Cada día al despertar, quizá uno de mis primeros pensamiento una - TopicsExpress



          

Cada día al despertar, quizá uno de mis primeros pensamiento una vez abro mis ojos es: "gracias por esta nueva oportunidad", estiro mis brazos y piernas entre mis cobijas, respiro profundamente y en completo silencio por unos segundos, miro al techo de mi habitación y pienso esa manera acerca de ¿cómo quiero que suceda y sea mi día?, ¿cómo voy a aprovechar al máximo el gran regalo de tener una nueva oportunidad de crear esa realidad que tanto deseo y anhelo para mi, para los míos y para "mi mundo"?; reflexiono acerca de: ¿cómo y de qué manera voy a honrar ese nuevo día, viviéndolo intensamente, apreciando no sólo lo bueno, sino también las circunstancias que se presentan en el camino?, pero sobre todo pienso: ¿cómo enfocarme en disfrutar cada momento, cómo si fuera quizá el último día de mi vida? Sin duda, podría decir que cada momento sobre este planeta, es un único e irremplazable instante, que se fue y que jamás volverá, así que creo profundamente en que cada uno de esos segundos que ocurren con el transcurrir de cada día, son, queramos o no, parte de esa gran historia llamada "mi vida"; momentos que muy probablemente jamás volverá a repetirse de la misma manera y en los cuales tenemos todos la magnífica oportunidad de elegir participar o de no hacerlo. Es entonces la vida, desde mi punto de vista, esa gran historia que se escribe con el andar de quienes caminamos el camino, que se pinta con un estilo único momento a momento y que tiene una inconfundible firma donde el autor es cada ser humano. Algunos, enfocan todo su tiempo en escribir de sus vidas una verdadera historias de terror, otros de ficción, aventura, romance, historias de superación, de suspenso, de drama, de servicio a los demás, de dar sin esperar nada a cambio y la lista sin duda continúa y es tan extensa como adjetivos en un diccionario… Otros, como yo, somos comúnmente llamados "locos", "raros" o "poco previsivos"; pues escribimos historias más simples, pausadas, tranquilas y sin hacer muchos planes de lo que será. Historias que suceden aquí y se escriben con la vibración del ahora, que son hogareñas, que cambian de rumbo en segundos como el viento en las montañas y que sin duda se cuentan mucho mejor al calor de la chimenea y con una buena taza de chocolate caliente acompañado de pan recién horneado sobre la mesa. Pienso, que cada ser humano sobre la tierra, tiene entonces la facultad y libertad de contar su propia versión de la historia; pero sin duda, existen algunas que llaman más la atención que otras, y no creo que sea precisamente por lo interesante o no que éstas sean, o por la cantidad de princesas, dragones o malvados en el cuento, o por los incontables efectos especiales, la dirección de fotografía o el maquillaje que corrige las imperfecciones de cada momento, sino quizá, por la manera en que éstas son narradas por medio de las acciones que tomamos o no día a día y que crean entonces nuestra "realidad". Si lo pensamos con detenimiento, podríamos decir entonces que la vida simplemente ocurre, a ella, no le importa donde naciste, de qué color es tu piel, el tamaño de tu billetera, si eres alto, bajo, flaco o con unos kilitos de más. A la vida poco o nada le importa como te sientes, si desayunaste huevos, cereal, o ensalada de frutas o incluso si no comes hace varios días; si vistes de Channel, Dior, Prada o Paquita la del barrio. A la vida no le interesa tampoco si estas solo o acompañado, si eres católico, judío, budista o protestante, o si eres de derecha o izquierda; es más, a ella no le importa si vives en una hermosa casa frente al mar o en una pequeña tienda en medio de la inmensidad del bosque. La vida entonces no te promete felicidad, amor, aventura o riesgo, no te promete la princesa bella o la el galán de telenovela; así que creo que lo único que ésta realmente te da, es una oportunidad más de estar aquí y ahora, así como la libertad de ser tú el autor de tu vida, hasta que un día… escriben en tu historia y sin pedirte permiso la palabra: "fin". Muchas veces lo escuché de un gran amigo y compañero de viaje y al que quiero profundamente: "La vida no está diseñada para hacerte feliz, ni para darte lo que quieres… porque si fuera así: ¡ya lo tendrías!… y como si fuera poco, al final de todo… ¡mueres!" Cada día me convenzo más de esto y si no me crees, mira a tu alrededor, no hay que ser un genio para darse cuenta que la vida no es justa y claramente no es culpa de ella. Así que partamos de una idea básica: si no es la vida quien te da lo quieres, ni siquiera lo que te "mereces" y si decimos que la vida es neutra y que ésta simplemente sucede, a lo mejor esto quiere decir que quizá, el foco principal del escenario está dirigido a nosotros, los protagonistas y señores del show. ¿Somos entonces nosotros mismos quienes creamos nuestra realidad, lo que sentimos, lo que somos y quizá lo que tenemos o conseguimos durante nuestra participación en esta historia? Creo que si, podría decir sin miedo a equivocarme que somos el director, el guionista, el editor y sobre todo el protagonista de nuestra vida y lo digo por una simple razón, nadie más puede hacerlo por nosotros, nadie más que tú puede vivir tu vida; lo que nos entrega entonces una responsabilidad que a veces no nos gusta asumir y que a su vez, ésta viene acompañada con dos noticias, una buena y la otra no tanto: la buena, es que sin duda cada momento podemos entonces hacer algo al respecto para crear la escena que queremos, tenemos la oportunidad de corregir nuestros errores, de amar sin límites, de cagarla mil veces si es necesario sin importar lo que digan los demás, y bueno, la noticia no tan buena, es que siendo nosotros los creadores y únicos responsables de nuestras historias individuales ya no tenemos a quién culpar de nuestros "fracasos", nuestra falta de pasión y nuestro estatus de "conformismo y mediocridad". Así es, soy un total convencido que nuestra participación en el juego de la vida, es la que hace o no interesante nuestro paso por este planeta, y no por el contrario lo que consigues o acumulas durante tu viaje; pues ya lo dice el sabio dicho popular "con nada llegamos a estas tierras y con nada nos marcharemos de ellas", así que entonces lo único que nos queda finalmente es: "lo bailado", lo que hiciste, lo que disfrutaste, quien fuiste y por supuesto el trabajo que conllevó conseguir cada una de esos logros y cosas, así como la satisfacción personal de haber tenido el viaje más espectacular de todos con la tranquilidad de haber aprovechado cada segundo de este viaje. Yo creo que es como si alguien te invita un día caminar y te dice entonces que quiere llevarte a un lugar muy especial, así que un par de días antes estás emocionado por emprender tu aventura, compras zapatos nuevos, ropa deportiva, una nueva cámara fotográfica, cargas tu iPod con tu música preferida y estás listo y entusiasmado para comenzar tu camino. Así que el día acordado, sales temprano en la mañana, te encuentras con la persona que te invito y comienzan una larga caminata bordeando las montañas, atravesando ríos, praderas y senderos rodeados de un paisaje único. Caminas entonces por horas esperando llegar finalmente al tan anhelado lugar y después de mucho caminar lo que esa persona tenía por mostrarte extrañamente ya no está ahí o tal vez no cumple con tus expectativas. Quizá, si tu enfoque únicamente está en llegar a la meta y ésta no es lo que esperabas, entonces probablemente te sentirás defraudado, confundido y a lo mejor engañado (que generalmente es lo que pasa); el ser humano tiene una mente tan prodigiosa que constantemente se está imaginando lo que será, en lugar de dejarnos sorprender por lo que realmente es y lo que todo lo que ocurre a nuestro alrededor; Así que estás allí, en ese lugar, invadido por un sentimiento que no es precisamente de satisfacción, olvidando por completo el camino recorrido, los obstáculos superados, el paisaje a tu alrededor, el cantar de las aves, la naturaleza viva que te rodeó, la lecciones que aprendiste durante tu aventura y sobre todo la alegría y emoción con la que comenzaste a caminar; perdiendo entonces por completo el sentido de tu viaje. Creo que algo similar sucede con nuestra vida, nos enfocamos tanto en llegar a nuestros objetivos que nos des enfocamos de lo único que realmente nos perteneció, "lo vivido paso a paso". La inconformidad desde mi punto de vista es una condición humana, y creo que es gracias a ella que hemos evolucionado para construir nuestro mundo; los seres humanos nunca estamos totalmente conformes con algo, se hace frío queremos calor, si hace calor queremos frío, si tenemos un carro queremos uno mejor, si es una casa pensamos en una más grande y así sucesivamente. Eso quiere decir que quizá la satisfacción no está en la meta, pues finalmente una vez la conseguimos queremos otra, sino que ésa está en nuestra participación para alcanzar lo que nos proponemos. Sin embargo suena más fácil de lo que realmente es, piensa que cada mañana después de salir de casa y a medida que transcurre el día, el afán de la sociedad, el trabajo y nuestras suposiciones acerca de como deberían ser las cosas, nos atrapan y nos arrastran a un espacio de distracción y confusión, des enfocándonos de nuestros verdaderos propósitos. Sólo hace falta escuchar a la distancia una bocina de un vehículo, el ruido caótico de la ciudad, el aterrador sonido de nuestro teléfono móvil y como si fuera poco, si a esto le sumamos las diferentes circunstancias que ocurren en el día a día, nos da como resultado una excelente excusa para perder esos instantes de conexión entre nosotros y la vida. Recuerdo que hace un par de años que una persona a quien quiero y extraño muchísimo, me prestó una película que narra una historia de la vida real, acerca de un joven atleta que tenía como una de sus más importantes metas de vida, clasificar a unos juegos olímpicos, sin embargo un día cualquiera sufrió un accidente que acabó con su ilusión de llegar a las justas. Días antes del accidente este personaje conoció a una persona que trabajaba en una estación de servicio y que se ofreció a ser su entrenador y bueno… este personaje, una persona de edad madura, se convertiría más que en su entrenador físico en un maestro en el arte de caminar a paso lento disfrutando la vida tal cual es; este personaje no sólo entrenó al joven atleta, sino que lo apoyó a descubrir aspectos diferentes acerca de él mismo, de la manera en que percibía el mundo y de como vencer los obstáculos y circunstancias que se le presentaron. Para no contar la historia completa, hubo varias enseñanzas o ideas que me gustaron, sin embargo voy a hablar de la que más me llamó la atención y que creo es la que enmarca la idea de vivir cada instante al máximo, algunas personas lo llaman: "estar presente", "parar con todo", "poner tu mente en blanco", "conectarte con tus cinco sentido" y bueno la verdad no sé si esto realmente es posible, ya que si me preguntan: ¿cómo hago para poner mi mente en blanco? seguramente mi respuesta sería muy probablemente: "no tengo idea como carajos hacerlo, qué tal si pruebas con un martillazo en la cabeza…" (por favor no lo hagas) …así que a falta de un nombre científicamente comprobado yo prefiero llamarlo: "experimentar el ahora" y esto no se trata de decirte que hacer para lograrlo, ni mucho menos es un manual paso a paso para conseguirlo. Así que más que una técnica, creo más bien que es un concepto que parte de la idea de asimilar y ser conscientes que cada momento que pasa, a nuestro alrededor están sucediendo miles de cosas de las que ni siquiera somos conscientes, ya que usualmente las damos por hecho, en vez de entregarnos simplemente a la experiencia de vivirlas, en otras palabras desconectarnos del automático de la rutina para disfrutar lo que nos regala cada instante, sentir tu respiración, el latir de tu corazón, las texturas que perciben tus dedos, los sabores de cada alimento, el olor de las flores en primavera, los millones de colores de la naturaleza, el sonido del viento o el océano, la sensación del agua caliente sobre tu piel que recorre tu cuerpo cada vez que tomas una ducha y ¿por qué no?, disfrutar incluso las circunstancias "negativas" que se presentan con cada experiencia vivida ya que en la mayoría de los casos son de ellas de quienes aprendemos las lecciones quizá más importantes de nuestra vida. Finalmente creo que así es la vida, un gran camino que recorremos junto a cientos de personas a nuestro alrededor y que no te promete clase ejecutiva o clase turista, en la cual escribimos un capítulo a la vez y donde momento a momento estás ocurriendo cosas maravillosas por disfrutar y descubrir; desde la caía de una simple hoja de otoño hasta nacimientos, desde el rocío de la mañana hasta caminatas espaciales. Así que como siempre es y será nuestra elección si participamos plenamente en ella viviendo cada instante disfrutándola al máximo o si simplemente somos unos espectadores. Sea cual sea la elección creo que está bien, ambas son igualmente válidas y pienso que la única diferencia al final será la experiencia vivida, el grosor del libro y por supuesto el final de la historia. La pregunta es entonces: ¿qué historia quieres escribir en este gran libro llamado "mi vida"? Por: Santiago Martínez G. - Hola! reciban un saludo muy especial, quiero nuevamente agradecerles a todos los que han se han tomado el tiempo de leer, comentar, opinar, compartir y por qué no criticar las columnas anteriores; de verdad que lo valoro muchísimo, así que gracias de corazón. Recuerda: si te gustó la columna de esta semana, regálame una manita arriba, compártelo en todas tus redes sociales o sígueme en Twitter @santi__martinez (doble guión al piso), tendré un tema nuevo cada semana, así que si quieres que escriba acerca de algo, déjalo aquí abajo en los comentarios, por inbox o por mi Twitter y por supuesto lo tendré en cuenta… Un abrazo fuerte y nuevamente gracias por tu apoyo!
Posted on: Sat, 29 Jun 2013 13:40:19 +0000

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