Acabo de leer un articulo de Fernando Bienvenida sobre sus augurios de lo que nos puede deparar la ley que se trae entre manos el ministro de justicia. Lo comparto al cien por cien. Porque considero que sin apenas darnos cuenta, los políticos actuales nos están llevando a las injusticias vividas en mí niñez. Sin embargo, una de las ventajas que yo tenía en ella, es que tu ignorancia y la escasez de los malos presagios, brillaban por su ausencia. Ahora es diferente, cuando, la humillación que deja el rastro de una injusticia se te aloja en la comisura de los labios y hace aparecer esa bilis correosa y firme que se impone sobre cualquier otro sentimiento, y te ves en la necesidad de ahuyentar las moscas del resentimiento para evitar caer en la negación del odio o la venganza. Leía en cierta ocasión que: aunque el aullido es de los perros, la perplejidad es de los humanos al detectar las malas acciones de los que ahora detentan el poder sin justicia y sin escrúpulos. Me critican muchas veces que me guste el pan y coma tanto. Está visto que hoy en día nadie besa el pan; quizá, algún pobre que aun valora lo esencial. Es por ello, me viene a la memoria Lope de Vega cuando dice: Yo lo como y mejor diré lo beso. Porque es tan bonito el pan, que alma y cuerpo comerán de la dulzura del beso Por tanto, me gustaría decirle a los políticos actuales que: ¡tengan cuidado con sus abusos! ya que, desde que el mundo es mundo, el baile se hace en torno del pan de cocer. El pan ha sido siempre como la bolsa. Porque cuando falta el pan de tus hijos, se cuecen las revoluciones. Es una lección histórica que, al parecer, estos siniestros personajes que ahora nos gobiernan con tanto despotismo, parecen haber olvidado.
Posted on: Thu, 28 Nov 2013 12:39:39 +0000
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