas, desde el primer momento lo supe... que me gustabas- respondí Me tomó de la mano y caminamos rumbo al subterráneo, brindándomos besos discretos durante el camino. Esa tarde fue inexplicable para mí, no se de donde junté la valentía para decirle que me gustaba, para seguir besándola, para acariciar su rostro y mirarla con ternura. Creo que si lo supe, esa valentía se traducía en un sola cosa: estaba completamente enamorada. Ahí comenzó el idilio prohibido, todas las tarde iba por ella a la escuela y nos pasábamos a un parque cercano a besarnos, a vivir lo que estaba naciendo. Así de la nada, pasó un mes... Mi hermano había dejado la escuela temporalmente y se hacía cargo del local, por las tardes me escapaba con Fernanda. Obviamente él no sabía nada. No hablaba para nada con él. - ¿Qué pasa? Andas rara- me dijo una tarde que yo iba saliendo. - Nada- respondí muy a la defensiva - ¿No ves que está saliendo con alguien? - respondió Ivone - Y al parecer es alguien interesante- - ¿Eso es verdad hermana? Me da mucho gusto que te des el tiempo de experimentar el amor. Espeor funcione. - Eso también lo espero yo- dije y me salí. ¿Acaso estaba haciendo mal? No sentía pena o aflicción por mi hermano, sólo me sentía en una nube de la cual no quería bajar jamás. En esa nube estaba Fernanda, tan inalcanzable... tan lejana e imposible, pero que ahora lo estaba logrando.
Posted on: Mon, 02 Sep 2013 02:45:50 +0000

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