¿ A quien importa saber quien soy ? julio 4, 2013 at 2:01 - TopicsExpress



          

¿ A quien importa saber quien soy ? julio 4, 2013 at 2:01 pm Informe Actualizado Sobre El Martirio De Los Prisioneros De Marcos Paz Deje un comentario Publicado el 29 de Junio, 2013 en Carlos Marcelo Shäferstein, Columnistas, Opinion Tras la muerte del Teniente Gene­ral Videla por hemo­rra­gia interna el 26 de mayo, tras una lenta ago­nía de diez días sin aten­ción médica, el miér­co­les 29 de mayo a las 12.30, el direc­tor del Ser­vi­cio Peni­ten­cia­rio Fede­ral —VIC­TOR HOR­TEL— se cons­ti­tuyó en las ins­ta­la­cio­nes de la Uni­dad de Deten­ción de Ezeiza. No bien llegó, pro­ce­dió a orde­nar el corte de la línea directa de la sala de video­con­fe­ren­cias y mediante la Dis­po­si­ción 1244 —un “tras­lado con efecto”— dis­puso que los inter­nos de mayor edad que esta­ban dete­ni­dos en el penal de MAR­COS PAZ fue­ran lle­va­dos a EZEIZA. Ellos eran Mar­celo Bar­be­ris, Juan Manuel Bayón, Lucas Billich, Eduardo De Lío, Hugo Delmé, Hugo Fan­toni, Vicente For­chetti, Hora­cio Luján, José Madrid, Emi­lio Felipe Pica­bea, Luis Alberto Rodrí­guez Váz­quez, Julio Héc­tor Simón, Julio Alberto Tom­massi, Mario Torres y Mar­tín Zuñiga. A su vez, ordenó que todos los mari­nos que esta­ban alo­ja­dos en el Hos­pi­tal Peni­ten­cia­rio sean tras­la­da­dos de inme­diato a MAR­COS PAZ, aún siendo tam­bién pacien­tes de riesgo. Los cas­ti­ga­dos con la inmi­nente falta de aten­ción médica fue­ron Jorge Eduardo Acosta, Adolfo Donda, Car­los Cap­de­vila, Víc­tor Oli­vera, Car­los Gui­llermo Suá­rez Mason (h), Car­los Cap­de­vi­lla, Miguel Ángel Rodrí­guez, entre otros, tras una exhaus­tiva requisa de todas sus efec­tos per­so­na­les, que le res­ti­tu­ye­ron par­cial­mente luego del bru­tal éxodo com­pul­sivo de los catorce enfer­mos que con­va­le­cían en el dis­pen­sa­rio de la peni­ten­cia­ría, deno­mi­nado “HOS­PI­TAL PENI­TEN­CIA­RIO C1”, sito en Cons­ti­tu­yen­tes S/Nº de la loca­li­dad de EZEIZA. Aque­lla apre­su­rada y absurda dis­po­si­ción fue tomada por el Dr. JUAN PABLO SALAS, inte­grante de “la cám­pora” y actual magis­trado subro­gante de los juz­ga­dos fede­ra­les N° 1 y 3 de Morón, que ofi­cia como Juez de Eje­cu­ción con juris­dic­ción en MAR­COS PAZ. Estos tri­bu­na­les tie­nen su sede en calle Cri­só­logo Larralde 673 –obvia­mente en Morón– y sus telé­fo­nos son: (011) 4483–1443 (011) 4483–1443 / 4627–9900 4627–9900, por si alguien tiene alguna duda. En ese estado, inter­vino de inme­diato el abo­gado defen­sor de los mari­nos, el Dr. GUI­LLERMO JESÚS FANEGO, quien inter­puso un RECURSO DE HÁBEAS COR­PUS a favor de parte de los tras­la­da­dos, con inmi­nente riesgo de vida. VÍC­TOR HOR­TEL, le con­testó a la Jueza Fede­ral titu­lar del TOF Nº 5 que el Com­plejo Peni­ten­cia­rio Fede­ral Nº 2 de MAR­COS PAZ estaba en con­di­cio­nes de aten­der enfer­mos ter­mi­na­les. Pero la Jueza siendo la pro­pia Pre­si­dente de ese alto Tri­bu­nal, la Dra PALLIOTTI, inme­dia­ta­mente se cons­ti­tuyó en la Pri­sión de Máxima Segu­ri­dad de MAR­COS PAZ, donde cons­tató que el “hos­pi­tal” que pre­ten­di­da­mente fun­ciona en esa depen­den­cia del SPF está inope­rante e inac­tivo, de donde se infiere que HOR­TEL men­tía una vez más. Por ello la Dra PALLIOTTI ordenó que, en forma inme­diata, los afec­ta­dos que corrían peli­gro de muerte, sean lle­va­dos al Hos­pi­tal Naval de Bue­nos Aires a reci­bir el tra­ta­miento ade­cuado a sus res­pec­ti­vas afec­cio­nes, pre­vio a ser rein­te­gra­dos a EZEIZA. A todo esto, el fla­mante Minis­tro de Defensa, Inge­niero Agró­nomo AGUS­TIN ROSSI, en una de sus pri­me­ras medi­das prohi­bió que los pri­sio­ne­ros mili­ta­res sean aten­di­dos en los Hos­pi­ta­les Naval, Mili­tar o Aeronáutico. Apa­ren­te­mente fun­da­men­tado en dicha reso­lu­ción, el Recurso de Hábeas Cor­pus fue ape­lado por inte­gran­tes de “la cám­pora” pero el Juez Fede­ral de MORÓN, que recor­de­mos que ofi­cia como juez de eje­cu­ción juris­dic­cio­nal, el cam­po­rista Dr. JUAN PABLO SALAS, ordenó que se tras­lade a los recu­rren­tes al HOS­PI­TAL MUNI­CI­PAL DE MAR­COS PAZ “DR HEC­TOR J DAGNI”, sito en Lean­dro N Alem 250 de esa loca­li­dad (Telé­fono: (0220) 477‑1333 y (0220) 477‑1333. La maquia­vé­lica pla­ni­fi­ca­ción de este mar­ti­rio se le ocu­rrió a VIC­TOR HOR­TEL (a) “Negro de Mierda”, según el mismo se auto­de­no­mina. Como todos saben, HOR­TEL es uno de los más carac­te­ri­za­dos mili­tan­tes de “la cám­pora”, por lo que fue pre­miado con el cargo de Direc­tor del SPF, donde orga­nizó el cono­cido “Vata­yón Mili­tante”, inte­grado por a Esta suerte de dis­pen­sa­rio pre­ca­rio, que deci­di­da­mente no es un hos­pi­tal, está a cargo del Dr MIGUEL CASTELLVI. Al lle­gar los enfer­mos del Pre­si­dio, el Dr CAS­TE­LLVI mani­festó que se niega a aten­der­los por razo­nes per­so­na­les. En una pala­bra, quien se desem­peña como “direc­tor del hos­pi­tal” ya les ade­lantó ver­bal­mente a sus nue­vos pacientes-víctimas que, según sus prin­ci­pios polí­ti­cos, se niega a atenderlos. Es más los alojó frente en el lugar más ais­lado del lugar, junto al patio donde se depo­si­tan los resi­duos pato­ló­gi­cos, y en el cuarto con­ti­guo al pabe­llón de “ter­mi­na­les”, lepro­sa­rio donde ago­ni­zan los tubercu­losos sin espe­ranza de cura. Como ya informé a prin­ci­pios de la semana, los mili­ta­res están sin espe­cia­lista alguno ni tra­ta­miento, ni medi­ca­ción. Situa­ción que tam­bién fue cons­ta­tada por el Defen­sor, el Dr GUI­LLERMO FANEGO, quien informó esta dra­má­tica situa­ción a la Cruz Roja Internacional. La habi­ta­ción donde están alo­ja­dos los cinco mari­nos más gra­ves: el Capi­tán de Navío Car­los Gui­llermo Suá­rez Mason (con una seria afec­ción car­díaca de la cual fue ope­rado), el Capi­tán de Fra­gata Jorge Eduardo Acosta, el Capi­tán de Fra­gata Médico Car­los Cap­de­vi­lla, Capi­tán de Fra­gata Miguel Rodrí­guez y el Sub­ofi­cial Pri­mero de la ARA Víc­tor Oli­vera (dia­bé­tico y con un tumor en la cabeza) es lo que se conoce como el “pabe­llón de indi­gen­tes” del “Hos­pi­tal” Muni­ci­pal de Mar­cos Paz. Tal como indi­qué tras cono­cer el lugar per­so­nal­mente, el “hos­pi­tal” en cues­tión no es más que una salita pre­ca­ria todo el dis­pen­sa­rio en gene­ral, sin médi­cos ni medicinas. El cuarto donde fue­ron depo­si­ta­dos los tiene cinco metros por tres, y allí, cual lata de sar­di­nas, se emplaza una cama al lado de la otra. Vale decir que sólo pue­den per­ma­ne­cer acos­ta­dos, ya que pue­den cami­nar de a uno por el estre­cho pasi­llito que divide el pie de la cama con el pare­dón, donde pulu­lan los escor­pio­nes entre los lam­pa­ro­nes de hume­dad y las moscas. Por ejem­plo, la madre del Capi­tán Car­los Gui­llermo Suá­rez Mason (h) tuvo que com­prarle a su hijo los medi­ca­men­tos más bási­cos –que no se le sumi­nis­tran– como estrep­to­car­bo­caf­tia­zol, medi­ca­men­tos para la pre­sión, aspi­ri­ne­tas, war­fa­rina sódica (anti­coa­gu­lante car­díaco) así como tam­bién anti­fe­bri­les y agua mine­ral embotellada. Ya cité lle­gar a Lean­dro N Alem 250 de MAR­COS PAZ es una odi­sea, y el hora­rio de visita suma­mente escueto: de 16: 00 a 17: 00. Debo decir que tam­poco ali­men­tan a estos expian­tes en forma adecuada. Ade­más el único sani­ta­rio que hay en el sitio infecto que visi­ta­mos el vier­nes último es ridí­cu­la­mente pequeño y es com­par­tido por los cinco pri­sio­ne­ros más los diez guar­dias que los cus­to­dian en el exterior. A los pobres már­ti­res les han sol­dado la única ven­tana que da al patio de basura orgá­nica, aber­tura que tam­bién está clausurada. Hay una sola bom­bita eléc­trica fun­cio­nando, lo que sig­ni­fica, en defi­ni­tiva, que esta gente está siendo tor­tu­rada tam­bién por falta de luz y aire. Para colmo el agua para beber está con­ta­mi­nada por las napas freáticas. Hay diez guar­dias arma­dos del Ser­vi­cio Peni­ten­cia­rio Fede­ral en el exte­rior, que, por razo­nes de segu­ri­dad no dejan abrir la puerta donde yacen los ancia­nos, por lo que el vaho impe­rante es inso­por­ta­ble e insalubre. Si bien los alo­ja­dos allí están con pro­ble­mas de salud, informo tam­bién que el lugar está inva­dido por las mos­cas y otras ali­ma­ñas —que pulu­lan las pare­des impreg­na­das de moho— por lo que tie­nen gran posi­bi­li­dad de agra­varse ya que la hume­dad en las tapias pro­duce la bac­te­ria que genera tras­tor­nos pulmonares. En una pala­bra, les están ace­le­rando la muerte. Su eje­cu­ción, deci­dida directa o indi­rec­ta­mente por Cris­tina Fer­nán­dez de Kir­ch­ner, es por medio de estos tor­men­tos y el supli­cio que están abne­ga­da­mente soportando. El atroz esce­na­rio que des­cribo deja expuesta las diver­sas situa­cio­nes de cruel­dad, tor­tu­ras, aban­dono y falta de aten­ción médica hacia un grupo humano deter­mi­nado: los vie­jos inte­gran­tes de las FFAA y de Segu­ri­dad que pres­ta­ron ser­vi­cio durante la gue­rra con­tra el terro­rismo en la Argen­tina durante la década de 1970. Este estado de cosas con­fi­gura lo que está defi­nido como la vio­la­ción de dere­chos huma­nos ele­men­ta­les de ese con­junto de per­so­nas, sean ellas las mejo­res o las peores. Y ello es inad­mi­si­ble en el Estado de Dere­cho, en el cual se supone que la vida es sagrada. Autor: Carlos Marcelo Shäferstein DNI: 8.565.804
Posted on: Fri, 05 Jul 2013 14:20:21 +0000

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