"¿A qué le temes?", le pregunté a mi hija Karen hace unos días, al verla angustiada y sollozando por no quedar en el mismo salón con sus amigas de travesuras. Y ella me contestó: Yo creo que le tengo miedo a lo mismo que la mayoría de mis compañeros: le temo a todo lo que viene. Que si son siete u ocho materias distintas con maestros nuevos; que si hago amigos o no; que si llego a reprobar; que si no comprendo mis cambios en esta etapa de la adolescencia; que si me llego a perder en el camino cuando vaya de regreso a casa después del bachis; que si los nuevos compañeros se llegan a burlar de mí, si en clase contesto algo equivocado; que si esto, que si lo otro... Le conteste lo que un padre le diría a su hija: Hija podrías continuar con la lista de lo que muchos tenemos miedo; pero creo que hay algo todavía más importante: La ilusión que lo compensa todo: Crecer. Dar un paso hacia una nueva etapa, que no precisamente tiene por qué ser mala, sino que también creo, será una época cargada de nuevos aprendizajes y experiencias para tu vida diaria; llena de nuevas personas que serán tus guías, sin dejar a un lado las enseñanzas de quienes hoy no veras tan seguido; de nuevos compañeros, que quizá algunos se conviertan en nuevos amigos, sin olvidar las picardías, los consejos, la nobleza, las risas interminables, la unión del grupo de tus mejores amigas. Diles un "adiós", disfrazado de "hasta luego". O un "hasta luego" con antifaz de un "nos vemos en el receso o el fin de semana", porque estoy seguro que siempre las llevaras en tu corazón y en tu mente, ah!! Y en el face. Karen te digo esto porque te amo y porque se de lo que eres capaz de hacer y por lo orgulloso que me siento de que seas mi hija…piensa esto antes de dormir. Ella simplemente sonrió y me miro como solo ella puede hacerlo…
Posted on: Sat, 24 Aug 2013 04:39:11 +0000
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