15 February 2006 @ 01:19 am ENTRADA 53 Aun estoy vivo. Eso si, - TopicsExpress



          

15 February 2006 @ 01:19 am ENTRADA 53 Aun estoy vivo. Eso si, de milagro. Las últimas veinticuatro horas han sido terriblemente agotadoras. A medida que el Corinto se iba acercando a la bocana de la Ría las condiciones del mar iban siendo cada vez peores. Estos últimos días una potente borrasca se debe haber situado cerca de las Azores y está mandando oleada tras oleada de tormentas sobre la costa de Galicia. Las tipicas galernas de invierno, las que hacen que nadie que esté en su sano juicio salga a navegar fuera de las Rías con este tiempo de mierda. Claro que eso ya no es una opción ahora. Cuando me fuí alejando de Tambo mi cabeza no paraba de dar vueltas. Todo mi grandioso plan de fuga tenía como objetivo traerme de una pieza hasta la isla. A partir de ahí serían los militares, o quienquiera que controlase Tambo quien pasaría a cuidar de mi. El descubrir que la isla era un pedazo mas del infierno que se ha abatido sobre la tierra ha supuesto un mazazo enorme. Por unas cuantas horas, no he tenido ni puta idea de que demonios hacer. Al volver de hacer la aguada , mientras izaba el depósito de agua a bordo con una roldana, mi mirada se posó casualmente en la costa sur de la Ría, en el Puerto de Marín. Estaba absolutamente vacio. Aquí tambien cualquier cosa flotante había sido utilizada en la huida. Incluso los muelles de amarre de la Base Naval estaban desiertos. Donde normalmente se podían ver dos o tres de las grises y modernas fragatas de la Armada, e incluso algún portaaviones como el Principe de Asturias, ahora estaba vacia de todo, excepto por la devastación, el desorden y las docenas de figuras tambaleantes y cubiertas de sangre paseando sin rumbo. Bien. Perfecto. ¿A donde coño ha ido toda la gente? No me cabe en la cabeza que se hayan desperdigado a los cuatro vientos. Deben haber tenido algún objetivo. Quizás otro Punto Seguro. Podría ser.El puerto de Vigo, uno de los mas importantes de la costa atlantica europea, estaba a solo unas veinte millas marinas de allí. Quizás esté todo el mundo concentrado en él. Si!. Eso es!.Con toda probabilidad el Punto Seguro de Vigo aún resiste y todo aquel que pudo partió en barco hacia allí, con la confianza de que por vía maritima el trayecto sería completamente seguro. Con esto pensamientos borboteando en mi cabeza me precipité hacia el cabo de mi pequeño anclote, dispuesto a poner rumbo hacia ese nuevo destino. Quizás fuese el cansancio, quizás la excitación producida por estar en movimiento hacia lo que consideraba que iba a ser mi salvación, quizás fueron las ganas tan enormes de salir de allí las que hicieron que no prestase atención, pero fuera lo que fuese, resulta imperdonable. He vivido toda mi vida al lado de la Ría, y se perfectamente cuando las condiciones no son las indicadas para hacerse a la mar, pero esta vez no las vi. Todos los pequeños indicios, las crestas de las olas de un color gris sucio, las gaviotas volando hacia tierra, el viento racheado e inconstante del norte, deberían haber sido como señales luminosas, pero mi cerebro no era capaz de procesarlas. Todos mis pensamientos estaban cifrados en salir de allí cuanto antes. Al cabo de tres o cuatro horas de navegación estaba absolutamente claro de que el mar iba a estar muy, muy movido. Olas de tres metros sacudían el Corinto como una cáscara a la vez que autenticas cortinas de agua se desplomaban sobre la cubierta,empapándome, mientras yo, agarrado a la caña del timón, me obstinaba en ganar la boca de la Ría. Si esto ya estaba así aquí dentro, no puedo ni imaginarme lo que me podría haber encontrado en mar abierto. El viento soplaba furioso, inmisericorde. El Corinto, muy marinero, se deslizaba entre las olas abriéndolas como un cuchillo, mientras entre las rociadas de espuma adivinaba la costa. Estaba claro que no podría soportar esa situación mucho mas tiempo. Reconociendo lo inevitable decidí poner la proa hacia el pequeño puerto de Bueu, a poco mas de un par de millas de la salida de la Ría, para fondear a su cobijo hasta que el tiempo mejorase un poco. Convencido de lo que hacía, cometí el segundo error de la jornada. Por mucha experiencia que tengas en el mar no pudes confiarte NUNCA. Y eso es lo que hice. El spinaker, la vela de proa comenzó a flamear cuando giré en dirección a la costa y el Corinto se puso contra el viento. Saliendo de la bañera de popa comencé a dirigirme hacia proa para amarrarla. Subitamente una ola de costado golpeó el casco del barco, haciendome perder el equilibrio. En menos de lo que se tarda un pestañeo me vi colgado de la borda por un tobillo, enredado en una vuelta de un cabo, y con todo el cuerpo colgando fuera del barco, mientras este avanzaba, dando pantocazos, sin control, hacia la costa. Me había propinado un fuerte golpe en la cabeza y el hombro contra el casco y supongo que momentaneamente perdí el sentido, aturdido. No tardé en recuperarlo, despejado por las olas que me rompían directamente en la cara, casi ahogandome. La situación era realmente peligrosa. Si no conseguía volver a bordo, o bien me ahogaba boca abajo, o bien me caía y quedaba a la deriva, dejando que el barco se estrellase contra las rocas de la orilla. Y no contaba con que Lúculo se hiciese con el control del barco. Los gatos no son animales muy marineros, que digamos. Tras unos cuantos minutos de angustia, un subito cambio de viento hizo que el Corinto se inclinase hacia la borda contraria. Subitamente me vi elevado ,casi proyectado ,contra la cubierta de nuevo. Aprovechando la oportunidad me agarré a una de las cornamusas y me aupé de nuevo a bordo. Empapado, tembloroso y aturdido me arrastre de nuevo hasta la bañera de popay cogí otra vez la caña del timón. Rectificando la deriva, dirigí la proa del Corinto hacia el puerto de Bueu. El barco, lentamente, empezó a responder a la presión y poco a poco dejó de sacudirse. En menos de un minuto estabamos dirigiendonos velozmente hacia el puerto, con el viento a favor por el costado. Fue entonces cuando empecé a temblar violentamente. Había estado a punto de perder la vida. Podía haberme matado de una forma totalmente absurda, o quedar malherido a la deriva, lo que en esas circunstancias era exactamente igual. Joder. Sintiendo arcadas asomé la cabeza por la borda y vomité, sobre todo la gran cantidad de agua salada que acababa de tragar. Acababa de aprender una importante lección. Esas cosas, esos No muertos, no eran lo único que podía acabar conmigo. Accidentes, enfermedades, hambre, cualquiera de las causas normales de muerte seguían ahi presentes. No se habían retirado, simplemente estaban agazapadas en la sombra, esperando su oportunidad. Y si no tenía cuidado, podían cogerme. El hecho de haberme pasado los ultimos dáis pensando solo en mis cazadores casi me había hecho olvidarme de algo fundamental. El hombre es un ser muy, muy fragil. Ahora estoy fondeado en el puerto de Bueu, a una distancia prudencial del muelle, mientras la tormenta ruge con intensdidad sobre la villa. La costa está oscura, silenciosa, sacudida por ocasionales relampagos que iluminan por un momento, de forma fantasmagórica, las siluetas de los edificios, mientras el rugido de los truenos sacude todo el barco. Se que ellos están ahí, en la orilla. Y creo que ellos también saben que he llegado. Y lo peor no es eso. Lo peor,es que me he dado cuenta de que necesito algo fundamental. Y para conseguirlo, mañana tengo que ir a tierra. Justo donde están ellos.De nuevo junto a esas cosas. A la boca del lobo...... Ok porque una fan lo pidió y no puedo negarle nada a las mujeres pues aquí tienen una mas pasen bonita noche y cuidado con los zombies.... Z-kary..raaw
Posted on: Sat, 20 Jul 2013 07:34:05 +0000

Recently Viewed Topics




© 2015