CONDENADOS A UNA VIDA ESTERIL Dice la Biblia en Marcos 11: 14 - TopicsExpress



          

CONDENADOS A UNA VIDA ESTERIL Dice la Biblia en Marcos 11: 14 “Entonces Jesús dijo a la higuera: Nunca jamás coma nadie fruto de ti. Y lo oyeron sus discípulos.” Un día después de la entrada triunfal de Jesús a Jerusalén, cuando tuvo hambre se acercó a una higuera —árbol que producía aceite, uno de los productos de mayor uso en la vida de los judíos: servía como bálsamo medicinal y era comestible en sus mesas— pero no halló fruto en ella y le lanzó duras palabras. 24 horas después esa higuera se había secado desde sus raíces. Sus discípulos oyeron lo que Jesús le dijo a la higuera y el texto de esta mañana nos dice que los discípulos solo atinaron a escuchar, sin entender a cabalidad la razón por la que su Maestro había lanzado tales expresiones contra un ser inanimado como puede ser un árbol y no tuvieron cuidado de preguntarle el por qué de sus palabras. Qué razón tendría, en primer lugar, hablar con una higuera —a todas luces sería ilógico puesto que jamás recibiría una respuesta— y luego, porque condenarla a una vida estéril y sin fruto de por vida, solo porque esa mañana en que se le buscó un fruto no tuvo. Resulta evidente que la acción de Cristo pretendía algo más que solo aparecer como un voluntarioso Mesías que a la menor provocación lanzaba denuestos contra quienes no accedían a sus pretensiones. Había buscado fruto en ese árbol porque estaba floreciendo. La higuera tendría que haber tenido higos, pero no los tuvo. Su apariencia fue su gran mal. No era una época de higos, pero la higuera ya floreaba llamando la atención de quienes pasaban cerca de ella. La lección es sumamente importante para nuestra existencia. Necesitamos producir “verdaderos frutos”. Buenos y genuinos frutos. En lo material y en lo espiritual. En una sociedad global donde la apariencia de piedad es moneda común y donde hay muchas higueras que florean, pero que no tienen fruto resulta más que necesario producir frutos. Porque la falta de ellos harán de nuestra existencia una vida estéril. La vida de los creyentes no se concibe sin frutos. Juan el Bautista les decía a sus oyentes: hagan frutos dignos de arrepentimiento. En otras palabras no finjan que tienen frutos cuando en realidad carecen de ellos. Cristo decía que a las personas se les conocería por sus frutos y Pablo le escribía a los cristianos del primer siglo que el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, mansedumbre, templanza. Así como la tierra erosionada inservible para producir frutos resulta poco atractiva para todos, así las personas que carecen de frutos en su vida tienen poco “atractivo”. Buen inicio de semana para todas y para todos.
Posted on: Mon, 02 Dec 2013 14:07:34 +0000

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