Autor: Gustavo Tovar-Arroyo el Dom, 27/10/2013 - - TopicsExpress



          

Autor: Gustavo Tovar-Arroyo el Dom, 27/10/2013 - 19:30 MADURITO: ¿NIETO, HIJASTRO O PRINCIPESCO DE CHÁVEZ? En ese bochinche alucinado, para conservar el poder y mantener la eficacia del manicomio revolucionario, Nicolás Maduro Moros ha escogido como Jefe de Inspecciones Especiales nada más y nada menos que a su hijo, Nicolás Maduro Guerra, un singular mequetrefe que no tiene ni puta idea de dónde está parado; peor que su padre. Uno no sabe si es nieto, hijastro o principesco de Chávez. Lo cierto es que el embalsamado supremo jamás lo habría puesto ni a lavar retretes, quedarían sucios. Sonaré insensible y cruel, pero me es muy complicado, me es imposible, no satirizar a este becerrito de funcionario público, pretor inequívoco de nuestra debacle “porque mi padre me puso ahí” y de la eficacia revolucionaria que arrasa con Venezuela. Su mente se retrasa, su espíritu se apoca, es el cariñoso y consentido bobaliconcito, el niño impertinente y chillón que arruina la fiesta (en este caso la “revolución”), mientras su padre sonríe orgulloso. Claro, Maduro es un pasmado, no entiende que el ridículo y la usurpación llegaron a su tono máximo. Cuando Nicolás Maduro Guerra (el junior) señaló, ante la perplejidad de los asistentes, que su padre le había asignado la Jefatura Suprema de la Inspección Revolucionaria a él y no a Hugo Chávez Colmenares (hijo del embalsamado supremo) porque éste era un drogadicto que no servía para nada, entendí que el manicomio revolucionario no tiene ningún estupor en destrozarse a sí mismo, con Maduro a la cabeza. La guerra sucesoral está desquiciada. Las revoluciones han nacido a través de la historia de la humanidad para abolir reinados y monarquías. Ésa es su razón de ser. En el manicomio venezolano la “revolución” ha surgido paradójicamente para crear una monarquía. No podía ser de otro modo. Destrozadas todas las instituciones democráticas y republicanas, abolida la Constitución y la ley, los monarcas del madurismo sueñan con la eternidad de su delirio. La situación es delicadísima, debemos erradicar tanta demencia. Urge el concurso combinado y consensuado del mundo militar y político. Ya basta de delirios. No somos un manicomio, somos la nación de Miranda y de Bolívar. Es la hora apremiante de la severidad y la fiereza, es la hora de la razón y la ética. Bolívar condecorará desde su tumba nuestra irreverencia. Este artículo es mi comienzo. Vienen otros. El patético hijo de Nicolás y el Ministerio de la Suprema Felicidad me han inspira ¿Y a ti militar amigo? @tovarr
Posted on: Mon, 28 Oct 2013 12:59:45 +0000

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