A veces parece que pasamos toda la vida esperando a que suceda algo que no llega. Y en eso estamos. Esperar es lo nuestro. Yo sentí la necesidad de dejar de hacerlo. En las relaciones, como en la vida, llega un punto en el que, o sucede un cambio para dar un paso más, o solo nos queda ser espectadores de la degeneración progresiva, en la mayoría de los casos, sin querer ser conscientes. Y llegado el final nos abrazamos al estupor y a la perplejidad ante algo que se viene anunciando desde hace tiempo. La crónica de una muerte anunciada. ¿Por qué esperar? ¿Por qué ese miedo a decir “yo necesito más”? ¿Por qué ese vértigo a anticipar el fin o a propiciar el cambio? Yo le eché un pulso al tiempo. Decidí que era necesario decir lo que sentía: La verdad. Esa que dice que podría esperar eternamente pero que no estoy dispuesto a hacerlo porque, por desgracia, solo tengo una vida. Y cada día que pasa sin que nada cambie, estoy perdiendo la oportunidad de sentirme pleno y, quizás, la de volver a intentarlo. VG
Posted on: Sat, 24 Aug 2013 22:50:18 +0000
Trending Topics
Recently Viewed Topics
© 2015