Ayer por la tarde recibí un sobre conteniendo un ejemplar con - TopicsExpress



          

Ayer por la tarde recibí un sobre conteniendo un ejemplar con dedicatoria manuscrita. Hace rato empecé a leerlo. Conozco su contenido, pues que su autor es uno de mis preferidos, y el contenido del libro reúne con un sentido específico, lo que ha escrito sobre el tema que el título sintetiza. Lo leo mucho por su claridad, por su precisión, porque escribir para él es hacer uso de su libertad. La libertad es una práctica. Cuántas cosas nos aprisionan. Barrotes invisibles hay que se nos imponen o que nosotros nos imponemos y de esas cárceles tratamos de huir, sin duda, cuando nos damos cuenta que estamos presos a cielo abierto. A este autor lo leo yo creo que más o menos desde 1979, cuando vivía en Azcapozalco y en la biblioteca pública leí una antología de poesía mexicana preparada por él, lo cual me llevó a un libro suyo de crítica de poesía. Me asombró su forma de describir sin metáforas las metáforas, de presentar narrando las imágenes poéticas. Me llenó de entusiasmo y de inquietud su pasión por lo otro, por los otros, lo popular y lo culterano, lo local y lo cosmopolita. Lo empecé a leer entonces y en aquel tiempo trabajaba yo como mensajero en una oficina, frente a Chapultepec. Cómo aproveché sentarme a leer en una banca del bosque cuando salía a ruta y antes me detenía a leer o un poema o un cuento (corto) o unas páginas de alguna novela o parte de un ensayo. Me estaba formando mi camino como lector siendo un transeúnte o un usuario del trasporte público. En la planta baja (eran tres oficinas en una casa de un piso) había un despacho de abogados y una vez tomé una de las revistas que estaban en un buró en la sala de espera; una revista que después no dejé de leer y me vinculó con otras publicaciones y hasta ahora conservo mi colección casi completa. Se trataba de la revista Vuelta, después la siguieron nexos y los suplementos culturales. En el camión y en el metro leía yo tanto como me era posible, en la azotea por las tardes o caminando (esta última modalidad en voz alta, para no tropezar, según recuerdo, me convencí a mí mismo). Pasaron los años y el autor del libro que ayer recibí de su parte y hace un rato empecé a leer, se convirtió en una suerte de amigo. Vaya, la vez que lo conocí en persona me resulta inolvidable y he hablado por teléfono con él algunas veces. Cuando termine de leer su libro escribiré, cual es mi autodisciplina, una nota. Unas veces esas notas se convierten en reseñas o artículos o en muy contadas ocasiones en ensayos. Vale mucho la pena escribir notas sobre las lecturas que hacemos, es como una suerte de conservar algo bello o guardar para poner en práctica en su momento un saber adquirido con paciencia. En fin, les comparto lo que me escribió... No, mejor no. Pero me ha hecho sentir muy contento. Buenas noches.
Posted on: Fri, 06 Sep 2013 05:51:14 +0000

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