CAUSAS ORIGINADAS EN LA NATURALEZA EMOCIONAL-DESEO En Tratado - TopicsExpress



          

CAUSAS ORIGINADAS EN LA NATURALEZA EMOCIONAL-DESEO En Tratado sobre Magia Blanca, di al mundo, por primera vez, información respecto a la naturaleza y control del cuerpo as­tral. Dicho libro, prácticamente, fue el primero que se dio al públi­co sobre este tema. Mucho se ha impartido en el pasado sobre el cuerpo físico y su atención, tanto por la ciencia exotérica como por la esotérica. Una parte de ello es verdad y otra ilusión. Es ilusión porque se basa en falsas premisas. Los esoteristas modernos se han ocupado del cuerpo etérico, lo cual ha sido parcialmente verdadero o falso, pero generalmente es más verídico desde el punto de vista oculto que del exotérico. Quizás les sorprenda si digo que el Tratado sobre Magia Blanca es también relativamente veraz, siendo necesariamente limitado, y debido a ello es también parcialmente incorrecto. ¿Les asombra lo antedicho? ¿Cómo puede ser totalmente veraz, conociendo el limitado poder que poseen ustedes para comprenderlo? Me es imposible impartirles la verdad, porque no existe terminología apropiada ni ustedes poseen una base adecuada de conocimiento lo cual dificulta mi tarea. La ense­ñanza sobre curación es para mí la más difícil que he emprendido, y ello por dos razones. Ante todo, ¿no es verdad que la naturaleza real de la frase “cuerpos sutiles” es algo sin sentido? Estos cuerpos no son como el cuerpo físico. Pueden ser considerados como centros o depósitos de tipos particulares de fuerza, adheridos a cada in­dividuo y poseyendo sus adecuadas entradas y salidas. Son una colección de átomos, vibrando a alta velocidad y matizados (de acuerdo a algunas escuelas de ocultismo) por ciertos y definidos matices; emiten cierto tono y están en distintas etapas de su evo­lución. Según otros, son estados de conciencia, y algunos los consi­deran hechos a semejanza del hombre. ¿ Cómo los definen ustedes? El cuerpo astral es para la mayoría de la humanidad, el prin­cipal factor determinante a considerar. Es causa preponderante de la mala salud. La razón de ello estriba en que tiene un potente y predisponente efecto sobre el cuerpo vital o etérico. El cuerpo físico es el autómata de cualquier cuerpo interno más fuerte que él. Si recordamos que el cuerpo vital es el receptor de corrientes de energía, y en realidad está compuesto y formado por tales co­rrientes, y estas corrientes impelen a la actividad al cuerpo físico, es evidente que la más poderosa controlará al cuerpo físico en el plano físico. Existen por lo tanto dos corrientes de energía que deben ser consideradas al estudiar los factores que conducen a la actividad en el plano físico. Les recordaré a este respecto que la enfermedad es una actividad del plano físico. 1. La corriente de la vida misma, anclada en el corazón, deter­mina la vitalidad del hombre, su capacidad para trabajar y la duración de su existencia. 2. Las predominantes corrientes de energía que provienen de los cuerpos astral, mental o egoico. Éstas controlan su expre­sión en el plano físico. Referente a las masas del mundo y lo que llamamos el vasto público irreflexivo, la corriente de vida y la corriente de energía astral o de deseo, constituyen los factores predominantes. Éstos pueden ser de calidad inferior o mediocre. En lo que respecta al público pensante, los factores predo­minantes los constituyen esas dos corrientes más una constante afluencia y una creciente oleada de energía mental. En conexión con los intelectuales del mundo y los aspirantes (los que están preparados para entrar o se hallan en el camino de probación), tenemos que las tres corrientes mencionadas llegan a un punto de equilibrio, produciendo así una personalidad inte­grada y coordinada. Entre ellos podemos contar a los místicos del mundo y a los trabajadores creadores, que son conscientes de la inspiración y del contacto espiritual, lo cual indica que comienza a afluir la energía del alma. En lo que atañe a los discípulos del mundo tenemos un grupo de hombres y mujeres que comienza a ser controlado por la ener­gía del alma, mientras que las otras tres energías están subordina­das cada vez más a este tipo superior de control. Debe recordarse que hay otros dos tipos de energía que debe­mos tener en cuenta, cuando consideramos al hombre inteligente. 1. La energía compuesta por las fuerzas fusionadas y mezcla­das de una personalidad coordinada. 2. La energía del plano físico, identificada finalmente por el aspirante o discípulo, que llega a ser rechazada en forma tan absoluta que oportunamente constituye uno de los prin­cipales factores para la liberación de los centros. Por último llega el momento en que el iniciado trabaja simple­mente con tres tipos de energía, mientras se manifiesta en la en­carnación: la energía de la vida misma, la energía negativa de la personalidad y la energía positiva del alma. De esta manera llega a ser una expresión en manifestación consciente de los tres aspec­tos de la Trinidad. Ciertas cosas deben ser establecidas como hechos esotéricos, en la conciencia del curador, antes de que pueda trabajar constructi­vamente. 1. Ante todo, sólo existe energía, la cual se manifiesta como muchas variadas energías. El universo está compuesto de estas nume­rosas energías. También los cuerpos del hombre, o vehículos de manifestación, están, sin excepción, constituidos de unidades de energía. A éstas se las denomina átomos, y estas unidades atómi­cas están sujetas a la forma corpórea, por la fuerza coherente de energías más potentes, 2. El principal punto focal de energías que existe en los seres hu­manos es el alma, pero su potencia como agente de cohesión e integración es mayor que su cualidad potencial. En las primitivas etapas de la evolución humana se manifiesta el aspecto coheren­cia. Cuando los mecanismos o cuerpos de respuesta del hombre están más desarrollados, el aspecto cualidad del alma comienza a manifestarse cada vez más. 3. Visto desde el aspecto interno, donde no existe el factor tiempo, la criatura humana se manifiesta como un calidoscopio, mara­villoso y mutable fenómeno. Los así llamados cuerpos o más bien conglomerados de unidades atómicas se desvanecen y desapare­cen, o vienen de nuevo a la manifestación. Corrientes de colores pasan y repasan, se tejen y entretejen. Entonces ciertas zonas intensifican repentinamente su brillo y resplandecen con brillan­tez, o también puede verse cómo se desvanecen, siendo el fenó­meno incoloro y aparentemente inexistente en ciertas zonas. Pero siempre hay una persistente Luz influyente, desde la cual descienden al hombre fenoménico haces de luz, los cuales pue­den verse cómo se adhieren a dos zonas principales del núcleo denso interno del hombre físico. Los dos puntos de adhesión se hallan en la cabeza y el corazón. Tenuemente al principio, pero con acrecentada brillantez, también pueden verse otros siete pálidos discos de luz, los cuales constituyen las primeras evidencias de los siete centros. ******************** 4. Estos centros, que constituyen los aspectos cualidad y concien­cia y cuya función es colorar la apariencia o expresión externa del hombre y utilizarla como mecanismo de respuesta, están (durante el proceso evolutivo) sujetos a tres tipos de desenvol­vimiento, que reproducen: a. Cuando un niño en el plano físico crece hasta trasformarse en un hombre. Cuando llega a la edad de veintiún años los centros tendrán que haber alcanzado normalmente la misma cualidad de expresión que la obtenida al dejar la vida en una encarnación anterior. El hombre inicia la vida donde la deja previamente. b. Con el despertar de los centros a través de la experiencia de la vida. Ocasionalmente sólo se puede desarrollar un centro en determinada vida, pero a veces varios son llevados a una mayor actividad consciente. c. Finalmente, con el despertar de tales centros mediante el proceso de iniciación. Esto sólo acontece cuando el hombre recorre conscientemente el Sendero. 5. Los centros determinan el punto de evolución del hombre en lo que concierne a su expresión fenoménica, y actúan directa­mente sobre el cuerpo físico por medio del sistema endocrino. Este punto debería tenerse en cuenta porque el futuro curador esotérico se acercará a sus pacientes por medio de dicho cono­cimiento. Deberá entonces trabajar con esos centros o glándulas que rigen la zona particular del cuerpo donde está localizada la enfermedad o el malestar. Aún no ha llegado el momento, pues es muy grande la ignorancia del hombre. Podría producirse fácilmente la sobrestimulación de los centros y consecuentemente de las glándulas y también la estimulación y el acrecentamiento de la enfermedad en vez de disiparse o curarse.
Posted on: Tue, 06 Aug 2013 03:15:36 +0000

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