Baños Calientes Hola, hacía mucho que no escribía ningún - TopicsExpress



          

Baños Calientes Hola, hacía mucho que no escribía ningún relato y espero que este nuevo os guste y os casquéis un buen pajón a mi salud… jeje Todo empezó hace un mes, cuando decidí apuntarme a una piscina climatizada cerca de mi casa. Yo soy un chico que mide 1,78 y pesa 73 kg. Vamos un chico normal, ni gordo ni muy delgado. Siempre he querido adelgazar un poco más y estar un poco definido, pero sin pasarme, ya que me gusta que los que me follan sean más grandes que yo y sentirme su zorrita. Por esta razón, decidí apuntarme a nadar, para mejorar mi cuerpo. Empecé a ir a la piscina dos o tres veces por semana, a una hora en la que no hubiese mucha gente, las tres del mediodía, porque no me gustan las multitudes, y menos para nadar. Lo primero que me sorprendió fue que los vestuarios fueran individuales, para poder cambiarte sin que los demás hombres te pudieran ver, cosa que no me gustó, ya que yo quería exhibirme en esos baños públicos que seguro estaban llenos de machos. Sólo de pensar en ver a machos cambiándose y duchándose desnudos me ponía a cien, por lo que me cabreé. Cual fue mi sorpresa que al primer minuto que llevaba en el vestuario, y que todavía no había entrado a cambiarme veo salir de las duchas a dos hombres completamente desnudos y con el rabo colgando. Se pusieron a vestirse delante de mí, sin entrar al cambiador. Al parecer, en esos vestuarios cada uno podía cambiarse donde quisiera, siendo normal las dos opciones, lo cual me encantó. Volviendo a la historia, el primer hombre desnudo que venía hacia mí tenía una actitud extraña, parecía que estaba bastante bebido, lo cual me extrañó. Tendría unos 40 años y no se conservaba del todo mal. Me fijé en su polla, una polla normal, en reposo y depilada. Él comenzó a hablar de una forma rara y ahí me di cuenta de que me había quedado pasmado observando su polla. Él no se dio cuenta, pero su amigo sí… y de repente, descubrí a un gran macho. El otro chico tendría también unos 40 años, y este sí parecía estar sobrio. Medía unos 1,85 cm y se notaba que hacía bastante ejercicio. Me encantaba porque era el típico hombre que está en forma pero no está muy musculado, además de que era ancho de cuerpo y espalda. Era moreno y tenía los ojos azules, además de que llevaba el pelo corto y una barba de tres días que me volvía loco. Además tenía pelo por el cuerpo, cosa que me encanta, los hombre que tienen vello pero no llega a ser exagerado. En ese momento, por la vergüenza de haber sido pillado, me metí rápido a un cambiador y me empecé a poner el bañador que había comprado expresamente para ir a nadar, de estos tan ajustados que no dejan nada a la imaginación. Les oí hablando mientras me cambiaba y comprobé que hablaban de cosas de ellos, por lo que me tranquilicé, ya que igual no se había dado cuenta de mi reacción. Antes de salir del cambiador, ellos ya se habían ido, y me fui a nadar un rato, pensando en el buen macho que acababa de conocer y quizá no volviera a ver nunca. Seguí con mi rutina de ir a la piscina, pero los siguientes días decidí cambiarme en la zona común del vestuario, para que en cualquier momento que entrase un buen machote pudiera verme desnudo y a su completa merced. Nunca se sabe donde puedes encontrar un buen rabo que comer. Pero siempre tenía la esperanza de encontrarme al macho que conocí el primer día. Hasta que un día llegué y me encontré otra vez a los dos machos que conocí. Esta vez iban con sus bañadores puestos e iban a entrar a la sala de duchas. Fue una pena ya que yo acababa de llegar y no tenía sentido meterme a ese cuarto de duchas, por lo que tuve que conformarme con verle en bañador. Lo que sí me fijé es que ese día y el primer día fui 15 minutos antes de lo normal, por lo que decidí que a partir de entonces adelantaría la hora de llegar a la piscina y que iría todos los días. Los siguientes días, comprobé que mi macho iba normalmente a la piscina y siempre a la misma hora, casi siempre acompañado por su amigo, cuando yo entraba a cambiarme él iba a las duchas o se estaba cambiando. Pude comprobar que tenía una alianza de casado, lo cual no me desmotivó, ya sabéis que los maduros casados son mi predilección. Por mi parte, cuando me encontraba con él en el vestuario exageraba mis movimientos, y dejaba caer cosas a posta al suelo cuando estaba completamente desnudo para provocarle, pero no solía ver ninguna reacción suya. Sí la vi de su a amigo, que un día cuando yo ya iba a nadar y creía que yo ya no le oía le dijo al otro que yo me movía como una maricona, y que le gustaría destrozarme el ojete para joderme. La verdad es que me daba un poco de miedo su amigo ya que siempre parecía estar borracho y parecía tener una actitud bastante agresiva. Un día, llevando ya dos meses yendo a la piscina, me estaba cambiando y de repente entro mi adorado macho solo, sin la compañía de su amigo. Se metió en el cuarto de las duchas y yo decidí que era un buen momento para acercarme más a él, por lo que decidí desnudarme completamente e ir a ducharme. Al entrar, en la sala de las duchas, que es un cuarto no muy grande con cuatro grifos en la pared y sin separadores, vi que mi amado semental estaba solo y que tenía una muy buena oportunidad para hacer de ese cuarto un sitio muy caliente. Él, al escuchar que entraba alguien, se dio la vuelta y me vio. Primero puso cara de extrañado, ya que me acababa de ver que iba a entrar a nadar y en cambio, estaba ahí. Al momento, su cara cambió a una sonrisa picarona, lo que me dio un poco de confianza ya que él en ningún momento había mostrado el más mínimo interés en mí. Me coloque en el chorro de agua al lado suyo. Contemplar ese cuerpazo y ese pollón que ya en reposo era grande me estaba poniendo malo, por lo que decidí que tenía que actuar rápido. Hola, ¿Qué tal esta el agua? – Pregunté yo Muy buena. La verdad es que en esta piscina se está de vicio Sí, es cierto. ¿Tú vienes mucho por aquí? Joder, nos vemos casi todos los días… te veo desnudo más a ti que a mi mujer – dijo él, y los dos no empezamos a reir. En ese momento, vi que tenía una pastilla de jabón para el cuerpo y se me ocurrió una idea para intentar excitarlo. Oye, ¿me podrías dejar un momento tu pastilla de jabón? Es que no tengo. Vale Me empecé a enjabonar de forma lenta y muy erótica, y vi que el me miraba un poco de reojo, pero seguía sin hacer nada. Ahí decidí protagonizar mi propio momento cárcel, y dejé caer con disimulo a mi lado derecho la pastilla de jabón al suelo. Al cogerla dejé todo mi ojete a la vista de ese macho. De repente, noto un brazo que me pone contra la pared y me empieza a besar como un animal. Su cuerpo se pegó al mío y pude notar que esa polla ya estaba a 100 y que mínimo mediría 19 cm. Seguimos besándonos y magreándonos, sintiendo el agua rodar por nuestra piel y sintiendo nuestras pollas tocándose. Hasta que de repente él se paró. No pensé que tenía posibilidades contigo- le dije Te lo has currado, cariño. ¿Crees que no me daba de cómo te me insinuabas? Jeje he usado mis mejores armas. Desde el primer día supe que eras gay. Pero pensaba que te gustaba mi amigo, como el primer día te quedaste embobado mirando su rabo… Pero hoy, cuando has entrado en la ducha ya he visto que el que te gustaba era yo, o quizá eres un zorrón y te gustamos los dos… - dijo él Me fije en la polla de tu amigo porque fue el primero que vi y me sorprendió, pero cuando te vi ya no tuve ojos para nadie más – le respondí Nos seguimos besando hasta que pasó algo que cambió su actitud de macho romántico pasional a macho agresivo. Me iba a meter un dedo en el ojete y yo le dije: Quiero que me metas el dedo en el que llevas el anillo de casado En ese momento, su cara cambió y me pegó un tortazo con la mano abierta. Me cruzó la cara literalmente y caí al suelo en posición a cuatro patas. En ese segundo que trascurrió sentí mucho miedo a que me pudiera pegar una paliza. Te vas a arrepentir de haber nombrado a mi mujer Y me metió el dedo en el que llevaba la alianza de casado en el ojete de un solo envite hasta el fondo. Yo pegué un grito de dolor ya que mi querido culo no estaba preparado para eso y ese semental tenía los dedos muy grandes. Él me tapó la boca con la otra mano y siguió bombeándome con ese dedo taladrador, que me estaba perforando. A pesar de la rudeza, me gustaba ya que había hecho lo que yo le pedí, profanar su alianza en mi ojete. Después de unos dos minutos desgarrándome con sólo un dedo me dijo: Vamos a los vestuarios individuales, no vaya a ser que entre alguien y me tome por maricón. Aún así nos van a oir, esos vestuarios están abiertos por arriba y se oye todo. Es mejor irnos a un lugar más tranquilo Me la suda que me oigan. Además, tengo que darme prisa que en media hora he quedado con mi mujer para ir a comprar. Abrió la puerta de la sala de ducha y miró que no hubiera nadie. Me agarró del brazo, me levantó y nos metimos rápido en un cambiador individual. Me sentó en una pequeña silla pegada a la pared y me cogió de los pelos. Un segundo después ya tenía ese trabuco en la boca. Venga… síi…. Qué bien la chupas!- me decía mientras me guiaba con su mano. Él había decidido ser el macho dominante que controla la situación, y también había decidido convertirme en su zorrita particular, lo cual me encantaba. Él me llevaba a a donde él quería que le chupase y al ritmo que le apetecía. De repente, me paró. Pensé que podría estar a punto de correrse y que prefería parar para poder taladrarme el ojete con su mástil, pero no. Joder, me meo. Es que la piscina me da unas ganas de mear enormes y con todo lo que ha pasado no lo he hecho. – me dijo Pues espera un par de minutos a que se te ponga morcillona y sales un momento a mear a los urinario – le sugerí Espera… tengo una idea mejor Me siguió sosteniendo del pelo y él cerró los ojos y empezó a mirar para arriba. Pasó casi medio minuto así y su polla ya estaba morcillona. Yo no entendía qué estaba pasando hasta que me ordenó que abriera la boca. ¿Para qué quieres que abra la boca?- le pregunté, ingenuo Pues para qué coño crees tu, te vas a beber todo mi meado – y con esas palabras, me cogió de la mandíbula y me abrió la boca. Yo nunca había probado la lluvia dorada y era algo que me daba un poco de asco, pero dar placer a ese semental y tenerlo junto a mí valía la pena, así que decidí ser obediente. Él empezó a mear y el chorro que salía era muy potente. Además, puso el pene lo suficientemente cerca como para apuntar perfectamente al centro de mi boca. Intenté tragar todo su meado pero era imposible, se notaba que tenía muchas ganas de mear. Mucho orín se me caía por la boca y resbalaba por todo mi cuerpo. No veas que morbazo me das viéndote así, mientras bebes mi meado y mucho se te cae por todo el cuerpo- me dijo en un tono perverso y morboso Yo no podía contestarle porque, como imaginaréis, tenía la boca muy ocupada. De repente, el potente chorro paró casi en seco, lo cual me extrañó. Rápido, levántate y ponte contra la pared y el culo en pompa. Me estoy aguantando los últimos chorros de meado para tu ojete – me dijo muy excitado. Rápido me di la vuelta y puse el culo bien en pompa como él me ordenó. Tenía el ojete a su entera disposición para meármelo, pero el cabrón, al tener la polla casi dura del todo decidió meterme la cabeza de su rabo y un poco más y ¡me empezó a mear dentro del culo!. Yo pegué un grito de dolor ya que si su dedo me había dolido, su polla mucho más, y encima estando morcillona, que duele más todavía. La sensación de sentir su meado dentro de mí me resulto extraña, pero a la vez muy placentera. Cuando ya estaba terminando la sacó rápido y roció mi ojete con su lluvia dorada y me dijo: Ya te he lubricado bien el ojete, ahora te podré taladrar bien sin problema. Pero primero, chúpamela para ponerme otra vez a tope y así me la limpias. Se la chupé poco tiempo, esta vez me dejo a mí llevar el ritmo. Era extraña la sensación de notar su meado saliendo de mi culo y resbalando por mis piernas. En pocos segundos ya la tenía del todo dura y lista para la acción. Me cogió de los brazos y me levantó. Me puso contra la pared y con el culo en pompa. Se acercó mucho a mí y me dijo al oído: Es una pena, pero aquí no vamos a poder hacer muchas posturas Ponte un condón, por favor – Le dije. Él se empezó a reír y dijo: Ni de coña. Primero tu culo ha probado mi meado y ahora probará mi semen. Como ya dije antes, este hombre me tenía a su entera disposición, y no iba a ser yo quien le llevara la contraria. Empezó a moverse por detrás con su polla en la mano para guiarla hacia mi ojete. Al estar la zona llena de orina, le estaba costando metérmela. Además, mi ojete estaba un poco dolorido por la bestialidad de mi amante, por lo que no ponía las cosas fáciles. Pero mi amante, como buen semental experimentado, no iba a parar hasta estar bombeando dentro de mí. Me estaba doliendo bastante, hasta que por fin me metió la cabeza y un poco más. En ese momento escuchamos que alguien entraba al vestuario. La ocasión de poder follar sabiendo que alguien te oye (ya que yo soy bastante ruidoso) me daba bastante morbo pero a la vez me daba un poco de miedo, ya que vivo en una ciudad pequeña. Pensé que mi macho se quedaría quieto, con la cabeza de su polla en mi culo, para no hacer ruido, ya que él estaba casado, pero al parecer lo único que le producía a este hombre esa situación era morbo, así que introdujo el resto de su pollón se un solo golpe. Pegué un buen grito mezclado con gemido. Él, sin dejar acostumbrarse a mi pobre ano a su enorme polla (que más adelante me enteré que le medía 22 cm), empezó a empujar metiendo y sacando su polla. Sus gemidos y los míos se unieron, y me abandoné al placer sin pensar lo que estaría pensando el hombre, anciano o adolescente que había entrado. Sentir su polla entrando y saliendo de mi culo era una delicia. Él me agarraba fuerte por la cintura para controlar en todo momento la situación. Sus penetraciones eran fuertes y secas, haciendo ruido cada vez que su pelvis golpeaba mi culo. Todo esto se mezclaba con azotes en el culo y de vez en cuando se acercaba a mi oreja por detrás para susurrarme cosas como "zorra,,, que bien lo haces,,, nunca había probado un culo como el tuyo,,," Sus movimientos cada vez eran más rápidos y yo no paraba de pajearme. Sabía que estaba a punto de correrme y se lo dije. Entonces, él me bombeó más fuerte y yo me corrí manchando la pared de semen. Al tener mi orgasmo mi ojete se contrajo apretando más su grande y dura polla lo que le dio tanto gusto que se corrió dentro de mí, haciéndome suyo para siempre. Incluso fue contando cada chorro de semen que echaba su polla, acompañándolo con una embestida cada uno. En total echo cinco chorros. Siguió bombeando un poco más, hasta que su polla se puso del todo flácida y la sacó, saliendo con ella parte del semen que me había dado por detrás. En ese momento noté lo sudados que estábamos. Ha sido increíble- le dije Joder, ya te digo. Hacía años que no me corría así- me confesó Pues mira yo como he dejado la pared – Miramos la pared mancha de mi semen y comenzamos a reír. Yo notaba como parte de su semen se escurría por mi ojete y eso no me gustaba, quería guardarlo todo dentro de mí para siempre No lo limpiaremos. Lo dejaremos como recuerdo- dijo Por cierto… ¿Cómo te llamas? – le pregunté A esas alturas, por lo menos intercambiar los nombres jeje. Nos intercambiamos los nombre y él me pidió mi número de teléfono para estar en contacto. De repente, oímos un carraspeo arriba. Miramos, y resulta que era el amigo de mi amante, el que solía ir a la piscina con el y que yo pensaba que hoy no estaba, que se había subido a la pequeña silla del cambiador contiguo para ver que pasaba, ya que había oído los ruidos que hacíamos. ¡Vaya! Menudo polvazo que le has metido a la maricona esta,,,menuda paja me he cascado viéndoos, yo también la quiero para mí… Resulta que sí que habían ido juntos pero el amigo loco se había quedado más tiempo nadando mientras que mi amante había decidido irse a la hora de siempre. Y resulta que el hombre al que habíamos oído entrar al baño era él y lo había visto casi todo. Lo que pasó después ya es otra historia…
Posted on: Wed, 19 Jun 2013 20:32:32 +0000

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