-¿Es cierto no?-dijo con lágrimas en los ojos. -¿Qué?-respondí confundida. -Eres una mentirosa, no cumples tus promesas.-golpeo la pared. -¡Oye tranquilo! No sé de que hablas.-Sabía de lo que hablaba, así que tape con mis brazos las cicatrices. -Hablo de esto.-se acercó a mí y tomo mis muñecas, haciendo que las mangas de mis pullover a rayas se hicieran hacía atrás. -¿¡Qué haces!? ¡Déjalas ahí!-lo peche. -Pensé que lo ibas a dejar de hacer, lo prometiste.-se dejo caer en el suelo. -Eso no es incumbencia tuya.-estaba llorando. -¡Por Dios! ¡Claro que lo es!-tapo su cara entre sus manos. -¡No!-grite-No lo es. No llores por mí, por una fracasada.-me senté con él en la cerámica fría, quité sus manos de la cara. -No. No me toques.-se corrió de mí. -Bien, sí así lo quieres.-trague el pequeño grito y mire un punto fijo. Permanecimos por unos minutos así, en silencio. Ninguno de los dos hablaba, sabía perfectamente que estaba haciendo las cosas mal y estaba haciendo sufrir a la gente que me quería. Quería salir de ahí, pero no podía. Sentí un gran nudo en mi garganta, ese nudo que te avisa cuando estas por llorar, así era, quería llorar. -Las promesas se cumplen.-hablo de repente. -Lo sé.-baje mi cabeza. -Y tu no la has cumplido.-puso su mirada sobre mí. -Sí la he cumplido.- -¿Cuánto tiempo? ¿Eh, eh, eh?-se levantó del piso. -Una semana, no...no lo recuerdo.-lo mire. -Una puta semana, una puta semana.-repetía. -Algo es algo.-levanté mis hombros y los volví a bajar. -Algo es algo...-repitió mientras que dio una risa burlona. -Ya te dije que eso a ti no te importaba.-cerré los ojos. -Te dije que sí me importa.-grito y pegue un salto, me dio miedo. -Te ves agresivo así.-tenía la voz normal. -No, no soy agresivo y no me veo así. Otra vez apareció el silencio, dejando las cosas en nada, yo no sabía que hacer; quería abrazarlo aunque él no se dejará. Justo en ese momento fue donde pensé: "se acabo todo, todo por esa frase que jamás quise escuchar". -Las promesas se cumplen y tu no las cumpliste, prometiste que lo ibas a dejar, pero lo seguiste haciendo. Sí no cumples no prometas. -Lo prometí por solo una sema...-tapo mi boca con su dedo. -No, no lo hiciste, se que lo vas a volver hacer. Por ahora, olvídate de mí. Dicho eso las lágrimas no tardaron en caer, me sentía una fracasada, una estúpida. Todo por culpa de mi mente, mi mente que me mataba cada vez y se convertía en mi peor enemigo. Lo abracé, él se salió de mi agarre y también con lágrimas esparcidas por su rostro dijo: "Adiós, para siempre". La había cagado, como siempre. Aunque está vez, más profunda. PD: Bueno es algo que escribí en este momento, quiero ver que opinan, creo que la mayoría de cosas escribo esto por el hecho de la vida que pasamos la mayoría de los adolescentes. Y nada, espero que les guste. -Estilos▼
Posted on: Tue, 17 Sep 2013 03:54:49 +0000
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