Amadísimo Señor Jesucristo, desde que decidímos seguirte, hemos recibido de Ti, la fortaleza, alegría y gozo, para afrontar los tropiezos y las caídas. Andando de tu mano, nos levantamos, pues, contigo a nuestro lado, las tinieblas se convierten en luz. Quédate con nosotros, Señor, no permitas, que nada ni nadie nos aparte de Ti. Hermanos queridos hagámonos la pregunta. ¿Hasta dónde llega el amor que le profesamos a nuestro amadísimo Señor Jesucristo? Pidámosle que nos conceda la virtud de poder mirar a los que nos rodean como El lo hace. Anhelemos intentar entrar por la puerta angosta y que nos quede muy claro que lo que fácil conseguimos fácilmente lo perdemos. Bendecimos tu Nombre. ¡Amén!.
Posted on: Fri, 28 Jun 2013 23:51:48 +0000
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