A manera de comentario: Poesía, ¿simple palabrería? En un - TopicsExpress



          

A manera de comentario: Poesía, ¿simple palabrería? En un momento de mi adolescencia, cautivo de una profunda depresión, escribía palabras e hilvanaba frases extrañas a mí, diferentes del lenguaje diario, que mi razón poco entendía, pero mi corazón sí comprendía. Mientras trascurrían los años escuché decir que yo tenía agudeza, intelecto y la sensibilidad para construir poesías y versos. Quizás con natural talento o sin él, es el reflejo de mi esencia, lo que no digo a viva voz, lo digo en el papel, sí, plasmo en letras lo resaltante de la originalidad de mi personalidad, es decir, que soy auténtico en mis poemas, son ecos de mi alma, son escritos de mi alma, aquellos reflejos de mi vida que están internamente en mí, tan míos, son mis sentimientos y emociones esculpidos en simples y vulnerables papeles que a mi inexistencia el aura del tiempo se encargará de colocarles alas para perderse carentes de rumbo en borrascosas praderas. El sencillo papel que absorbe todo, que amablemente se presta para ser usado para bien o para mal, en sí mismo carece de valor, es lo que se encuentra plasmado en el papel lo que determina su valor; pero la poesía no está escrita en papel o en una simple hoja, está indeleblemente escrita en el corazón de quien la escribe. Ahora bien, los corazones son como una hoja de papel, se escriben historias y se dejan recuerdos ingratos y gratos, se escriben promesas y se esculpen angustias, amores, tristezas, amarguras, enojos, frustraciones, alegrías, decepciones, melancolías, resentimientos, rencores, anhelos…..en fin, la lista continúa. Así también el corazón se alimenta de palabras, de experiencias bellas, de vivencias agradables, haciéndolo más grande cada vez que le dicen palabras o frases preciosas, cada vez que experimenta la vida o circunstancias jubilosas; esos son hechos que nutren el corazón haciéndolo palpitar con fuerza. Un detalle, aunque no siempre, por supuesto, sin embargo por lo general la poesía surge y se desarrolla en dos básicas circunstancias: cuando uno está atravesando alegres, tan felices momentos que nunca desearía que acaben, y cuando la tristeza, el abatimiento y la melancolía te envuelven que quieres olvidar aquellos amargos instantes, esas dolorosas historias que cuán cemento fresco cuya huella puesta allí permanecerá aún cuando ya se haya endurecido; así el corazón, es vulnerablemente “fresco” a esos nefastos sucesos experimentados que dejan estigmas. La poesía no es un insignificante juego de palabras de alguien que por no tener algo importante que hacer agarra un papel y escribe cualquier cosa, tampoco es un efímero “entusiasmo lírico”, anotando lo bonita que es la naturaleza, con sus verdes arbustos, los animales, el mar, el cielo o las estrellas con la intención de hacer grata la lectura o deleitar a los oídos. ¡No, poesía no es eso!, no son los dichos conceptos que tergiversan la esencia de la belleza poética, que por cierto los elementos de la naturaleza pueden ser usados de figuras literarias para transmitir el mensaje poético. El asunto es que crear poesías, poemas, rimas, prosas, odas, versos o trovas es hablar con el corazón y desde el corazón, es expresar la esencia de sentimientos y emociones que anida el corazón de tal forma que poco a poco tu mano se mueva cada vez más ligero exteriorizando palabras que no sean palabras, sean originales emociones y sentimientos volcados en un papel. Es así en mis poesías, en mis trovas soy yo mismo con mis defectos y virtudes, sin caretas, sinceramente yo, con mis melancolías y alegrías, mi ser entero se desnuda; soy un libro abierto olvidado a la deriva, sobre un pequeño bloque de hielo presto a desintegrarse en la soledad del pleno océano, siendo conducido por la “brújula” de ondulantes aguas, cuyo cántico del viento marino se encarga de voltear las páginas, mientras las aguas oceánicas cada vez reducen aquel pequeño trozo de hielo. Mis escritos son sentimientos que brotan en tierras áridas y fértiles que emergen de la fuente de mi corazón donde se halla el baúl que almacena vivencias que también yace en el inconsciente y subconsciente para consecuentemente describirlos en palabras y frases en estado consciente. Los sentimientos y emociones extremas del alma son internos y mudos, muy propio de la naturaleza humana de cada persona, a la vez que se pueden manifestar, expresar o exteriorizar, por lo tanto mis escritos son el epítome de memorias de mi realidad que emergen y luego se pierden en el lejano horizonte de un atardecer de estío, mis escritos compenden lamentos, alegrías, enojos, frustraciones, dolor y lágrimas, mis odas son fragmentos de mi historia en el trajinar de noches lluviosas de frío invierno, son la inspiración exaltada que emerge de mi corazón, son flores ajadas por falta de riego de amor. Exteriorizo mis sentimientos, mis emociones; es lo que expresa mi corazón y mi alma, mi yo interior. Me llaman la atención los escritos de Rubén Darío de Nicaragua, del español Gustavo Adolfo Bécquer, de los chilenos Pablo Neruda y Gabriela Mistral, y del peruano César Vallejo, entre otros….., sus poemas están entre los que he leído, tratando de “sentir” y descifrar los sentimientos de aquel momento en que cada uno de ellos escribieron sus odas. En mi soledad, me interno en mí mismo, y extraigo a mi “yo”, hecho poesía, es mi inconsciente hecho poesía; es descargar el interior desnudo del ser transmitiendo los sentimientos, haciendo sentir al que lee los pensamientos, emociones y sentimientos que se transmite al papel. Donde more alguien, mora un corazón, desde ese corazón florecerán sentimientos, y de los sentimientos siempre se harán poesías. Alberto Hernández Garay Jesús María, Lima – Perú, 2010 Les pido sus comentarios, hagan “Like” si les gusta y si pueden agréguenme a su lista de Facebook que yo con gusto les aceptaré.
Posted on: Tue, 19 Nov 2013 09:48:15 +0000

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