Ayer hubo una fiesta en el Lima Golf que empezó a mediodía y terminó a medianoche. Con música electrónica capaz de enloquecer hasta al más ecuánime, y a unos decibeles evidentemente ilegales, ¡doce horas seguidas! Claro, a algún engreído se le ocurrió que tenía más derechos que cientos de familias que viven alrededor del Golf y simplemente se sentó en la nota. Y el presidente del club, bien gracias. Que se prepare, porque me encargaré de que no tenga paz ni de día ni de noche hasta el fin de sus días, y luego, durante tres generaciones. Cuando a las 11:45 llamé al serenazgo al borde del ataque de nervios, me informaron que ya les habían puesto dos papeletas pero que tenían autorización hasta las doce, así que tenga un poco de paciencia y espere nomás unos diez minutos. Cuando pregunté cuánta gente había llamado a quejarse, me informaron que habían sido más de cien llamadas. Santísima Madre de Dios, ora pro nobis.
Posted on: Sun, 25 Aug 2013 22:52:13 +0000
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