1 Y sucedió que después que Mosíah hubo hecho lo que su padre - TopicsExpress



          

1 Y sucedió que después que Mosíah hubo hecho lo que su padre le había mandado, y hubo proclamado por toda la tierra, el pueblo se congregó de todas partes, a fin de subir hasta el templo para oír las palabras que el rey Benjamín les iba a hablar. 2 Y hubo un número muy crecido, sí, tantos así que no los contaron; porque se habían multiplicado extremadamente, y se habían hecho grandes en el país. 3 Y también llevaron de las primicias de sus rebaños, para que ofrecieran sacrificios y holocaustos según la ley de Moisés; 4 y también para que dieran gracias al Señor su Dios, que los había sacado de la tierra de Jerusalén, y los había librado de las manos de sus enemigos, y les había designado hombres justos como maestros, y también a un hombre justo para ser su rey, el cual había establecido la paz en la tierra de Zarahemla, y les había enseñado a guardar los mandamientos de Dios, a fin de que se regocijaran y estuvieran llenos de amor para con Dios y todos los hombres. 5 Y aconteció que cuando llegaron al templo, plantaron sus tiendas en los alrededores, cada hombre según su familia, que se componía de su esposa, y sus hijos y sus hijas, y los hijos e hijas de éstos, desde el mayor hasta el menor, cada familia separada la una de la otra. 6 Y plantaron sus tiendas alrededor del templo, cada hombre con la puerta de su tienda dando hacia el templo, para que así se quedaran en sus tiendas y oyeran las palabras que el rey Benjamín les iba a hablar; 7 porque tan grande era la multitud, que el rey Benjamín no podía enseñarles a todos dentro de los muros del templo; de modo que hizo construir una torre, para que por ese medio su pueblo oyera las palabras que él les iba a hablar. 8 Y aconteció que empezó a hablar a su pueblo desde la torre; y no todos podían oír sus palabras, a causa de lo inmenso de la multitud; por tanto, mandó que las palabras que él hablase fuesen escritas y enviadas a aquellos que se hallaban fuera del alcance de su voz, para que también éstos recibiesen sus palabras. 9 Y éstas son las palabras que él habló e hizo escribir: Hermanos míos, todos los que os habéis congregado, vosotros que podéis oír las palabras que os declararé hoy; porque no os he mandado subir hasta aquí para tratar livianamente las palabras que os hable, sino para que me escuchéis, y abráis vuestros oídos para que podáis oír, y vuestros corazones para que podáis entender, y vuestras mentes para que los misterios de Dios sean desplegados a vuestra vista. 10 No os he mandado subir hasta aquí para que me temáis, ni para que penséis que yo de mí mismo sea más que un ser mortal. Mosiah 2: 1-10
Posted on: Sat, 05 Oct 2013 13:27:49 +0000

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