1 Samuel 2: 27-28 = Un hombre de Dios fue a ver a Elí, y le dijo: Así dice el Señor: bien sabes que yo me manifesté a tus antepasados cuando estaban en Egipto bajo el poder del faraón. De entre todas las tribus de Israel, escogí a Aarón para que fuera mi sacerdote, es decir, para que en mi presencia se acercara a mi altar, quemara el incienso y se pusiera el efod. Además, a su familia le concedí las ofrendas que los israelitas queman en mi honor. Una vez más, la muestra evidente de lo que sucede en la sociedad global cuando Dios decide levantar a un hombre y éste medianamente obedece la orden. Aarón no parecía ser precisamente lo mejor de lo mejor, y quizás mucho menos su familia, altamente beneficiada por esa cantidad y calidad de ofrendas. Sin embargo, las cosas se desarrollaron de un modo eficiente y prolijo porque a Dios mucho no le interesan tus pergaminos previos; lo que sí le interesa es que a partir de su presencia en tu vida, no tomes más decisiones por tu cuenta, sino que te limites a hacerlo conforme a su estilo, voluntad y propósito. Ese es el reaseguro de victoria. Lo demás, activismo puro y religiosidad manifiesta. Podemos elegir. Dios suele glorificarse en el levantamiento y victoria de las vidas más desordenadas y difíciles.
Posted on: Mon, 18 Nov 2013 03:20:32 +0000
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