La enfermedad se apoderó de mí como un águila sobre su presa. - TopicsExpress



          

La enfermedad se apoderó de mí como un águila sobre su presa. Envenenado con un pesticida, las náuseas, el vómito y una fiebre alta me derribaron repentinamente. Yo, un niño de diez años, desbordante de vitalidad, de repente me encontraba al borde de la muerte. Nuestro médico de familia vino urgentemente y diagnosticó una hepatitis tóxica. «El pronóstico es muy reservado», dijo en voz baja a mis padres, quienes prefirieron no hospitalizarme. La enfermedad fue empeorando. Cuando estaba cerca del coma, alcancé a ver a mi madre y a mis hermanas en la entrada de mi habitación. Con el rostro bañado por las lágrimas, empezaron a cantar un viejo himno cuyas palabras hablaron a mi corazón: «Si solamente pudiese tocar su manto… Basta el borde, pues él sana totalmente». A pesar de mi gran debilidad, comprendí que, mediante las palabras de ese himno, Jesús me decía que lo que había hecho en otro tiempo por la mujer enferma, lo haría también por mí, si tan sólo tocaba el borde de su manto. Sencillamente deposité toda mi fe de niño en Jesucristo. A partir de ese momento mi salud mejoró cada día. Estuve muy débil durante varios meses, ¡pero sané sin ninguna secuela! ¡Gracias sean dadas a Cristo, que su Nombre sea alabado! “Vino a él (a Jesús) un leproso, rogándole; e hincada la rodilla, le dijo: Si quieres, puedes limpiarme. Y Jesús, teniendo misericordia de él, extendió la mano y le tocó, y le dijo: Quiero, sé limpio” (Marcos 1:40-41). © Editorial La Buena Semilla, 1166 PERROY (Suiza) labuenasemilla.net [email protected] ediciones-biblicas.ch
Posted on: Wed, 21 Aug 2013 22:14:19 +0000

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