CAPITULO 149 Victoria cubre su boca con ambas manos ante la emoción, mira a su alrededor y luego da un giro para unir a sus padres en un mismo abrazo. Victoria: (saltando) ¡Gracias! La sorpresa consistía en una gran fiesta para la graduada. Sus amigos y familiares la esperaban en la sala, que había sido decorada justo para la ocasión. Nada de formalidades. Un disk jockey en una de las esquinas y una esfera espejada en el centro. En los costados, dos largas mesas con comida para todos los gustos. Los sillones habían desaparecido del lugar y el espacio había sido ocupado por los invitados, quienes se encontraban de pie. Al separarse de sus padres, Victoria comenzó a saludar a los presentes. Carolina e Iñaki ya estaban socializando también, mientras que Lucía y Emiliano todavía se encontraban el recibidor. Él la sostenía por la cintura. De repente, un cuerpo voluptuoso se impuso en lo más alto de la escalera... Melissa: ¡Victoria! ¡Ya llegaste a la casa! ¡Felicidades! (y miró a Lucía de forma desafiante) Lucía, por su parte, se acercó a Emiliano y le dijo: ¿Qué hace esta mujer viviendo en tu casa si ya están separados? A Emiliano esto lo tomó por sorpresa. No se había percatado de que Lucía y Melissa se encontrarían en la fiesta de Victoria... Si bien él tenía la conciencia tranquila, no podía negar que no había nada de normal en que una ex esposa continuara conviviendo con su ex marido. Emiliano: (en voz baja y sin soltarla) Déjame explicarte... Pero no hubo tiempo. Victoria tomó a Lucía de la mano y la llevó a saludar a muchos de sus amigos que no la conocían personalmente. Ella fingió una sonrisa y miró a Emiliano confusa y molesta. Así, se le complicó al galán tenerla para él solo por un largo rato, ya que Victoria quería aprovechar la ocasión para que entrara en su círculo de amistades. Ella solo se apartó de sus hijos y los demás jóvenes cuando comenzó la música y estos no dudaron en dirigirse al espacio que había sido improvisado como pista de baile. Lucía se encontraba cerca de una de las mesas observando cómo se divertían los chicos. Pero, en realidad, su mente no estaba allí. Con los brazos cruzados y la mirada perdida, recordaba el saludo de Melissa al comienzo de la fiesta, la forma en que la había mirado marcando su territorio, como Emiliano le había ocultado su presencia en la casa... No dudaba de él ni de la fidelidad que ahora pedía de su parte, sino que la enfadaba la mentira y esa cercanía peligrosa entre Emiliano y esta mujer que parecía no dejar de acecharlo. Porque estaba muy claro que Melissa estaba gozando de las ventajas que tenía al continuar allí. En su posición de señora, daba órdenes al servicio, hablaba con los invitados, e incluso cada vez que Lucía buscaba a Emiliano con su mirada, ella casualmente se hallaba a su lado. Emiliano no cesaba de buscar la ocasión para hablar con Lucía, pero el desarrollo de la fiesta no se lo permitía. Sus hijos no se apartaban de su lado e incluso, la rodeaban de sus amigos todo el tiempo. No quería actuar de forma inconsciente jalándola del brazo y llamando la atención de todos. Pero hubo algo que lo incitó a actuar. Cuando el baile comenzó y los chicos la dejaron a solas, Emiliano percibió su mirada triste y confusa. Así, atravesó la sala y fue hasta Lucía, quien permanecía en la misma posición desde hace varios minutos. Emiliano: Tenemos que hablar. Lucía: (seca) No es el momento. Emiliano: No quiero que malinterpretes la situación. Lucía: (sin mirarlo) No hay nada que malinterpretar, Emiliano. Tu supuesta ex esposa continúa viviendo contigo. (Irónica) ¿Qué tiene eso de extraño?
Posted on: Thu, 28 Nov 2013 00:43:10 +0000
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