3 de octubre de 2013 UN FRENO AL ÉXODO DE LA PRODUCTIVIDAD El - TopicsExpress



          

3 de octubre de 2013 UN FRENO AL ÉXODO DE LA PRODUCTIVIDAD El alcance del movimiento migratorio que tiene lugar desde Puerto Rico hacia los Estados Unidos y otras partes del mundo, sacude nuestro perfil demográfico y obliga a buscar un balance que contenga esa masiva fuga alimentada por las situaciones económicas y sociales del País. El alcance del movimiento migratorio que tiene lugar desde Puerto Rico hacia los Estados Unidos y otras partes del mundo, sacude nuestro perfil demográfico y obliga a buscar un balance que contenga esa masiva fuga alimentada por las situaciones económicas y sociales del País. Y las condiciones capaces de detener ese éxodo solo es posible crearlas con la ejecución de un plan de desarrollo socioeconómico diverso que, con énfasis en potenciar la inversión nativa y la del exterior, se traduzca en Puerto Rico en una verdadera revolución de la producción. Los datos aportados por la serie de reportajes “País en fuga” publicada esta semana por El Nuevo Día, y que ha devenido en una certera radiografía de la naturaleza de la emigración y sus protagonistas, ofrece por primera vez un panorama realista de lo que está ocurriendo, y de las graves implicaciones que eso puede tener dentro de pocos años. Tanto es así, que las proyecciones del Censo federal anticipan que la población de Puerto Rico descenderá a 2.3 millones para 2050, lo que significa que la Isla tendría el mismo número de habitantes que en 1950. La distorsión que esto conlleva en términos de empobrecimiento masivo, desplome de la economía y ruptura del tejido social, obligan a explorar soluciones concretas. El panorama migratorio ha quedado al descubierto, con análisis detallados de sus causas y un perfil minucioso de aquéllos que deciden irse. Los testimonios de algunos de los emigrantes pueden variar en matices, pero en su esencia hay trazos sustanciales: la mayoría son jóvenes, casi siempre padres de familia, y están subempleados o desempleados. En otras palabras, no han encontrado acomodo laboral en su tierra y la falta de horizontes los obliga a explorar otras posibilidades. El flujo de emigrantes, hasta cierto punto lógico en una isla con estrechos vínculos con los Estados Unidos, se disparó de manera inusual a principios de los 90, cuando muchos puertorriqueños decidieron emigrar a la Florida. Ese incremento de oleadas de boricuas hacia el norte, ha alcanzado en la primera década de este siglo niveles de pasmosa masividad: se calcula que medio millón de personas se marcharon de Puerto Rico entre 2001 y 2010. Eso hizo que en 2012 las personas de origen puertorriqueño en Estados Unidos sumaran 4.97 millones, frente a los 3.67 millones que viven en la Isla. La diversidad es una de las características de la emigración, pues ha quedado demostrado que, junto con los jóvenes educados, que tienen altas expectativas de conseguir empleos inmediatos y bien remunerados, está saliendo una generación de trabajadores de formación media o, incluso, menor, pero que están ávidos de tener empleo y sacar adelante a una familia. Podría decirse que, de ahora en adelante, salen sobrando los debates y las especulaciones estériles. Se sabe que la gente joven y productiva se va, y que lo hace a un ritmo que tiende a descompensar el País. Es momento de plantear ideas y soluciones laborales. La crisis alimentaria que se cierne sobre el planeta, incluyendo Puerto Rico, es una plataforma interesante para lanzar un rescate agroindustrial; proyectos sólidos que restablezcan una cultura de trabajo y fe, y que a la vez permitan que la gente se alimente. Los conceptos son simples: a mayor ética laboral y productividad, mejor clima tendremos en Puerto Rico, y nadie tendrá que ser obligado por las circunstancias a renunciar a vivir donde nació.
Posted on: Sun, 06 Oct 2013 00:43:02 +0000

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