COMPILADO DE AITA BARANDIARAN: EL SANURRATU I (ZANURRATU) - TopicsExpress



          

COMPILADO DE AITA BARANDIARAN: EL SANURRATU I (ZANURRATU) Desgarro o distorsión muscular. Con este nombre y con el de SANTIRETU es conocida una de las operaciones que más renombre han dado a los magos en Bizkaia. Etimológicamente significa traumatismo o retorcimiento de algún miembro. Para su curación se recurría en algunos sitios a ciertas personas que eran prácticas en operaciones de magia. En este sentido hemos recogido las siguientes: + Una mujer de Muxika, Hilaria Pagay, era una SANTIRETUZALE. Ésta, para empezar, se santiguaba tres veces y otras tantas al final. Colocaba un calcetín de lana encima de la torcedura, enhebraba una aguja y pasando la misma por la prenda hacía seis cruces de arriba abajo y de derecha a izquierda, repitiendo con cada una de ellas: Santiretu, Vena traccionada, sana urratu, vena lesionada, sana bere lekuan sartu. vena métete en tu sitio. Después templaba hojas de llantén, zanbelarra, en aceite caliente, les quitaba la piel y las ponía cruzadas encima de la zona dolorida. Tras santiguarse tres veces, el SANTIRETU estaba concluido. Otra curandera de Muxika doblaba un delantal sobre el miembro dolorido y una de las personas presentes rezaba el Credo al revés, mientras las demás recitaban alguna oración; luego el enfermo tenía que dar tres vueltas a un nogal, de izquierda a derecha. + En Busturia, el SANTIRETU se aplicaba cuando una persona o un animal se hacían una torcedura, biorkada, en una extremidad, o cuando se producía una hinchazón tras una caida. En cada barrio habia una persona que conocía esta práctica. La mujer entendida en este menester tomaba un pañuelo negro de lana y comenzaba a hacer cruces en la zona dañada o hinchada a la vez que decía: San tiretu, Vena traccionada, sana urrutu vena lesionada, sana bere lekuan sartu. vena métete en tu sitio. Tras esto se santiguaba tres veces y con la ayuda de dos dedos ataba el paño de lana a la zona donde se había producido la torcedura. Todo el proceso se repetía una segunda vez y una tercera, tras la cual se prometía a Santa Mariñe que se le rezará una Salve. Por si el paciente no sabía rezar dicha oración, la curandera la recitaba en su lugar y mientras duraba la plegaria seguía haciendo cruces. Aquí también se usaban las hojas de zanbedarra templadas previamente en una sartén para poder quitarles los nervios.
Posted on: Thu, 25 Jul 2013 18:17:07 +0000

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