Ayer disfruté de un concierto al abrigo de la Catedral de Vic. Por lo que pude entender el cuarteto musical lo componía una catalana de voz melosa, un par de moros y un Judío sefardí. Los sones andalusíes me parecieron el más fino y elegante preludio de una hechicera noche de zambra flamenca y los romances sefardíes que cantaba la muchacha en un bonito castellano medieval me retrotraían a las coplas que tantas veces un servidor y mis amigos hemos revivido en noches de fiesta y folklore por mi Campo Charro y las sierras de Francia y el Rebollar. La música y la luna creciente de la noche vigatana me hicieron sentir el espíritu del único rey medianamente digno que tuvieron las Españas: Un tal Alfonso que pasó a la historia como “El Sabio” por culto, avanzado, ponderado y… pichabrava. Virtudes (sobre todo esta última) que no podía ser perdonada por un suegro cuyo nombre era Jaume y su gracia “El Conqueridor”; ni mucho menos por la recua de meapilas acérrimos y frustrados que por todas las cortes de España han pululado al rebujo de cortesanas casquivanas. Al terminar la música el regreso a la realidad me soltó bofetada y me dije por qué “CO…..is” no nos dejamos de tanta “OS…..pista”
Posted on: Sun, 15 Sep 2013 22:36:53 +0000
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