Una alacena para casos de emergencia Productos para contextos - TopicsExpress



          

Una alacena para casos de emergencia Productos para contextos adversos. Las catástrofes climáticas pusieron en evidencia la necesidad de contar con alimentos no perecederos o soluciones nutricionales para compensar la escasez, los precios altos o la falta de recursos para refrigerar. Desastres ecológicos como tornados, inundaciones o terremotos alrededor del mundo demostraron que algunas poblaciones están mejor preparadas que otras para sobrevivir los días posteriores a la catástrofe. La inundación en La Plata, en abril, movilizó a todo el país en busca de suministros clave, como agua potable y alimentos que no necesiten de cocción o refrigeración para ingerirlos. Existe una lista numerosa de productos que podemos tener almacenados –bajo ciertos recaudos– para que en caso de situaciones imprevistas o de no contar con servicios como los de provisión de electricidad o gas, podamos sobrevivir sin enfermarnos. El U.S. Department of Homeland Security , la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias de Estados Unidos (Fema por su sigla en inglés) y la Cruz Roja Americana elaboraron un documento llamado “Agua y Alimentos en una emergencia”. Algunos de los alimentos que son recomendados para situaciones de emergencia son: productos en polvo (leches, flanes, gelatinas), tomate concentrado, leche larga vida, dulces, mermeladas y azúcares, cereales, pastas secas, harinas, legumbres secas, frutas frescas y secas, verduras, alimentos enlatados, deshidratados y liofilizados. Soja, ¿solución? La soja tiene múltiples usos debido a su alto contenido proteico. Se puede consumir en granos o subproductos como aceites, guisos, sopas, albóndigas, ensaladas y hamburguesas. “Al igual que las demás legumbres, la soja es un alimento apto para ser utilizado durante estas situaciones. Si bien es la legumbre que presenta mayor concentración proteica, no será el alimento protagonista durante una emergencia o desastre”, señalan Eliana Álvarez Di Fino y Yemina Borgo, quienes el año pasado ganaron el Premio Anual Día del Nutricionista por el trabajo “ La nutrición en situaciones de emergencia y desastres: hacia el desarrollo de comunidades resilientes”. Explican que esto es porque “al seleccionar los alimentos adecuados para intervenir durante estos eventos, no sólo se tendrá en cuenta el valor nutritivo, sino que también se contemplarán aspectos como las preferencias alimentarias de la población, recursos necesarios para la preparación de las comidas, infraestructura disponible y acceso a ellos en la zona afectada”. Las nutricionistas recomiendan utilizar legumbres enlatadas o sus harinas, ya que no requieren de un remojo previo, lo que permite ahorrar agua, combustible y facilita la logística. Cualidades. Álvarez Di Fino y Borgo señalaron la importancia de que el grupo de alimentos elegidos para consumir en situaciones de emergencia formen parte del patrón alimentario de la comunidad, es decir, que sean social y culturalmente aceptados. En Argentina, pueden seleccionarse alimentos base, como los cereales (pastas, arroz, harina de maíz), alimentos con alta densidad energética (azúcar, aceites) y los que son fuente de proteínas (huevos, carnes, lácteos). “De acuerdo con la selección y combinación de alimentos, las legumbres serán consideradas como alimento base o fuente proteica”, señalan. Todas las comidas deberán estar acompañadas por agua potable, pan, verduras y frutas de estación. A partir de estos alimentos, se realizarán comidas simples que no requieran una elaboración compleja y un alto consumo de combustible, agua y logística. Agua potable. “Una amplia reserva de agua limpia (no contaminada) es la prioridad máxima durante una emergencia. Una persona normalmente activa debe beber por lo menos dos litros de agua al día. Quienes estén en lugares calurosos, al igual que los niños, las madres que amamantan y las personas enfermas necesitarán más agua”, describen el documento de Fema y la Cruz Roja Americana. El agua embotellada es el primer bien preciable en casos de emergencia y lo que primero escasea. Debe estar guardada en un lugar fresco, oscuro, y debe prestarse atención a la fecha de vencimiento. “Movimiento prepper”. En este siglo, nació en Estados Unidos el denominado “Movimiento prepper”, conformado por personas que se preparan para el fin del mundo y hacer frente a todo tipo de catástrofe. Estas familias almacenan toneladas de alimentos, como trigo, harina, productos deshidratados o agua embotellada. Algunos crearon incluso sus propias huertas y búnkers. “Ellos piensan que, en caso de desastre, los gobiernos no van a solucionar los problemas de los habitantes, así que lo mejor es estar preparados para cualquier cosa”, señala un artículo del National Geographic, medio que realizó un documental titulado El fin del mundo , en el que se muestra la vida de cuatro familias norteamericanas que pertenecen a este movimiento. Álvarez Di Fino y Borgo se oponen a esta tendencia, ya que consideran que estas personas no tienen enfoque técnico y comunitario. Y agregan que las estrategias de preparación para desastres diseñadas y probadas en todo el mundo involucran a todos los actores de la comunidad: familia, barrio, ONG, municipio, provincia, estado, comunidad internacional. Esto está consensuado y existe acuerdo al respecto: el marco de acción Hyogo de la Organización de Naciones Unidas. “Mas que preocuparse por el acopio, las acciones se centrarán en el desarrollo de sistemas de Edan (evaluación de daños y análisis de necesidades) y cadenas logísticas dinámicas y eficientes. Estos recursos existen, sólo tienen que ser articulados correctamente en la situación de emergencia y desastre”, explican. Galletas argentinas para emergencias Hace unos cinco años, el Instituto Nacional de Tecnología Industrial (Inti) comenzó a desarrollar alimentos tanto para situaciones como para establecimientos especiales. Nicolás Apro, director del Centro de Investigación y Desarrollo en Tecnología de Industrialización de Cereales y Oleaginosas, describió que al ingresar a geriátricos advirtieron que el intenso olor a comida -en algunos casos, poco atractivo- los impulsó a elaborar productos, que, aunque aptos para emergencias, fueron igualmente sabrosos. “Realizamos toda una línea de preparados resaltadores para que huelan bien, porque hicimos visitas a geriátricos y allí, generalmente, el primer olor que percibe es a alimento no rico. Pero también está pensado para viajes, turismo de aventura, además de desastres o situaciones de crisis”, describió Apro. La composición de las galletas busca una nutrición completa, además de un sabor agradable para lograr una buena percepción. “Los alimentos para largos viajes o para combate que analizamos no eran adecuados sensorialmente, queríamos que lo que desarrolláramos fuera un alimento de planificación amigable”, añadió. Apro indicó que las galletas tienen una calidad de proteínas especiales. “No podíamos exagerar en proteínas, así como en sal, porque llevaría a desear mucha agua, que también escasea en situaciones de emergencia”. Tiempo de almacenamiento Consumir dentro de los seis meses: – Leche en polvo en caja. – Fruta seca. – Galletas crocantes. – Papas. Consumir dentro de un año: – Sopas condensadas de carne y verduras en lata. – Frutas enlatadas, jugos de frutas y verduras en lata. – Cereales listos para comer y cereales instantáneos . – Mermeladas. – Caramelos duros y nueces en lata. – Vitaminas. Por tiempo indefinido (*): – Trigo. – Aceites vegetales. – Maíz seco. – Polvo para hornear. – Granos de soja. – Café instantáneo, té y cacao. – Sal. – Refrescos sin gas. – Arroz blanco. – Cubitos o polvos para caldos. – Pastas secas. – Leche en polvo (**). (*) En envases y condiciones adecuadas. (**) En latas envasadas con nitrógeno. Fuente: Agua y alimentos en una emergencia (U.S. Department of Homeland Security, Fema y Cruz Roja Americana). lavoz.ar/suplementos/salud/alimentos-saludables/alacena-para-casos-emergencia
Posted on: Wed, 12 Jun 2013 00:11:26 +0000

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