CRONICAS DE PAPEL MOJADO (41) Esta tierra que ves: Diez días de - TopicsExpress



          

CRONICAS DE PAPEL MOJADO (41) Esta tierra que ves: Diez días de muerte (cuento) Primer día: Escucho los gallos cantar, extiendo la mano y toco la cabeza de mi Micaela. Le acaricio su pelo, después me acerco más y le doy un beso El beso de la despedida. -Me voy- Le digo, muy quedo, salgo y huelo a nuevo día, penumbra, aire frío de invierno, Llego a las caballerizas del Palacio y ahí están. Ocho pelados, arriba de sus caballos. Y otras dos bestias, avituallados con lo necesario para diez días de camino. Y vaaaaaaaamonossss…Nuestro destino: Las Minas de Canipá que están a más de ochocientos kilómetros de distancia. Viven ahí más de mil familias que bajaron del Arco, Jesús María, Camalú. Y otras más que subieron del Triunfo, San Antonio, la Purísima, San Ignacio e hicieron ahí su Dorado Calisureño. Explotan el oro, de todas las formas y con todas las inteligencias: tanqueros, en los grandes arroyos, y con pico y pala a cielo abierto. Y ahí vamos. Al mediodía, ya dejamos atrás La Paz y subimos por los Filos. Hay un camino que persigue a los Oasis, donde hay frutas frescas. Cas, cas, cas, se escucha el casquilleo de las patas de los caballos. Los rancheros de la Soledad salen asombrados al ver la caravana. Nos saludan con recelo, porque saben que somos los hombres del general y cuando salimos, no es para rezar el rosario. O procesión del niño Dios, sino para cazar a alguien o algunos. Y siempre que pasa eso, se aplica el soberano código de mi General .la muerte. No hay mejor rehabilitación para un forajido o asesino, que eso. Al menos así dice mi general. Y cae la tarde, el cansancio, nos gana. Y paramos en San Pedro de los Machetes. Carlos Villarino, uno de los viajeros, lo habilito como mi asistente personal. Y se encarga del tendido. Y también de la cena: Un pedazo de carne seca y un té de Damiana sin colar. Y antes de cerrar los ojos se me desamarran los recuerdos. Veo a mi madre en esa vieja casa de palma de Santiago, comiendo chimangos con canela. Y escuchar a mi padre hablar con los caballos, Ella la cocinera del gran general Francisco J. Múgica, el constituyente y mi padre su caballerango. Fui un niño feliz, pero con un destino fatal. Mi primer crimen, no lo puedo olvidar; Fue a don Prisciliano el boticario. Lo mate por abusón. Humillaba a la gente que le pedía fiado por necesidad. Y además por burlarse en público de mi madre; Esa que va ahí, es la gata de mi general. Dijo. Y entonces A mis veinte años. Cumplidos, saque mi pistola y lo mate. La primera muerte te duele, suena bofa tu conciencia, te quema las manos, te huele a pólvora la vida. Y cuando duermes escuchas vocecitas que te revolotean y te llaman, y te preguntan ¿Porque me mataste Palemón? ¿Porque me mataste Palemón? (Continuará)
Posted on: Fri, 12 Jul 2013 01:20:42 +0000

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