Capítulo 1 AGUAS TURBIAS Caray, estamos en el siglo XXI, no es - TopicsExpress



          

Capítulo 1 AGUAS TURBIAS Caray, estamos en el siglo XXI, no es raro que una chica le pregunte a un chico si quiere ser su novio, tal vez patético, porque esa mujer sabe que ese hombre no se lo pedirá, así que da el "paso". En esos tiempos yo estaba triste, y esa chica la conocía de poco. Mi amigo Máximo me la había presentado porque me veía muy triste... y, ¿cómo no? Mi ex novia había muerto, pero es un tema que no tocaré ahora. Él lo sabía, pero no se lo mencionaron a ella nunca. Por suerte, para ella, se había cambiado de salón en la escuela, por lo que un mes y medio le sirvieron para conocerme. Aún así yo evitaba todo contacto con mi pasado, no quería que ella supiera mucho de mí, y le conté lo más esencial. Aquí estoy. Me observa, sus ojos no se despegan de mí, pero aún así su expresión demuestra ligera decepción. -¿Entonces? ¿No te gusto?- Me preguntó insistentemente, pero mi mirada evitaba la suya observando el césped. Yo sabía que quería algo con ella, en el fondo, era el tipo de chica "buena". -Sí. Está bien- Le dije mientras la observaba directamente, con un tono decisivo. Frunció el ceño. -Eres un imbécil- Me dijo refunfuñando casi entre dientes. -¿Por qué?- Repliqué desesperado. Se levantó de la banca e iba casi corriendo hacia el salón (ya que estábamos en la escuela, hablando en receso y teníamos clase). Hice lo mismo, enfurecido, fui tras de ella, pero no para hablarle, sino hablar con Max, a ver si sabía algo. Al llegar al salón sonó la campana y salí disparado de la puerta a la banca que estaba junto a Max. -Cabrón, ¿qué le pasa a Clara?- Le dije más tranquilo. -No sé. Ella es así. ¿Por qué?- Me respondió confundido. No era raro, yo había llegado suponiendo que lo supiera todo. -Ella me pidió que fuera su novio...- Cabizbajo por la anterior escena. -Jajaja. ¿Y?- Dijo más burlesco de lo normal. -Pasa que, cuando le dije que sí, se enojó- Lo miré directo, más tajante. -Es raro, ¿ella sabe lo que pasó con Jazmín? -Yo no le dije nada acerca eso...- Me dijo doblando la boca preocupado. No quería perder el tiempo, esperé a la salida para hablar con ella. Ahí está, cruzando la puerta, soy un manojo de nervios, porque yo aún quiero algo con ella, y no he entendido nada de la situación. La tomo del brazo, con las cejas casi tocando mis párpados. -¿Por qué te has enojado conmigo?- Le hablo con furia. -Tú sabes bien porqué...- Me responde con el mismo enojo. -No, no sé. Explícame. -Qué idiota eres. Jazmín, eso pasa, Máximo me contó que es tu novia. -¿Que es? Ella ya no es mi novia. -Él me dijo que ES tu novia- Su énfasis es tonto, como si tuviera la palabra en la boca y se le hiciera difícil sacarla, alargándola. -Tiene mucho que no la veo... -A otro perro con ese hueso. -Mira, tú enserio me gustas, pero yo no quería eso. Lo menos que ahora quería era entrar en otra relación. Y me sorprendiste, y más, porque sinceramente te digo que yo ya no estoy con Jazmín... -No puedo creerte. Ni siquiera sé cómo es ella, ¿cómo esperas que sepa que no mientes? -Lo que pasó con Jazmín no lo puedes saber. Y es que no está en mí, sino en ella. -Aún la extrañas... -A todo esto, ¿por qué me preguntaste eso? ¿Por qué tan sólo no me dijiste si aún estaba con Jazmín? -Es que... quería saber cómo eras en ese tipo de temas... cómo serías de fiel conmigo... -Eso es ridículo. -¡No lo es!- Exaltada y con los ojos rojos. -Mejor hablamos después- Calmé el asunto. Me parece exagerado el numerito que estamos armando, pero es necesario, ella cree conocerme, yo quiero que me conozca, y aunque ella no lo crea, la conozco muy bien. Es el tipo de personas que han vivido bien, con toda su familia, sin problemas, relajada, por eso es que se le hace más fácil exigir. Me enoja y entristece su forma tan burda de conseguir las cosas. Quizá ella enserio quiera algo conmigo, pero es difícil saberlo después de su actuación tan... tan... ¿Malvada? Como sea, lo arreglaré. Una vez más en la escuela, sabía que debía enfrentar a Max, preguntar por qué le contó acerca de Jazmín, y por qué me había mentido. No asistió, así que debía sacarle información a Clara. Dio dos pasos dentro del salón y fui hacia ella, sin nada qué perder, sólo ella podía salir perdiendo. ¿No? -Clara, tenemos que hablar- Sin apresurarme más, relajado, para que ella estuviera igual. -No finjas, sé que estás enojado- Me sorprendió, porque lo decía con tal seguridad. -Max me dijo que tú aún eras novio de Jazmín, y... me puse...- Titubea. -¿Ponerte... cómo? -Celosa- Lo dijo agachando la cabeza y cerrando los puños. Parecía sincera. -¿Tanto así? Te creía más madura. Pero... - Suspiro para tranquilizar mi fingido sentimiento. -Lo que hiciste está mal. Porque enserio yo sí quería algo contigo. -¿Eso es verdad?- Se forjó una sonrisa que le llegaba de oreja a oreja. -¡Sí!- Le contesté apresurado. -Eres...- Me detuve, porque no lo había pensado antes, aún cuando lo preguntó, me dije a mí mismo que tenía que dejar pasar el pasado, pero con tanto "show" no sabía qué quería. -Eres una chica muy linda. Y... tal vez, te cuente lo que sucedió con Jazmín, así quizá me creas. Capítulo 2 NADA FÁCIL Max faltó toda la semana a clases, su teléfono estaba desconectado, y no se había conectado a ninguna red social, así que mis expectativas a cerca de saber algo de él eran nulas, aún si fuera a su casa, él vive solo, y si me está evitando es indudable que no abrirá la puerta. Las cosas con Clara se calmaron, ella me dijo que por ahora quería conocerme mejor, y yo quería ganarme su confianza, complicado. Dicen que el 70% de las veces el instinto está en lo correcto, y ahora, mi instinto me dice que debo tratar algo con ella, pero... por más linda que sea, eso no le quita lo imprudente y mimada. -¡Alex!- Me llama Armando desde el otro lado del salón (Armando no es exactamente amigo mío, pero sí de Max y Clara), así que me acerco para hablarle. -Oye... me enteré lo que pasó con Clara. Mierda, es como si ahora todos lo supieran. Por cierto, mi nombre es Alexander. -¿Quién te contó?- Le reclamo. -Ha sido Clara, ella es mi mejor amiga... Me cuenta todo- Como si me importara en este momento, sin embargo es información que seguramente usaré después. -Hija de puta- Refunfuño entre dientes. -¿Qué quieres? -Quiero decirte que Clara está apenada por lo que pasó, aunque no lo aparente, ella es muy sensible, pero es dura con los demás porque han sido malos con ella, por eso pierde la confianza rápido. -Bueno... gracias por el dato, ¿algo más? -Sí, no seas duro con ella. Todo lo que le digas desde ahora le afectará- Termina y se voltea para seguir con lo que hacía. Por mi mente me rondan varias preguntas, ¿por qué dijo eso? ¿Soy tan importante para ella como para atravesar su corazón de hielo? Será mejor que tome precaución en lo que le diga, sinceramente no quiero lastimarla, pero quiero saber lo que le sucedió. Clara observó que estaba hablando con su amigo Armando, así que me llamó para preguntarme. Me levanté, y me acerqué a su lugar (el maestro estaba muy distraído con su computadora como para darse cuenta de lo que hacía). -¿Por qué hablabas con Armando?- Me pregunta con un tono de madre mandona. -Porque él me dijo que me acercara- Le respondo con cara de regañado. -Bueno. ¿Y? ¿Qué te dijo? -Me dijo que sabía lo que ocurría entre tú y yo...- Un poco imprudente de mi parte, porque no éramos nada. -¿Nada más? -Sí- Evito el tema. Pone cara de preocupación, fijando los ojos en una de sus libretas. -¿Te gusto?- Me sorprende. -Creo haberlo dicho antes, sí.- Me desespero y juego con mis dedos. -Es que... tiene mucho que un chico no me lo dice...- Qué conveniente, y ella pidiéndome que fuera su novio sin conocerme. -Creí que tú eras la de la ini-cia-ti-va.- Con tono burlesco. -Sí, pero, lo hice para saber más de ti, ¿no lo ves? -No, sinceramente no comprendo tu plan. -¿Plan?- Se ríe. -Bueno, no lo había pensado, pero esto parece un plan. -Lo siento, pero eso no se hace...- Le digo decepcionado. -¿Por qué eres así conmigo? -Bueno... porque no me conoces, pero, ¿a qué te refieres? -Cortante- Sí, me lo dijo cortantemente, quizá para hacerme saber cómo me estaba comportando, pero recordé quién era el más frío entre los dos. -Yo no soy cortante, tú lo eres, y además fría. -Y tú eres un criticón- Me lo echó en cara, pero era cierto, así que nos tiramos un par de risas. -¿Por qué en vez de hacer planes no me conoces? -¡Quiero conocerte!- Lo dijo alegremente, con esa larga sonrisa característica. Capítulo 3 TODO TRANQUILO, SUPONGO Mis pensamientos están acomodados, aún siento que debo hacer algo, pero no sé qué es... Clara me ha hecho decirle qué sucedió con Jazmín, y ya que para mí no es fácil ese tema, lo escribí para que lo leyera cuando no estuviera conmigo. La carta dice así: "Clara, yo sé que eres ajena a mi pasado así que seré lo más claro posible. Jazmín fue mi novia por casi 3 años. Hace unos meses, antes de que te conociera, ella dejó este mundo. Su fallecimiento fue brutal, indescriptible, sus padres estaban muy tristes, y por suerte me dejaron despedirme de ella... Aunque ese no es el punto, me duele volver a sentir algo por alguien, y quiero que entiendas que me sorprendió que me pidieras... pues, eso. No quiero decir que no quiero nada contigo, pero no ahora, eres... el tipo de chica que me puede cambiar, creo, tengo un buen presentimiento, eso, sin embargo, no reduce el dolor, la pena, la tristeza... la penumbra en la que he vivido. Cuando llegaste tú estaba muy triste, no sabes cuánto, pero trataba de alegrarme, aún ahora." Al siguiente día se acerca a mí con cara de cachorro asustado. -Alex, si te sientes mal por lo que pasó, yo puedo ser un hombro para que llores- Esa respuesta me pareció poco sincera pero, supongo, era lo que debía hacer. -Lo último que quiero ahora es llorar- Decisivo. - gracias, de todos modos, aprecio que entiendas. Me dio un cálido abrazo, y... me sentí bien, en ese momento creí que me sentiría incómodo, pero fue lo que necesitaba para desahogarme, así que armé otro de mis ridículos. Lloré sin contenerme. -¡Alex!- Dijo sorprendida. -Creí que no querías llorar, ¿a qué vino eso?- Casi regañándome. -Lo siento, en serio, no quería... yo no... no quería que me vieras así... es que, eres la primera persona desde que Jazmín murió que realmente me apoya... y eso lo aprecio.- Mi voz temblaba mucho, me trababa. -Es lindo que un chico demuestre sus sentimientos... ¿Sabías?- Sé que lo dijo para que dejara de llorar y que ella pareciera buena, pero muy en el fondo se le escuchaba el eco del plan. -Gracias, supongo... tiene mucho que no lo hago... Antes del funeral no lloraba. -Entonces... sigues apegado a ella- Se desanimó y me di cuenta, lo que quería conmigo era serio, tal vez parte de su plan, ¿debería seguir mi instinto? -De cierto modo. Ese tipo de relaciones no se olvidan así como así. La quería mucho, la quiero... pero ahora, no está conmigo, y realmente aprecio que tú estés conmigo- Creo que yo mismo me he convencido de seguir su plan. -¿Es cierto? -¡Claro! ¿Cómo no lo haría? Gracias... aunque esté un poco molesto por lo de hace unos días- Lo último se lo digo con una voz más baja, mostrando el punto, que ya lo estoy olvidando. -¡Excelente! Supongo. Entonces... ¿qué? -¿A qué te refieres? -Yo creía que... nada, olvídalo- Se retracta. -Dime- Le insisto con un tono amable. -Sobre lo que te pregunté hace tiempo... aún sigue en pie. -¿Podemos hablar de eso después? -¡Claro!- Lo dijo como de mentira, inconforme. El fin de semana me encontré con Max. Estaba en su casa realmente enfermo. Me llamó al celular porque quería hablar (Sí, lo había desconectado, pero no porque quisiera sino porque no encontraba su cargador). En su casa, pude ver a su madre en la sala, estaba muy preocupada, sentada, como esperando algo. Sale su padre del cuarto y me dice que entre. Max estaba en su cama, pálido como un muerto, sus ojos inyectados de sangre reflejaban alivio al verme. -¿Qué tal, Alex?- Su voz estaba muy débil, así que me acerqué para escucharlo mejor. -Hola. -Como podrás ver... estoy mal... -¡Mucho!- Lo interrumpo. -Sí... así es... el motivo por el que te he llamado...- Se detiene, como si le estuviera dando un dolor de cabeza intenso. -Te he llamado porque este par de semanas no he sabido nada de ti... pero... no te preocupes... no moriré, si es lo que piensas. -Genial, eso me tranquiliza...- Esperaba a que dijera algo, pero se queda observando por la ventana. -Sé que le contaste a Clara. -¡Ah! Sí, lo siento- Lo dice con un tono sarcástico, ligero, pero sigue siendo lo que es. -A mí no me vengas con eso... me alegra que estés bien, pero eres un maldito. -Recuerda dónde está la puerta. -Adiós- Quería llamarlo hijo de puta, pero recordé que su madre estaba ahí. Salí del cuarto y su madre seguía en el sillón, observando la vieja alfombra. Y, al salir de la casa, vi a su padre fumando un cigarrillo frente al picaporte. Lo evité y me fui. Al siguiente día vi a Clara en la escuela, le conté que visité a Max. Le dio alegría saber que estuviera bien, porque al igual que yo había sabido nada de él. En la salida, la invité a salir a comer algo, claro, después de que fuera a su casa a despabilarse. Capítulo 4 LO ESPERADO Fuimos a un lindo restaurante, pequeño, tradicional, no precisamente romántico. No era una fonda, claro, sino, un restaurante echo a la antigua. Yo sabía lo que ella quería. Claro, no podía ser más claro. Pero, me hice "el tonto" para que las cosas se relajaran, aunque no sucediera, pero es un buen intento. Quería lo mismo que ella, no podía saberlo, sino se abalanzaría hacia mí, no literalmente, pero quizá se emocionaría y haría otro de nuestros clásicos "shows". Así que, nada de tocar ninguno de esos temas sensibles. Al punto, a conocernos. Hablamos de nuestros gustos, le conté acerca de mi afición a cerca de cierto tipo de literatura, programas de televisión, películas, música. Eso no daba mucha información. Le pregunté acerca de su familia y amigos... Triste, no tenía padres... Cuando salimos del restaurante, como por las tres o tres y media de la tarde, decidimos ir a caminar. Se notaba mucho el interés, sino, ni siquiera hubiera aguantado la hora conmigo, lo que me daba el presentimiento que le gustaba quien era, y no lo que escuchaba de Max y las pocas cosas que le contaba de mí en la escuela. Fuimos a un parque. Caminamos por algunas tiendas. Pero, nada fuera de lo común... Me veía más como su amigo, y no como el chico al que sorprendieron con una "gran" pregunta y quedó embobado porque esa persona se involucró en sus sentimientos. Pasaron minutos hablando, horas riendo, y el atardecer preguntándonos tonterías. Algo sincero, supongo. Casi de noche, le pregunté si alguien la esperaba en casa. Me dijo que no, sus tíos, con los que vivía, se habían ido a la ciudad vecina porque fueron a ver a un viejo amigo. Así que no importaba a qué hora regresara. Por mi parte, mi padre me había mandado un par de mensajes, desde que salí de la escuela le avisé que pasaría la tarde fuera, pero no que faltaría la llegada a casa en algún momento. Apresuré las cosas. Le dije lo que sentía. Bajo el brillo de la luna le dije que me gustaba y que aceptaba la propuesta inicial. Olvidando mi pasado, olvidando lo que hizo Max, olvidando a Jazmín, que murió... ¿Esperando quererla? ¿Esperando a que me quisiera? ¿Será que es parte de su plan y me aguarda algo mayor? No sé. Estoy nervioso, tengo miedo que haga algo que me lastime, o que yo le haga algo, porque soy propenso a arruinar las relaciones de forma estúpida. Me miró. Sus ojos se iluminaban con el resplandor de las estrellas, y yo quedé cautivado. No podía despegarme esa sonrisa de la boca. Ahora que lo pienso, es mejor de lo que creía. Sus claros ojos. Su cabello lacio y rubio. Sus labios, tiernos y pintados con un rosa pálido. Sus manos. En ese momento sabía que podía volver a querer, definitivamente olvidaría. Capítulo 5 NOCHE ETERNA -Clara, lo estuve pensando- Le digo una vez que estamos sentados en una banca del parque al que nuestra caminata nos ha llevado. -Eres una chica estupenda, y como sabes, me gustas, pero eso no quiere decir que pase de ahí- me detuve. -Entiendo...- Me dice mientras sus ojos se vuelven más muertos, pierden su brillo, su espíritu de querer seguir viéndome. -Pero, no te preocupes sabía que me dirías esto. -No pienses mal. Sí quiero ser tu novio. -¡¿Enserio?!- Se entusiasma y esa bella sonrisa regresa a ella. -Creí... que no querías tener nada que ver conmigo. -Debo decir que en un principio así era. Pero lo reconsideré, hemos tenido un día excelente, y me gustaría que se repitiera. -No tengo más palabras que... ¡Estupendo! Se acercó a mí lentamente, su sonrisa cambió de risa a alegría gustosa, esa sonrisa pequeña que se extiende sólo de su lado izquierdo hacia arriba. Ella esperaba que la besara, le tomé su mano, primero. Deslizando mis dedos entre los suyos. Tocando su palma, y parte de su brazo con el mío. Subí mi mano derecha hasta su rostro, tiernamente acaricié con mi dedo pulgar su mejilla, y llevé mis otros dedos hasta casi tocar su oído. Sentía su cabello con la parte externa de mis dedos. Me acerqué, y en cuanto vi que ella cerraba sus ojos supe que debía imitarla. Rozando sus labios. Justo lo que en su plan ella quería. Hasta este momento no habría pensado que a mi mente llegarían las imágenes de la muerte de Jazmín, porque así es la muerte, uno piensa demasiado en lo que hubiera pasado, pero en la muerte jamás hay un hubiera, porque jamás volverá a ocurrir nada con ella, porque murió. Y uno vive arrepentido. Arrepentido de no decirle muchas cosas. Arrepentido de no volverla a ver. La muerte de ella me dio un gran golpe, porque jamás me pasó por la cabeza perder a alguien, como a un familiar, uno tan sólo no puede imaginarse sin dejar de hablar o ver a su madre o padre, por más enojado que esté, uno se arrepiente, pero en la muerte no es así, no hay vuelta atrás. Y no quería sentirme arrepentido de no haberle dicho que sí a la chica con la que he llorado, aquella que ha despertado mis verdaderos sentimientos. Esta chica cuyos dulces labios besan los míos, y nos unimos bajo la luz de la luna. Y al contrario, si esto no hubiera sucedido me arrepentiría para siempre por no haberle dicho que sí, algún día hubiera explotado la frustración de no hacer lo que quisiera, me enojaría, el enojo se demostrarían con gritos, después vendrían las lágrimas, la tristeza, y al final la depresión, porque a eso lleva el arrepentimiento, al suicidio, al no haber querido besar a esta linda chica... La he acompañado hasta la casa de sus tíos, hemos ido en transporte público, y ella, aún en el peligro de la noche, está contenta, su mirada se fija en mis ojos. Y al llegar, bajamos apresurados del camión, caminamos un par de casas y ahí estamos, en el peor momento, quería despedirme, pero no podía retirar mis piernas de esa posición. Ella estaba en la misma situación que yo. Se bamboleaba sin mover los pies, esperando a que yo me despidiera, pero era una guerra de sonrisas tontas. -Entonces... nos vemos luego- Le digo entusiasta. -¡Sí! Quizá... el lunes en la escuela...- Me dijo mientras veía despreocupada las estrellas. -Adiós...- No dejaba de verme, mientras se mordía el labio. Me toma del brazo para acercarse y darme un beso en la mejilla.
Posted on: Fri, 20 Sep 2013 22:43:17 +0000

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