CAPÍTULO XIX – UN GOLPE MUY DURO Pasaron los días, hasta que - TopicsExpress



          

CAPÍTULO XIX – UN GOLPE MUY DURO Pasaron los días, hasta que llegó el fin de semana y con él, la gran fiesta del cumpleaños de Perla. Sin embargo, Diego no estaba preparado para ir. Debía cambiarse y arreglarse, y no lo había hecho aun. Tras salir del baño, se puso sus pantalones y se dejó caer en la cama. Cerró los ojos y comenzó a imaginar un sueño, donde por fin Perla y él quedaban unidos para siempre. Por fin, el amor triunfaría para ellos dos. Sin embargo, su sueño se interrumpió con la llegada de Valeria. - ¡Diego, despierta! ¿Qué haces que no te cambias? Diego se incorporó y Valeria se sentó a su lado. - ¿Ocurre algo primo? - Nada preciosa, nada. Solo me quedé pensando en ella. Y en el dolor que me genera saber que se ve con otro tipo. - Anda ven. No te pongas así. Ella te estará esperando y si te ve, se pondrá muy feliz. Diego aun no se decidía. Tenía miedo además de que su presencia en esa fiesta, sea un motivo de amargura para Perla, debido a que Babi no lo quería. - Prima, creo que será mejor que vayas tú primero. Déjame que me relaje. Te llamaré. Anda ve. Valeria se levantó un poco preocupada por su primo. Y en el instante en que salía de su habitación, Diego le dijo por detrás: - Por cierto, el vestido que llevas es muy bonito. Sin lugar a dudas serás la primera princesa del baile. - ¿Primera princesa? Yo esperaba un poco más. - Lo siento prima, pero nadie va a quitarle el reinado a mi pequeña Perla. Valeria se echó a reir y se despidió de su primo, ya que debía ir a ver a su madre para que la lleve. Finalmente, Valeria llegó a la fiesta y fue recibida por Perla quien la estrechó en un abrazo y estiró la cabeza para ver con quien venía. - No vino conmigo – dijo Valeria refiriéndose a Diego – según me dijo, vendría más tarde. Esas palabras aliviaron medianamente a Perla, pero aún así quería ver a Diego. En ese momento, Katina se acercó a saludar a Perla y Babi se acercó a recibir a Valeria. El encuentro fue inevitable. - Mamá, ella es Katina la mamá de Valeria. Fue quien me ayudó para volver a recomponer nuestra relación – dijo Perla como buena anfitriona. - Sí hija, ya lo sé – dijo Babi con un tono fingido. - ¿Vosotras se conocen? – preguntó Valeria a su madre. - Sí hija… Es una larga historia. – respondió Katina mirando a Babi. - ¿Quieres pasar? Hay tantas cosas que necesito charlar contigo – dijo Babi invitando a Katina. - Con mucho gusto – respondió Katina y fueron a caminar por los jardines de la mansión para charlar diversos temas pendientes. Por su parte, Perla llevó a Valeria con Valentina y las demás chicas, quienes las recibieron con alegría. La reunión venía bien, hasta que Horacio se apareció por detrás de Valeria y le susurró al oído: - ¡Qué bonita estas! ¿Estás lista para ser la reina del baile? Valeria sonrió al sentir la voz de Horacio y respondió: - Pues primero debemos de ganarle a tu hermana. No vaya a ser que terminemos en segundo lugar. En ese momento también apareció Andrés, quien tomando a Valentina por detrás, desafió a Horacio en el baile: - Lo siento primo, pero la corona no se queda en esta casa. - Eso lo veremos. ¡Que empiece el baile! – y tras este grito, los jóvenes que habían asistido a la fiesta comenzaron a buscar parejas para bailar… Todos excepto Perla, quien seguía esperando la llegada de Diego. Al ver que no venía, decidió salir al balcón y se quedó apoyada mirando la piscina. Valeria, que no paraba de bailar con Horacio, observó a Perla que se encontraba sola, por lo que paró de bailar y fue con Horacio a ver que le pasaba. Cuando vieron que estaba triste, Valeria le dijo a Horacio: - Anda, llévala a bailar. Necesito hacer una llamada. Horacio se llevó a Perla a la pista de baile y Valeria se dispuso a llamar a Diego - ¿Aló? – atendió Diego. - ¿Ya decidiste que vas a hacer? - Esperaba tu llamado - Imbécil. Quien no está esperando este llamado es Perla que está angustiada esperando por ti. - Calma prima, calma. Ya estoy yendo para allá. – dicho esto colgó sin dar chances a su prima de que lo regañe. Fue a bañarse y comenzó a prepararse muy elegantemente para la ocasión. Cuando estaba por salir de la casa, lo sorprendió Gin: - Vaya guapo. ¿A dónde piensas ir esta noche? Diego sonrió ante el halago de su madre y respondió. - Lo siento mademoiselle, pero ya tengo un compromiso realizado. - Mmmm… ¿Y cómo piensas movilizarte? - Pues utilizaré mi motocicleta, ¿Qué más? - Pues no permitiré que vayas en motocicleta con esa elegancia – respondió Gin y le lanzó las llaves de su convertible. - Wow! Gracias madre, me tomas por sorpresa. - Anda campeón. Tu niña no puede esperarte más. Diego se despidió de su madre y fue a la cochera para retirar el convertible. Tras esto, salió con el coche y fue raudamente hacia la fiesta. En casa de Perla mientras tanto, el baile había parado momentáneamente y todos se encontraban departiendo y celebrando la fiesta con normalidad… Hasta que una visita inesperada, amenazó quebrar la armonía de la noche: - Hola Perla, feliz cumpleaños ¿Cómo estás? - ¡Xavier! ¿Qué haces tú aquí? - Bueno pues… Tu madre invitó a mis padres y no podía tampoco perderme la fiesta de una muchacha tan buena e interesante como tú. - Bueno, gracias por el cumplido. - A propósito ¿podemos ir a caminar por ahí? – preguntó Xavier, ignorando por completo a los presentes que compartían la noche con Perla. - A este tipo le voy a rajar toda la cara – le susurró Valeria a Horacio. Él intentó tranquilizarla. - Pero Xavier… No puedo dejarlos aquí. Además, estoy esperando que sigan llegando más visitas - ¿Pues quien más crees que pueda venir? Ya están todos tus amigos, tus padres pueden recibir a los demás invitados y ya estoy yo aquí. ¿Quién más crees que vendrá? – preguntó vanidosamente Xavier. - ¡Él! – gritó Valeria indicando la entrada al salón. La exclamación sonó tan sentida, que todos, inclusive Xavier, miraron hacia la entrada. De entre las cortinas y luciendo un elegante traje negro, Diego hacía su ingreso triunfal a la fiesta. Perla lo vio y quedó sorprendida de felicidad al verlo llegar y dejó todo lo que estaba haciendo, para poder recibir al único hombre que amaba (obviando a su padre, por supuesto). Diego comenzó a caminar lentamente hacia ella con una rosa en la mano. Cuando estuvieron frente a frente, los presentes se hicieron a un lado, dejando la pista libre, solo para ellos dos. Diego se arrodilló frente a Perla, tomó su mano, la besó y se incorporó nuevamente para entregarle la rosa de regalo. - Feliz cumpleaños mi amor. Feliz cumpleaños. Espero poder seguir diciéndotelo, por el resto de los cumpleaños de tu vida. Perla recibió la rosa con emoción y se lanzó hacia sus brazos besándolo apasionadamente. La situación mereció una gran ovación de parte de los presentes y Horacio al ver esto, ordenó al musicalizador reiniciar el baile. Así, Perla comenzó a competir mano a mano con sus amigas Valeria y Valentina, para ver quien se llevaba el cetro del baile. Las cosas venían bien… Hasta que en una jugada sucia, alguien lanzó un trozo de mantequilla al suelo, provocando que Diego resbale y caiga pesadamente al suelo. Se dio un duro golpe en la cabeza, cayendo fuera de combate. Horacio y Andrés pararon de bailar y fueron a socorrerlo, llevándolo hacia la habitación de Horacio. Las muchachas no entendían nada. Luego de eso, Horacio y Andrés bajaron y les informaron que Diego estaba descansando y que no debían ir a molestarlo. Perla se preocupó y salió caminando hacia la fuente. Xavier al ver esa situación, fue tras ella y se ofreció acompañarla: - Perla ¿Te encuentras bien? - Vete Xavier. Déjame sola. - Por favor, no te enojes conmigo. No voy a hacerte daño. Está bien. Me comporté estúpidamente. No sabía que tenías un novio… y me dejé llevar. Perdóname. Nunca quise provocarte nada – decía. - Es que en ese momento no te reconocí. No eras quien yo había conocido hace casi un mes atrás. Me ha sorprendido mucho tu cambio de actitud. - Mira, no es mi intención hacerte daño. Déjame seguir siendo tu amigo. No voy a lastimarte, lo prometo – dijo Xavier. Sin embargo, detrás de estas palabras ocultaba sus verdaderas intenciones. Él tampoco quería perder a Perla y fue él quien arrojó la mantequilla al suelo para que Diego cayese. Perla no se decidía, por lo que Xavier decidió seguir insistiendo. - Ven. Vamos a bailar. Total, si se recupera… calculo que volverás con él. - Gracias – dijo Perla. - No tienes que agradecerme. Ven. Vamos que perderemos el baile. Xavier tomó de la mano a Perla y se la llevó a la pista de baile. Estuvieron bailando toda la noche, pero la cabeza de Perla estaba en la habitación de su hermano. Estaba preguntándose qué pasaba con su amado que no bajaba aun. El tiempo pasaba y no había respuestas. Hasta que en un momento dado, Diego recuperó la conciencia y se reincorporó de su estado de inconsciencia. Se levantó y comenzó a buscar el retorno a la pista. Mientras tanto, en la fiesta el baile había terminado y comenzó la ceremonia de coronación. Perla comenzó a sentirse incómoda, debido a la ausencia de Diego. Xavier por su parte, la tomaba de la mano como para que entre en confianza. Hasta que comenzó la premiación. Valentina fue elegida como la segunda princesa del baile, acompañada por Andrés. Quedaba la elección de la reina y las candidatas a priori eran Perla y Valeria. Pero lo que debía ser un festejo, terminó siendo una terrible broma de pésimo gusto. Perla resultó ganadora, pero su rostro no expresaba felicidad. Valeria fue a recibir su premio con Horacio y luego le tocaba el turno a Perla y Xavier. Y en el momento en que ambos eran coronados, Diego se apareció bajando las escaleras. Xavier, al verlo y para calentar el caldero, tomó desprevenida y fuertemente a Perla, la volteó sobre su brazo y la besó en los labios. Diego al ver esa situación quedó paralizado… Todos quedaron paralizados. La ira comenzaba a fluir de su corazón. No podía sentir otra cosa que no sea enojo puro. Enfurecido por lo que vio, salió corriendo de la pista y huyó hacia la salida. Perla al verlo y dándose cuenta de lo que había hecho, fue detrás de él. Xavier intentó frenarla, pero en ese momento, cuando iba a detenerla, Valeria lo derribó de un potente puñetazo a la nariz. Tras caer, comenzó a golpearlo salvajemente, debiendo intervenir Horacio y Andrés para detener a la enardecida Valeria, quien conseguía zafarse de sus amigos y continuaba moliendo a golpes al infame de Xavier. Por su parte, Perla consiguió darle alcance a Diego para explicarle lo sucedido: - Diego por favor escúchame. Te lo puedo explicar. - No Perla, ya lo vi todo. Lo siento. No puedo seguir así. - Por favor, escúchame. - Lo siento. No vine aquí para que me tomen de idiota. Vine para estar contigo. Perdóname, pero no puedo seguir. Ve, Xavier te espera - ¡Diego, por favor! – suplicó Perla – ¡No es como tú crees! ¡Escúchame! - ¡BASTA! ¡NO QUIERO VERTE NUNCA MÁS EN MI VIDA! – gritó Diego. Perla lo miró aterrada. No reconocía tampoco al hombre que supo enseñarle lo que es el amor. Diego se dio media vuelta, subió al coche de su madre y huyó a toda velocidad. Perla cayó al suelo de rodillas y comenzó a llorar. Valeria, Horacio, Andrés y Valentina fueron en su búsqueda y trataron de contenerla. Pero lo peor, todavía no había llegado. Mientras todo esto sucedía, Katina y Babi charlaban los temas que quedaron pendientes entre ellas: - Babi, no sé como decírtelo. Lamento profundamente lo que te hice. Perdóname, pero el saber que seguías viéndote con Hugo a espaldas de mi cuñada, me hizo poner los nervios de punta. - Te entiendo. Yo también hubiera reaccionado de esa forma de saber que mi familia está en peligro. A propósito, ¿Cómo sigue? - Mira, lo que te voy a contar… Mira, ni se te ocurra acercarte a ellos. Hugo y Gin se separaron. Terminó por contarle toda la verdad y ella lo echó de la casa. No sé de cómo su salud no se agravó. Babi hizo un silencio doloroso. No sabía que contestar. Siguieron caminando y terminaron entrando en la cocina. Katina siguió hablando: - ¿Y tú? ¿Qué has decidido hacer con respecto a Horacio? - Kat, no me presiones. Las cosas no están como para que haga detonar esta bomba. - Babi, el muchacho tiene derecho a saberlo. No puedes ocultarle la verdad toda la vida. – dijo Katina. Pero en ese mismo momento en el que Katina decía eso, Gustavo había llegado a la cocina, sin embargo se escondió antes de entrar y se quedó escuchando la conversación. "¿Qué es eso que Horacio debe saber?" se preguntaba. - Pero Katina, no sé cómo hacerlo. Ni sé cómo hacerlo, sin que se entere Gustavo. ¿Imaginas como le caerá esa noticia? Gustavo comenzó a sentirse asustado. No entendía nada que era eso tan grave que él y Horacio debían enterarse. La charla continuaba y él seguía escuchando todo. - Babi, Horacio tiene que saber la verdad. No sé cómo ni cuándo. Tampoco te digo que se lo digas a Gustavo. Solamente díselo a Horacio. Él después tomará la decisión. - ¡Katina! ¡¿Tienes idea de la gravedad que reviste decirle a Horacio, que su padre no es Gustavo?! – gritó Babi, sin saber que Gustavo escuchó todo desde su escondite. No podía dar crédito a lo que oía. No lo podía creer. Esa era la razón por la cual eran tan distintos. Comenzó a sentirse mal, sentía que se descompensaba. Fue corriendo hacia el centro de la fiesta y terminó cayendo desplomado al piso en medio de la pista de baile, a causa del agravamiento de su infarto de miocardio. El griterío, provocó que todos vayan al salón a tratar de socorrer a Gustavo. Perla comenzó a desesperarse y trataba de socorrer a su padre. Horacio saltó de entre la multitud y comenzó a tratar de hacerle resucitación cardiopulmonar. - ¡No papá, por favor no me dejes ahora! – suplicaba Horacio. Gustavo lo sujetó de las mangas de su saco y solo alcanzó a decirle: - Pase lo que pase… Digan lo que te digan… Tú… eres mi hijo… No lo olvides… nunca… - y dicho esto inclinó su cabeza y expiró. Babi, que también había llegado allí, al escuchar esas palabras se llevó la mano a la boca. Comprendió que había escuchado todo y que se fue sabiendo toda la verdad. El infarto de miocardio terminó de hacer su efecto y solo Horacio comprendía lo que pasó. Derrotado y avasallado, se tumbó sobre el cuerpo inerte de Gustavo y lloró desconsoladamente su fallecimiento, siendo acompañado por su hermana, quien era contenida por Valeria, por Andrés, por Valentina y por Babi que era contenida por Katina.
Posted on: Mon, 19 Aug 2013 07:40:43 +0000

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