Carta a mis niños, a los niños que han pasado por mí y a sus - TopicsExpress



          

Carta a mis niños, a los niños que han pasado por mí y a sus papitos.. Casi no tengo palabras para expresarme ni tampoco estoy segura de que me entiendan. Tal vez, con ayuda de vuestra familia, puedan comprender por qué he decidido escribirles esta carta pero estoy segura, que algún día, no muy lejano, recordarán mis palabras y comprenderán muchas de las cosas que aquí escribo. ¿Les he contado por qué quise estudiar la carrera de maestra? Yo estudié en un jardín, muy parecido al nuestro. Al principio, no me gustaba mucho pues recuerdo que cuando estaba en el “Inicial”, me peleé con una amiguita de la clase y mi maestra me castigó. Yo no lo entendía, pensaba que era muy mala por dejarme encerrada en clase sola. Después, en primero, tuve a una profesora muy seria aunque todas las madres, hablaban muy bien de ella porque decían que reñía mucho. Pero ¿Cómo podían querer que sus hijos estuvieran con una profesora que les riñera? Eso no entraba en mi cabeza de niña de 6 años. ¡Era verdad! Mi maestra gritaba, sobre todo a mi compañero del pupitre de al lado, al que muchas veces le retaba a tal punto de hacerlo sentir tonto. En algunas ocasiones nos reíamos de él, sin pensar que le marcaríamos para toda la vida. Lo que sí sé, es que cuando estudié la carrera de parvulos, muchas veces me acordaba de él. Mis profesores de la universidad, me explicaban que para ser una buena maestra, siempre tendría que querer a TODOS mis alumnos. Yo pensaba en aquel niño de la escuela, ¿A él lo querría mi maestro? A mí, creo que sí, pero tampoco estoy segura. Yo quería ser maestra, pero muchas personas que me querían y deseaban lo mejor para mí trataron de convencerme para que estudiara una carrera con más salida. Empecé a pensar en seguir Derecho, para ser una buena abogada, porque me gusta mucho leer y conocer mis obligaciones y derechos. Fue muy difícil, pues aunque me gustaba no era lo que me veía haciendo por el resto de mi vida. Le dije a mi mamá, que solo estudiaría si me dejaban ser maestra. Todos, aceptaron pero no dejaron de repetirme, que lo pasaría muy mal y no me sería fácil encontrar trabajo, y menos tener un sueldo ligado a las aspiraciones generales de cada quien. La verdad, es que si tuve maestros a los que siempre llevaré en mi corazón y desde aquí, les daré las gracias por haberme hecho crecer como persona y enseñarme a respetar a mis compañeros, valorándolos por sus virtudes y no por sus defectos. Les escribo esta carta aunque quizas nunca la lean, pero no me gustaría dejar de expresar cómo me siento. Me gusta decirles que los quiero y que para mí, son los mejores niños del mundo. Saben que les llamo la atención, que me enojo, que me da coraje cuando no hacen caso y se aprovechan de las oportunidades. Pero JAMAS me gustaría que ningún niño se sienta “menospreciado” por mí, y mucho menos, que me recuerde cuando sea mayor como la maestra que “lo etiquetó” para siempre. Les vuelvo a decir. “LOS QUIERO PORQUE ME HACEN APRENDER CADA DÍA”. Recuerdo un día, una de las niñas, no paraba de llorar. No sabíamos lo que le ocurría. Para calmarla, le puse un pincel en su mano y le moví el brazo para que hiciera trazos en una cartulina. Le dije, no estés triste, vamos a pintar un sol, le cogí su mano, dibujamos un sol, flores, animales y le conté un cuento. Sus ojos, tenían un brillo especial. Al día siguiente, su mamá, me preguntó: ¿Hizo mi hija ayer algo distinto? Estaba rara, la noté eufórica, más espabilada..Le comenté a la mamá que estaba llorando y que utilizamos las pinturas y ella me contestó, que sabía que su hija no “era un mueble”, que tenía sentimientos y que había demostrado que estaba contenta. Yo me emocioné mucho y con más ganas me preparé. Les he enseñado a conocer las primeras letras. Para mí TODOS, son los mejores del mundo, porque los quiero y sé que han aprendido muchas cosas que les servirán para la vida. Ahora, no las podrán aplicar, ni demostrar cuánto aprendieron, porque son niños y como tal se comportarán pero algún día, en algún momento, tal vez cuando estén estudiando la carrera de maestr@ o alguna otra, se daran cuenta de todo lo que llevan guardado en su corazón. Quiero decirles que yo estoy feliz por tener la suerte de desempeñar un trabajo que me apasiona. En los tiempos que corren, eso no es tarea fácil. Desde el respeto, siempre expresaré lo que pienso y como me siento. Gracias por no callarme, gracias a los padres por confiar en mí, por hacerme cuestionar aspectos de mi práctica docente. Constantemente estoy evaluándome para poder corregir fallos y ofrecer propuestas de mejora. LA EDUACIÓN, NO SE PUEDE DETENER. Siempre tomo nota, respiro, valoro lo que tengo y solo puedo decir GRACIAS. ¡ME SIENTO MUY AFORTUNADA POR SEGUIR CREYENDO EN ESTA PROFESIÓN! Y CADA VEZ CON MÁS FUERZA. CON CARIÑO, LA TIA ANDREA!
Posted on: Wed, 23 Oct 2013 20:13:41 +0000

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