A medida que cada célula de nuestro cuerpo muere, es reemplazada - TopicsExpress



          

A medida que cada célula de nuestro cuerpo muere, es reemplazada por otra y esta a su vez por otra más y así sucesivamente. El problema es, que este proceso de substitución y replicación no continúa indefinidamente. La raíz del problema fue descubierta por los biólogos Americanos Leonard Hayflick y Paul Moorhead en el Instituto Wistar en 1961. Hayflick y Moorhead demostraron la existencia de un fusible de tiempo en el hombre al poner células de tejido blando del cuerpo y permitiéndoles crecer en un medio de cultivo líquido. Al trabajar con fibroblastos humanos (células que conectan los tejidos) tomados de embriones, encontraron que existe un número límite, definido, de veces en que las células se dividen. A través de un período de meses, las células en cada cultivo se dividieron repetidamente, gradualmente disminuyeron en su tasa de reproducción, se volvieron visiblemente enfermas y después de un total de cerca de cincuenta divisiones, murieron. Experimentos posteriores mostraron que las células normales tienen, aparentemente, un mecanismo dentro del núcleo para recordar el número de veces que se han dividido. Lo que es más, esta “memoria” sobrevive aún en células que hayan sido almacenadas por largos períodos de tiempo a muy bajas temperaturas en nitrógeno líquido. Congeladas en su veinteavo desdoblamiento, por ejemplo, las células llevan a cabo 30 desdoblamientos más después de haber sido descongeladas, y luego paran. Congeladas a la décima vez, seguirían cuarenta más y morirían. Siempre el total, manteniéndose en cincuenta. Una muestra en particular, estudiada por Hayflick mantuvo un conteo exacto de desdoblamientos aún después de haber sido almacenada por más de trece años a menos 190º y a +176º. No se ha encontrado excepción aún a la regla de que las células normales tienen una capacidad finita de dividirse, como se midió por el sistema denominado límite de Hayflick. En otros animales, el límite es diferente: alrededor de veinte en el ratón, veinticinco en el pollo y 110 en el más longevo de los vertebrados, la tortuga de las Galápagos. Entre más larga la duración de vida del organismo, mayor es su límite-Hayflick – lo cual parece razonable. Menos obvio es porqué debe de existir cualquier restricción en el número de veces que puede reproducirse una célula normal. Intrigantemente, este límite en su desdoblamiento no aplica para otro cierto tipo de células. Las células del cáncer y las células de la línea de la germinación (huevo y esperma) en particular, parecen ser inmunes al envejecimiento. Estos son los “comodines” de la baraja; ambos pueden y se dividen sin fin y sin mostrar signo alguno de uso o desgaste. Un cáncer se ve anormal y se divide anormalmente: caótica y peligrosamente. Una célula normal infectada con un virus causante de cáncer, como demostró Hayflick, se vuelve cancerosa y subsecuentemente se dividirá sin límite en un cultivo mantenido en el laboratorio. Parece irónico que para que unas células animales ordinarias aspiren a la inmortalidad, deban de tomar algunas de las propiedades que podrían ocasionar la eventual muerte del organismo que los alberga – y, por lo mismo, de si mismas. Las células del huevo y del esperma, también tienen el potencial de la inmortalidad, un hecho, inicialmente descubierto en 1885 por el gran biólogo alemán Augusto Weismann. Weismann marcó una clara distinción entre lo que el llamó el “germen-plasma” humano, el material cromosomático involucrado en la reproducción, y el resto del cuerpo a “soma”. A la luz de esta diferencia, podemos pensar acerca del problema del origen de la muerte de otra manera. Esto es, ¿por qué ha creado la naturaleza una diferencia fundamental entre las células que son eternas y aquéllas que forman meramente un receptáculo temporal y desechable? Obviamente, si nosotros y otros organismos no muriéramos nunca, la evolución habría sido imposible, y no estaríamos aquí para meditar sobre la adivinanza de nuestra propia mortalidad. Pero este es un argumento basado en percepciones. Necesitamos evitar la sugestión de que la naturaleza tenía en mente, de alguna forma, el fabricar formas de vida complejas desechables. La evolución biológica, ciega y sin dirección, simplemente no trabaja de esa manera.
Posted on: Thu, 20 Jun 2013 06:05:58 +0000

Trending Topics



Recently Viewed Topics




© 2015