Sinfonía Celestial Nº 1 en La menor Parte 14 Autor: Ricardo - TopicsExpress



          

Sinfonía Celestial Nº 1 en La menor Parte 14 Autor: Ricardo Claure Peñaloza Género: Cántico nuevo Año: 2009 Vamos a ponernos de pie. Amado Dios queremos darte gracias, en el nombre de Jesús de Nazareth por este día hermoso que Tú nos das Señor, día en que podemos subir nuevamente a tu Presencia y adorarte en Espíritu y en verdad. Queremos Señor entregarte nuestras vidas, queremos darte Señor todo lo que hay en nuestro ser. Tú eres nuestro Dios... Tú Eres nuestro Salvador... y por eso estamos aquí Señor para adorarte, para exaltarte, estamos reunidos en este lugar Señor, en cada auditorio de las ciudades de Bolivia, en las naciones, en las casas Señor, en todo lugar donde se nos está sintonizando a través de “Cristo Viene La Red Internacional”. Queremos Señor ofrecerte sacrificio de alabanza, sacrificio de adoración, queremos Señor adorarte... adorarte por siempre... por siempre, por siempre... Déjanos Señor... subir a tu Presencia, ¡que esa Unción cálida Señor! que empieza a llenar este lugar, en cada rincón donde se está trasmitiendo en vivo Señor; seas Tú el que seas glorificado, seas Tú el que seas exaltado. Habla con Él... donde estás, con tus propias palabras, habla con el Señor... con tus propias palabras, deja que Él ministre tu vida, deja que Él ministre todo tu ser... Habla con Él... habla con Él... ¡Queremos adorarte Señor en este día, queremos exaltarte mi Señor!, por eso estamos ante Ti, para poder postrarnos en tu Presencia Señor Santo... Dios Amado... Poderoso Salvador. Quiero arrullarme en Ti, sentir tu Presencia mi Dios, Quiero adorarte mi Rey, por siempre y por siempre, Quiero expresarte Señor, lo que hay en mi corazón, Con todas mis fuerzas decirte… Te amo. ¡Ay...! cuánto te amo, ¡Ay...! cuánto te amo, ¡Ay...! cuánto te amo, Tu sangre preciosa ha comprado mi alma. ¡Ay...! limpió mis heridas, ¡Ay...! limpió mis pecados, ¡Ay...! ha perdonado mi alma, En la cruz del calvario ha comprado mi alma. ¡Ay...! cuánto Amor nos has dado, ¡Ay...! cuánto Amor nos has dado, ¡Ay...! tu Amor nos has revelado, Papito Amado, déjame adorarte. ¡Ay...! mi Padre Eterno, ¡Ay...! mi Príncipe Amado, ¡Ay...! tu Paz me has revelado, En la cruz del calvario has sanado mi alma. ¡Ay...! cuántos dolores, ¡Ay...! qué sufrimiento, ¡Ay...! mi Varón de dolores, Herido de muerte has amado mi alma. ¡Ay...! cuánto te amo, ¡Ay...! cuánto te amo, ¡Ay...! mi Dios, mi Príncipe Amado, En la cruz del calvario has amado mi alma. ¡Jesús...! Tú eres mi Amado... ¡Jesús...! Tú eres mi Amado, ¡Jesús...! mi Dios, mi Rey Admirable, Herido de muerte has amado mi alma... ¡Ay...! mi Dios Admirable, ¡Ay...! mi Padre Eterno, ¡Ay...! mi Dios, mi Alfa y mi Omega, En la cruz del calvario has comprado mi alma. Quiero arrullarme en Ti, besar tu costado, Quiero abrazarme de Ti y besarte tus manos, ¡Jesús...! mi Dios, mi Rey Admirable, Herido de muerte... has amado mi alma. Quiero postrarme ante Ti y besarte tus manos, Quiero abrazarme de Ti y besar tus heridas. Déjame hacerlo Señor... déjame subir al Lugar Santísimo... a cada uno de nosotros reunidos en un mismo Espíritu en los auditorios de las naciones, y en las casas y en todo lugar donde estamos adorándote en vivo y directo mi Señor. Déjame adorarte... déjame postrarme a tus pies... déjame besarlos Señor... cuanta falta me haces en este instante Señor... aunque tu Unción cálida está llenando este lugar y cada lugar por tu Misericordia; queremos más de Ti mi Señor... queremos mucho más de Ti... Yo quiero mucho más de Ti... No quiero contentarme con poco Señor, yo quiero adorarte... quiero expresarte lo que hay en mi corazón, quiero decirte que te amo, quiero expresarte mi amor y mi gratitud... solamente por Ti respiro, vivo, estoy de pie, solamente por Ti existo, mi Señor... porque Tú eres el dador de la vida, Tú eres mi Salvador... Por eso déjanos... déjame amarte, déjame adorarte Señor... déjanos Señor expresarte nuestra gratitud, déjanos Señor estar en tu Presencia... déjanos mimarnos en tu regazo, sentarnos en tu regazo mi Dios, y apoyarnos en tu pecho, y mirarte a los ojos mi Dios... perderme en Ti, perderme en tu mirada... en la profundidad de tu Amor que irradia de tus ojos... Por eso... déjame amarte, déjame Señor perderme en Ti, sumergirme en Ti, como el niño de pecho Señor, que se pierde con la mirada de su madre. ¡Tú eres mi Creador, Tú me has dado la vida, Tú me has dado la existencia, Tú me hiciste mi Dios...! Tú me hiciste mi Salvador... Tú me hiciste mi Poderoso Señor... Por eso déjame adorarte... déjame amarte... amarte solamente con mi mirada, amándote solamente mirándote Señor, apoyando mi cabeza en tu pecho, en tu costado, y abrazado de Ti, abrazado de Ti mi Dios... abrazado de Ti mi Salvador... Esa Unción cálida que nos alienta, que nos hace sentir la manifestación de tu Presencia en este instante, nos permite conocer que estamos acurrucados en Ti, ¡arrullados en Ti...! ¡Ay...! cuánto te amo... Mi Varón de dolores... ¡Ay...! mi Varón... ¡Perfecto eres Señor! ¡Tú eres perfecto, sólo Tú, sólo Tú eres Admirable! no hay... no hay otro Admirable como Tú... ni aquí en la tierra Señor, no hay ningún hombre Admirable como Tú... ¡Sólo Tú, sólo Tú, sólo Tú, sólo Tú, sólo Tú mi Dios, eres Admirable...! sólo Tú eres digno de admiración... nosotros somos barro, ¡somos barro, barro...! ¡Barro en tus manos...! barro en tus manos... barro en tus manos mi Creador... mi Dios Perfecto, mi Padre Amado, mi Padre Eterno, que escudriña todas las cosas. ¿Quién como Tú Señor, quién como Tú Señor, ¡quién como mi Dios!? Mi Salvador, el Rey de mi vida, el Rey de mi existencia... Por eso estoy ante Ti Señor, como creación tuya, como barro en tus manos Señor, y sé que aún tanto falta, me falta. ¡Señor! si Tú quieres rómpeme todavía Señor, ¡y mézclame con agua, con tu Palabra, y has de mi barro Señor y moldéame de nuevo...! ¡Moldéame de nuevo...! ¡Moldéame, como Tú quieras...! ¡Hazme de nuevo...! Hazme de nuevo, mi Creador... Tú tienes la potestad de hacerlo... tienes el Poder maravilloso, para hacer de cada uno un vaso nuevo cada día, un instrumento en tus manos. Por eso como barro que soy Señor, echo a imagen y semejanza tuya, aunque sí en cuerpo mortal mi Dios, cuerpo de pecado, cuerpo de maldad... En mi espíritu Señor, con toda mi alma permíteme estar en el Lugar Santísimo, y adorarte en Espíritu y en verdad; ¡porque este cuerpo mortal todavía no me permite Señor, estar físicamente en tu Presencia, es cuerpo de humillación, no es cuerpo de gloria, es cuerpo de carne mortal, es cuerpo de sangre...! ¡Por eso anhelo tu Redención... anhelo tu Redención... Mientras tanto mi Señor, sé que por tu Espíritu Santo... sé que por tu Espíritu Santo... con tu Poder puedo entrar al Lugar Santísimo... y estar ahora, en este instante contigo... ¡y poder sentarme en tu regazo...! ¡Y apoyar mis mejillas en tu pecho, y expresarte mi amor y mi gratitud, todo, todo, todo, todo mi amor...! todo mi amor... henchido de amor por Ti... Mi corazón como un globo Señor, ¡se inflama por Ti, se inflama por tu Amor! que llena todo mi ser... mi Eterno, mi Príncipe Admirable, mi Varón de dolores experimentado en quebranto, y por tus llagas fuimos nosotros curados, sanados; no solamente del cuerpo sino también del alma; lo que nadie puede curar en esta tierra, el alma... Tú has provisto sanidad del alma a tantas vidas Señor, a través de este Ministerio por tu Amor, en las naciones... Y ese pueblo sanado del alma agradecido Señor, vine a Ti para adorarte... es parte de tu ejército, y viene hoy ante Ti, para expresarte su amor y su gratitud... Déjanos amarte, déjanos adorarte... ¡adorarte...! mi Salvador, ¡adorarte...! adorarte... adorarte... Señor adorarte... adorarte. Déjame besar tus manos, déjame besar tus heridas, déjame Señor, mojar tus manos con mis lagrimas de amor, mis lágrimas de ternura, de afecto incomparable; porque Tú sabes Señor, que te amo más que a mi vida, y así lo siento Señor, es verdad. Estoy dispuesto a dar mi vida por Ti, por causa de tu Nombre, por causa de tu Palabra, por causa del Testimonio de Jesucristo en mi vida. Por eso estoy ante Ti Señor, como barro, como siervo, como esclavo tuyo, si Tú quieres... porque soy tu esclavo Señor, y nací para servirte, nací para hacer tu Obra Señor; no tengo otra razón de vida, no tengo otra razón de existencia más que obedecerte Señor, Tú eres mi Rey, eres mi Amo, eres mi Dueño, Tú me has comprado por precio, Tú me libertaste de la esclavitud del reino de Satanás Señor. Por eso cómo, cómo, cómo dejar de servirte... quiero servirte, servirte con todo mi amor, servirte con toda mi gratitud, servirte con todo mi ser. Aunque este cuerpo va envejeciendo con lo días, con las semanas, con los meses, con los años, y se cansa, se debilita. Mi espíritu Señor, anhelo que se siga renovando en el interior mientras este cuerpo envejece, y aún poder servirte conforme a mis fuerzas y aun más allá de mis fuerzas, y en todo momento que pueda Señor. Qué hermoso es poder subir al Lugar Santísimo, a tu Santos Atrios, y poder adorarte como ahora, poder hablar contigo cara a cara, poder sentir tu Presencia que viene a oleadas Señor y traspasa mi alma, traspasa todo mi ser... ¡Y por ese mismo Fuego de tu Presencia Señor, estoy traspirando! por el Fuego de tu Amor, por el Fuego de tu Presencia hermosa. Por ello cómo dejar de adorarte si me siento tan bien en tu Presencia, cómo dejar de besar tus manos, de besar tus pies, de expresarte mi amor y mi gratitud... ¡Nunca me cansaría y Tú lo sabes Señor, nunca! ¡Nunca me he de cansar de adorarte, nunca, nunca, nunca por toda la eternidad...! ¡quiero adorarte mi Dios...! ¡Por siempre y por siempre...! ¡Adorarte...! eternamente y para siempre... Adorarte... besar tus manos... besar tu costado... y cuando me lo permites besar tu frente, esas heridas hechas por las espinas de esa corona que te atravesó la piel y el cuello cabelludo, la piel de la frente. Besarte... y escuchar tu voz, tu voz agradable, voz varonil hermosa; cómo poder olvidar esa voz. Por eso déjame servirte hasta que Tú Señor determines el número de mis días... todo lo que pueda hacer, quiero hacerlo Señor por Ti, para Ti, porque no vivo más que para Ti. Eres mi Rey... mi Santo... Dios incomparable... incomparable... cómo poder expresar Señor, todo lo que tengo aquí dentro para decirte. Anhelo tu Venida... sé que estás listo y dispuesto para retornar, solamente faltamos nosotros, siendo parte de tu ejército, para que estando reunidos contigo en el aire, siendo arrebatados en las nubes, poder volver luego para el Armagedón. Qué privilegio Señor, de darnos la oportunidad de ser parte de tu ejército, y seamos vestidos de lino fino limpio, fino, blanco, resplandeciente, y volver Señor contigo en esos caballos de nube, seres poderosos espirituales, angelicales, santos, que sólo Tú con tu Poder y Deidad has podido crear, caballos de guerra, caballos hechos de nube, caballos espirituales, santos, poderosos en batalla contra las fuerzas del mal. Y vendremos Señor, y hollaremos a nuestros enemigos, pisotearemos el lagar juntamente contigo, y la sangre subirá hasta los frenos de los caballos. Solamente con tu Poder podremos hacerlo y en una humanidad que para en aquel momento ya no sirve, corrompida, depravada hasta el extremo, maligna, retorcida en sus pecados. Y es tu Juicio mi Señor, y como Tú nosotros desde ahora con justicia nos sustentamos Señor, con tu Justicia, las leyes de tu Reino. Gracias Señor... por tu Amor, por tu sangre bendita... Bendito eres, Bendito eres, mi Dios... Bendito... Santo... Santo... Santo... Santo eres Señor... Santo Dios... Santo Rey... Cochabamba, Bolivia, 15 de febrero de 2009. RESERVADOS TODOS LOS DERECHOS. COPYRIGHT, © 2012. youtu.be/usaWwB7m7uY
Posted on: Tue, 11 Jun 2013 21:42:54 +0000

Trending Topics



Recently Viewed Topics




© 2015