ASOCIACIÓN “BELISARIO DOMÍNGUEZ” A. C. Defensa de los Derechos Ciudadanos del Municipio de Mocorito Boletín Nº 1 Mocorito, Sinaloa, Julio de 2013 LA DEFENSA DEL PETRÓLEO MEXICANO PRI y PAN llevan 14 años buscando privatizar Pemex Las últimas cuatro administraciones (ya del PRI o del PAN) que han gobernado nuestro país, se han propuesto reformar la Legislación correspondiente (Constitución y reglamentos) con el único fin de privatizar el petróleo mexicano. En cada momento se han esgrimido argumentos tales como “la urgente necesidad de modernizar PEMEX, dado que no es lo eficazmente requerido; también se ha esgrimido que la paraestatal nacional, se encuentra en un estado de deterioro acelerado y urge una inyección de recursos que permitan continuar con esta tarea prioritaria para el país. Lo que estas administraciones no han dicho ha sido que deliberadamente ellos han promovido la descapitalización y el deterioro de la paraestatal, impidiendo la reinversión de capital generado por la propia empresa, pero si se ha perdido en los bolsillos de los gobernantes. Así también por mandato presidencial se han hecho desaparecer, ignorar o minimizar, con políticas deliberadamente fallidas, al Instituto Mexicano del Petróleo; a la petroquímica que fue abandonada a su suerte con todo y sus importantes complejos industriales para que se diera la apertura a la iniciativa privada, cuyo resultado ha sido el mismo de todas las privatizaciones: el franco deterioro por la falta de inversión. La refinación es el mismo caso de abandono. Sin ir más lejos, el último y desastroso gobierno panista, por presiones populares prometió construir una planta de refinación, para reducir la importación. ¿y de la plana y del dinero? ¡Nada! Lo anterior plantea incongruencias aparentemente inexplicables como ¿Por qué México es el único productor de crudo en el mundo en importar gasolinas? La explicación es simple: No se ha invertido en el ramo de refinación porque la importación de esos grandes volúmenes (léase la mitad de la gasolina consumida en el país) se ha convertido en un jugoso negocio de gente en el poder, en detrimento de los mexicanos que tienen que pagar la gasolina más cara del mundo, (con relación al salario nacional), además de cargar mensualmente el impuesto de los gasolinazos. Por otro lado, por si fuera poco, también se tienen que pagar altos precios y aumentos constantes en el precio del gas porque a pesar de ser el cuarto productor mundial, México también que importarlo y sólo para beneficiar a empresas extranjeras, en gran parte españolas (gracias a Felipe Calderón), además esto también repercute en el precio de la energía eléctrica, principal consumidora de ese gas para producir el fluido eléctrico. A pesar de los rechazos populares a la entrega de PEMEX, los políticos del PRI y PAN, poco a poco, han ido mermando la autonomía petrolera y han logrado avances, dándole la vuelta mañosamente a las leyes permitiendo la entrada de capitales extranjeros a las actividades de la petrolera. Siempre jurando y perjurando que “PEMEX no se privatizará”, que el “petróleo seguirá siendo nuestro” y otras zarandajas. Ahora el gobierno de Peña Nieto (EPN), aliados en el Pacto PRI, PAN y cúpula del PRD, se pretende una nueva envestida y ya se escuchan en los medios justificaciones tendientes a sensibilizar al público de que PEMEX está en bancarrota ya que “en lo que va del año PEMEX ha perdido 53,000 millones de pesos (MdP), tan solo en el último semestre perdió 49,000 mil (MdP)”. Ahora pretenden abrirle completamente las puertas del petróleo mexicano a las empresas extranjeras. Quizá en estos doce años de ignominiosos gobiernos panistas se haya olvidado la práctica priista en la cual los gobernantes hacían declaraciones negando la ocurrencia de alguna política que afectaba los intereses del pueblo y el resultado real era precisamente lo contrario. Es decir con la negación anunciaba lo que iba a suceder. Tengan presente que esta práctica continúa. Sin ir más allá, el presidente de la Comisión de Energía del Senado (priista, por supuesto) ya afirmó:“Nosotros no vamos a hacer una reforma para quedar bien con las trasnacionales, sino una reforma que promueva la competitividad y la productividad, sin renunciar a la propiedad y la rectoría del Estado sobre sus recursos energéticos”. Mientras que por su lado, el propio Peña Nieto no esconde la verdadera intención, al declarar en Londres, al Financial Times, que la reforma energética será trascendental y se realizarán “los cambios constitucionales necesarios para dar certeza a los inversionistas privados”(extranjeros, por supuesto). Luego, el mismo presidente de la Comisión de Energía, citado, afirmó que EPN “va a poner en la mesa el platillo que falta para que se pueda cocinar una reforma energética importante”, merecedora de revisar el marco normativo “desde la Constitución”. En la nueva andanada en contra de PEMEX, deben participar todos los priistas, sin importar –como nunca ha importado- el bienestar del pueblo. Así el coordinador de diputados del PRI no quiere quedarse atrás y declaró: se deben erradicar “dogmas y falsos nacionalismos” (se refiere a la defensa popular del petróleo) y con la demagogia propia del partido “no se trata de compartir la renta petrolera con empresas trasnacionales, sino de asociaciones de PEMEX con empresas, donde se comparten utilidades”. Es como pedirle al tiburón que comparta la presa. Nada más faltan las declaraciones de Romero Dechamps. El trasfondo de la reforma energética Desde hace varios años se había previsto la disminución productiva de los pozos petroleros de las 32 cuencas de Estados Unidos (USA) para 2017; Las empresas petroleras norteamericanas junto con el gobierno pusieron su mira en PEMEX y desde las administraciones priistas de Salinas y Zedillo, para continuar con las muy desafortunadas de los panistas, no han cejado en su empeño de apoderarse del petróleo mexicano, con la ayuda de sus aliados: los gobiernos nacionales. Afortunadamente hasta hoy, han sido atenuados, más no anulados los varios intentos, gracias a la participación del pueblo mexicano. Últimamente ha vuelto a tomar ímpetu el interés de las grandes petroleras de USA por PEMEX, a raíz de un estudio conjunto (Exxon-PEMEX), en el cual resultó que la empresa mexicana es una de las más envidiables del mundo, por tanto, los grandes tiburones petroleros del vecino país, apoyados por su gobierno, se interesaron aún más, sobre todo, cuando no hay una oposición política partidaria ya que todos se han entregado al gobierno con el sacrosanto “Pacto por México”. Los grandes consorcios petroleros declararon que están listos para realizar las inversiones requeridas pero que las inversiones que se realicen en el negocio petrolero deberán estar condicionadas a que se modifiquen las regulaciones actuales (léase la Constitución). Pero la trampa no para en la simple inversión extranjera, sino que al modificar la Constitución mexicana podrán registrar como propios los yacimientos mexicanos ante su Securities Exchange Comisión (comisión gubernamental creada por el Congreso de USA para regular los mercados de valores y la protección de los inversores) que apoyados en el afán de latrocinio y abuso del poder bélico y económico del gobierno norteamericano, absorberán la renta petrolera nuestra ya sea por las buenas o por invasión en defensa de las petroleras. Más bien por las buenas, porque para eso tenemos gobiernos a modo. No se debe renunciar a la soberanía petrolera bajo ninguna condición. Porque el petróleo, como aconsejó un secretario de estado de USA (Henry Kissinger): “Si controlas el petróleo, controlas países enteros”, porque el petróleo es la principal materia prima del mundo. Mueve la industria, el comercio, los servicios y a las personas. México lo necesita como insumo estratégico para su desarrollo. Defendamos el petróleo, porque no sólo es nuestro, sino es la herencia de un país que les dejaremos a nuestros hijos. No permitamos a gringos y gobernantes, mal nacidos en nuestra patria, robarse esa herencia.
Posted on: Tue, 20 Aug 2013 05:06:43 +0000
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