-Seguir en esta ciudad, me enloquecía, hacia que volviera a mi naturalidad humana en donde la razón y la locura solo se veían divididas por una fina línea en mi cabeza. Lo único que mantenía mi cordura, era la sangre. La maldita sangre que me proveían los pobres humanos. Cada crimen, cada asesinato que escuchaba en las noticias me llamaba a cometerlo yo misma una vez más. Sentir que tienes el poder ante los demás, y demostrarles que están equivocados, que puedes acabar con su vida en un instante, y que solo son como ovejas de ganado. Pero la sangre hacia que me mantuviera a raya. Quizas porque los humanos transmitían a través de sus glóbulos rojos donados la poca cordura que ellos poseían, y asi, lograban controlarme, pero poco a poco, a medida que pasaba el tiempo, y me aislaba en mi “casa” sin nadie con quien hablar, la locura llegaba a ser mi mejor amiga. Emma era un chica independiente, no tenia porque pasar tiempo conmigo, asi como yo jamás lo pase con ella cuando era niña. Era u alma libre y por lo que sabia, correteaba por Gotham sin descanso, vida que le envidiaba. Yo no era una chica muy “maternal”, asi que hice lo que pude con ella, y la verdad no me puedo quejar. Al igual que Rik, imagino que seria igual que su hermana, ya mayor y con sus mismos problemas de enajenación mental, de todas formas, tampoco me hice cargo de él. Y no era porque no los quisiera, sino, porque no nacia en mi ese sentimiento. Ya ni los niños lograban enternecerme, ni los mios propios. Eso era algo triste. Mis manias y obsesiones eran cambiantes, y si aun no me habían atrapado los de Arkham, era porque tenia la misma astucia que Emma tuvo al escapar de ahí. Solo que no seria tan estúpida de dejarme atrapar de nuevo. Habia estado allí una vez, y no volveria a hacerlo, por mas que extrañara amigos olvidados en ese lugar. Por lo que había oído, Chris, de nuevo con Andre, había tenido otra hija. Ya no me sorprendía la cantidad de hijos que tenia, y pronto batiría el record con Angelina Jolie si seguía asi, si no es que ya lo ha hecho. Jonny, también estaba de regreso en Gotham, y también sabia que había llegado bien acompañado. La verdad, me sentía seca, sin sentimiento alguno, fría como alguna vez él lo fue, y no logró movilizarme esa noticia tampoco. Mis obsesiones ahora se basaban en molestar a los pocos que podía, como en los viejos tiempos cuando me sentía algo nostálgica. El oficial John Blake solia ser victima mia a veces, cuando no lo eran Gordon y toda su jefatura. Consideré en matar al padre de Chris y Jonny en algún momento, pero se desvaneció viendo lo patéticamente igual de retorcido de mente que era al igual que todos nosotros, siendo un Napier, todos eran asi. Pensé que seria mejor dejarlo asi, y que muriera algún dia tan loco como su mente llegara a retorcerse. Es mas si su vida seria un poco mas sabrosa, y divertida, que lo que hacía en su trabajo. Sin mucho que hacer una tarde muy solitaria y poco transitada en las calles, opte por salir afuera, a la azotea, donde Emma suele venir a veces. Tome uno de los tantos IPods robados que tenia y me recosté en el suelo, sintiendo que la desesperación volvía a agolparse en mi cabeza queriendo destrozar mi casa, haciendo que me golpeara contra las cosas y rompiendo varios muebles. Antes que eso, preferí salir y calmarme, y reproduje el IPod, sin saber que tipo de música tendría. Irónicamente, comencé a escuchar una canción que me describía a la perfección, haciendo que mis labios se curvaran en una sonrisa por la gracia que me causaba todo aquello. Cerré mis ojos, y me dejé llevar por la música, subiéndola a todo volumen, calmando asi un poco mis neuronas y algunas voces inquietas susurrantes. *Si tan solo hubiera seguido con la medicina que me mantenía esto a raya, no tendría que hacer esto, y podría estar divirtiéndome en las calles.* pensé en un suspiro, algo frustrada.- youtube/watch?v=MhtO-9FHNOY
Posted on: Tue, 04 Jun 2013 18:06:07 +0000
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