1 ¿estas bien, flaco?- dice la dentista. Me sorprende la pregunta, me decido a abrir los ojos. -es que cierro los ojos para abstraerme en medio de la oscuridad- le contesto, sintiendo como la lengua se endurece. -vas a sentir que se te duerme la lengua, de la mitad de la boca- Tocándome el labio superior- para acá tenes que empezar a sentir un hormigueo. -lo siento- respondo. -muy bien- dice ella sacando una jeringa. La aguja es flexible y muy fina. Larga. La tuerce con la punta del dedo índice. Y en un instante pienso en cuantos detalles curiosos puede tener la descripción minuciosa de una consulta. Pienso que debería poner que estaba leyendo la novela de Haruki Murakami antes de que ella llegara. O poner que me desperté muy temprano y comí galletitas. Nada de eso tenía importancia. Los latidos absurdos en el pecho. La aguja dentro de la boca, besando la encia. -Muy curioso- dice ella- Tiene tres raíces. -ah- digo yo sin sentir la mitad del rostro. Aquel que escucho no soy yo. Desde el éter percibo las desmodulaciones de mi rostro anestesiado. -¿haces arte, no?- me dice la dentista. -soy poeta- miento. Y me observo la muela sobre una bandeja.
Posted on: Wed, 04 Sep 2013 17:39:59 +0000
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