Amigos lectores y queridos paisanos, aquí les va esta semblanza - TopicsExpress



          

Amigos lectores y queridos paisanos, aquí les va esta semblanza de alguien que en su tiempo fue importante para el pueblo, yo le diría un pacificador, pues por él y por los de su temple aun gozamos de paz y tranquilidad en la zona (Esta es mi muy personal opinión) estoy hablando de Don. . . . . . DON GENARO Este señor era de los buenos. De los buenos con la pistola, de los buenos con al escopeta, de los buenos para matar. Tenía facilidad para eso, eso si, no asesinaba, solo que no era dejado. Ejemplo: Cierta vez hace algunos años, se detuvo un jeep militar en el negocio de mi padre, del que se bajó un personaje bien plantado, con grado de coronel. Pasó a tomarse un refresco y a desahogarse con mi padre, al que le platicó el caso que, hacía un momento le había ocurrido. El coronel aquel contó que en el trayecto de la Uno a María Andrea, sobre la carretera, había encontrado a dos cazadores, que sobre sus hombros transportaban en dos partes la pieza (un venado temazate) que habían cazado no tenía mucho. Al coronel se le hizo fácil, confiando en su autoridad, detenerse y pedirles que le vendieran una de las piernas del venado. Los cazadores, un poco amoscados por la presencia del militar y de su asistente, le ofrecieron parte de un brazuelo y el pescuezo del venadito; el militar tratando de aprovecharse de los humildes cazadores, les trató de intimidar, diciéndoles que les podía quitar hasta las armas si no le proporcionaban la pieza de carne que el pedía. Uno de los cazadores que era Don Genaro, sin mas ni mas, que se descuelga su escopeta del hombro y apuntando a ambos militares, les espetó: Que eran unos abusivos, que les habían ofrecido un trozo de su venado, por que sabían compartir, mas que si seguían con exigencias, que se fueran mucho a la chingada. Los dos militares al ver la decisión de aquel morenito de pelo ensortijado no les quedó mas que hacer caso de esta justa razón; tomando las de Villadiego montaron en su vehículo y con el rabo entre las piernas se retiraron. El tal coronel al referir esto a mi papá, dijo que los ojos del mentado morenito, tenían un brillo muy especial que al notarlo, decidió hacerle caso a la razón y retirarse discretamente. Así era Don Genaro. Otro ejemplo con otro militar. Don Genaro estaba en una cantina que existía junto de la carretera, cuando pasó cerca Don Agustín Galindo, antiguo revolucionario al que por la confianza le nombraba “ El General”. Don Genaro lo saludo con su gesto acostumbrado. -¡Adiós general! ¡ Hijo de la chingada! Sin percatarse que acababa de estacionarse un vehículo del que oportunamente se bajaba un militar y de rango precisamente de General, quien ofendido sacó su pistola reglamentaria y en compañía de sus asistentes encañonó a Don Genaro y a sus acompañantes. Don Genaro sorprendido, mas sereno, pidió explicaciones al respecto y el a su vez las dio, aclarando que el insulto no era para el que se sintió ofendido, sino un saludo normal entre dos amigos; que no era por ahí el asunto. Mas el verdadero militar exigía una disculpa, además que amenazaba con detener a Don Genaro por ofensas y portación de armas, en esas estaban cuando Don Genaro en un descuido se desfajó la súper que traía en la cintura y encañonando con su pistola, ya sin seguro, al mentado General, le dijo: - Ahora si ¡Jijo de la chingada! Estamos parejos ¡cabrón! jálale pa’ que a los dos nos cargue madres. El militar pelando tamaños ojos, no tuvo mas que dar marcha atrás a sus arrebatos de militarzote prepotente. Don Genaro continuó diciendo: - ¡Pínche General,! Si tumbo los zopilotes al vuelo, cuanti mas a esa aguilita que está parada en su cachucha. Ya le dije que con usted no era, ni tiene que haber broncas, así que decídase cabrón. El general guardando su arma les ordenó a sus asistentes retirarse y partió en su coche rumbo a su destino. Así era Don Genaro. Yo le conocí en mi niñez y le recuerdo como una persona seria, moreno, de tez brillosa y pelo chino, que caminaba como con cuidado y delicadeza, suavemente. En la cadera derecha siempre le sobresalían las cachas de una pistola de gran calibre a la que le adornaban cachas de metal blanco con adornos dorados, y como que la mano de ese lado la traía un poco levantada en actitud muy natural; daba la sensación como si su brazo derecho lo tuviera mas corto que el izquierdo. Recuerdo que le pusieron una emboscada frente de la gasolinera, casa que ahora es de uno de mi hermano René. Eran tres asesinos emanpostados en tres puntos diferentes, el primero que disparó, por el nerviosismo le pegó a Don Genaro en una pierna, lo que le sirvió, ya que se cayó y ya tirado pudo sacar su arma y matar al que le había herido, el cual cayo junto de una barda en donde estaba parapetado. A otro que le estaba disparando le atinó en la cabeza, cayendo muerto ipsofacto cerca de uno de los pilares de la gasolinera. Al tercero, que disparando atravesó la carretera huyendo, Don Genaro le disparó al tanteo logrando meterle tres tiros en el tórax. El pistolero aquel, todavía alcanzó a subir la cuesta rumbo al panteón y murió sobre una gran piedra rodeada de ortigas, ahí lo encontraron al otro día los policías locales todo hinchado por los piquetes de las ortigas. A Don Genaro lo atendieron en el hospital de la única herida que recibió en la pierna; herida providencial, pues fue la que lo salvó. En aquellos tiempos así eran las cosas por estos rumbos, había gente que como Don Genaro se distinguían por su valentía y seguridad en el manejo de armas; gente que pacificó el rumbo, pues abundaron los maleantes que por “quítame de ahí esas pajas” asesinaban a gente inocente, a muchos de esas calañas Don Genaro, frente a frente les mató. Por serio y facilito para decidirse. Pero no faltó alguien que le encontrara la vuelta al nudo y hasta ahí llegó el hilo de la vida de Don Genaro. En la cabecera municipal quedó cerrado el último capítulo de esa azarosa vida. Parte de la historia regional quedó sepultada con el cuerpo de Don Genaro, pues fue el último de los personajes que en vida se les llamó valientes, que fueron necesarios para que ahora nosotros y nuestros hijos vivamos en paz y tranquilos. Poza Rica, Ver. Marzo 13 de 1995. DonArt.
Posted on: Wed, 31 Jul 2013 12:27:26 +0000

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