Atalanta e Hipómenes: la derrota por la victoria. No solo es - TopicsExpress



          

Atalanta e Hipómenes: la derrota por la victoria. No solo es cierto que, en ocasiones, cuando perdemos en realidad estamos ganando algo;pero pocas veces se ha razonado que para vencer hay que buscar abiertamente la derrota. Atalantaera una cazadora que había jurado fidelidad a la diosa Artemisa. Su manejo del arco era impecable; así como su postura frente a la libertad, a tal punto que se la considera una de las precursoras míticas del feminismo. El padre deAtalantadeseaba tener únicamente hijos varones. Despreciaba a la mujer, salvo en su rol de madre. Por eso cuando nacióAtalantala abandonó a morir defrío en la cima del monte Partenio. Sin embargo, la niña consiguió sobrevivir gracias a laleche inesperada de una osa, que la cuidó y amamantó como si fuese su cachorro, hasta queun grupo de cazadores la encontraron y decidieron adoptarla. Con los añosAtalantase convirtió en una mujer hermosa, ágil y muy fuerte. Decidió que nunca se casaría. Más aún, que se mantendría virgen para consagrarse por completo a Artemisa. Su afectopor la diosa era tan grande queprocuraba imitarla en todo lo que le permitía su condición de mortal. Precisamente por esoAtalantase recluyó en los bosques para vivir de lo que cazaba, lejos de los hombres y su sociedad. Las hazañas deAtalantafueron conocidas en toda Grecia. Por ejemplo, cazó centauros, jabalíes intraterrenos, monstruos bicéfalos, etc. Pero extrañamente su victoria más memorable fue consecuencia de una derrota. Acosada por docenas de pretendientes,Atalanta-ya cansada de matarlos en la espesura- anunció quese casaría con el hombre que lograra vencerla en una carrera, y que, caso contrario, si ella resultaba triunfadora, el oponente debía morir. La velocidad deAtalantaera tal que a veces concedía varios kilometros de ventaja, y siempre terminaba vencedora. Cierto día apareció un muchacho llamadoHipómenes, determinado a quedarse con la virginidad deAtalanta.Anteriormente había pensado un ardid, por el cual le había solicitado a Afrodita sus manzanas de oro; y ella, que odiaba muchas cosas pero sobretodo a las vírgenes pues éstas desprecian el amor; decidió ayudarlo en su estrategia. La carrera comenzó.Atalantaadvirtió que su oponente no eracomo los demás, y decidió que no le daría ventaja. Cada vez que estaba a punto de alcanzarloHipómenesdejaba caer una manzanas de oro, queAtalantaincomprensiblemente se detenía a recoger. Estas distracciones la retrasaron tanto que perdió la carrera. Días despuésAtalantacumplió su promesa en un santuario de Cibeles. Elmito de Atalantase entiende mejor si naturalizamos sus intenciones. No podemos pensarque realmente una doncella imbatible, amante de los bosques, que se alimenta de carne y raíces y se viste con los cueros ensangrentaados de los animales que caza, se vería tentada a perder una carrera acausa de frívolas esferas de oro. El orgullo de quien advierte quesus valores comienzan a desestabilizarse es también el que obliga a su impostura. La verdad es queAtalantaamó aHipómenesantes de empezar a correr, quizás cuando vio sus ojos y decidió que aquel día, para ganar, era imprescindible perder.
Posted on: Sun, 07 Jul 2013 23:04:00 +0000

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