Chicasss estoy llorandooo!! me encanta!! pero es muy fuerte!! - TopicsExpress



          

Chicasss estoy llorandooo!! me encanta!! pero es muy fuerte!! llorooooooo!! Leanloo!! World Trade Center, Nueva York, NY. 11 de Septiembre del 2001. _______ vio la prueba de embarazo que tenía entre sus manos. Estaba atónita, y no podía creer que eso de verdad estaba pasando. Luego de haberlo intentado durante meses; luego de haber llorado en el consultorio, mientras el ginecólogo le decía que era imposible que ella concibiera; finalmente, estaba embarazada. Lo único que pensaba era en ir y decírselo a Louis, su esposo, que estaba segura se alegraría con la noticia. No le importaba tener una reunión en 5 minutos, lo único que quería era ir a su oficina, coger el celular, y llamarlo. Y así lo hizo. Salió del baño de damas con una sonrisa en el rostro, de esas sonrisas sinceras, que sólo en raros momentos se posaba en el rostro de _______. Tomó el teléfono entre sus manos, y marcó el número. Iba a teclear el décimo dígito cuando un gran estruendo se oyó. Sintió como el edificio se sacudía, y como de repente todo pareció obscurecerse. Se asomó fuera de la oficina, y vio los rostros de terror de las personas que ahí trabajaban. Menos de un minuto pasó, cuando el olor a humo le llegó a las fosas nasales. - Liz, ¿qué pasa? – tomó a su amiga del brazo, deteniendo su paso. Ella la miró totalmente aterrada, y se dedicó a negar con la cabeza. - ¡Dime, Elizabeth! ¡¿Qué rayos pasa?! - U-un – balbuceó. – a-avión… - no pudo decir nada más, y salió corriendo, a Dios sabe dónde. Y, aún sin saber a ciencia cierta que había pasado, ______ tuvo una mala corazonada. El celular que tenía en su mano izquierda comenzó a sonar, y sintió un alivio al ver el nombre de su esposo en el identificador. Pero al contestar, y oír el tono de su voz, ese alivio desapareció tan rápido como había llevado. - Amor, ¿qué pasa? – preguntó ______. Odiaba no saber nada, odiaba parecer una completa estúpida. - No creo que quieras saberlo. – dijo Louis con dificultad. – ______, sólo prométeme que saldrás de ahí pronto. Sigue a los demás, has todo lo posible por salir. - ¡¿Qué rayos pasa, Lou?! – gritó desesperada. Y, aún con el teléfono pegado a la oreja, comenzó a seguir a los demás a las escaleras. El humo estaba sobre su cabeza, y su instinto le dijo que no tardaría en ahogarse con él. - Nadie sabe con certeza. – suspiró, y en su voz emanaba preocupación. Sí, nadie sabía bien con certeza que rayos pasaba. Pero Louis sí que tenía una idea. Sólo que no quería alarmarla, preocuparla. No quería decirle la verdad y hacer que se pusiera pesimista. Quería que _______ luchara para salir de ahí, y volver a estrecharla entre sus brazos. Estaba asustado, y mucho. Pero tenía que ser fuerte. Por él, y por ella. - Dímelo, Lou, por favor. – suplicó ella. Louis suspiró. - Algo se estrelló contra la torre. Están evacuando el edificio. Por favor, sal de ahí lo antes posible. Encuentra un pañuelo y humedécelo. Cúbrete con él la nariz y la boca. Ten cuidado, _______, por favor. – dijo, haciendo parecer la situación más fácil de lo que de verdad era. – y por lo que más quieras… - continúo – no cuelgues. - Okey. – asintió ______. Sacó una toalla de su bolso y la mojó con la botella de agua que traía. Se cubrió la boca y la nariz con esta, tal y como había indicado Louis. – listo. - Ahora, baja las escaleras, sigue a todo mundo. - ¡Son 106 pisos! – gritó, exasperada. - ¡No hay otra forma, cariño! – dijo Louis, deseando que la hubiera. - Está bien. – soltó un sollozo. Ahora entendía la preocupación de sus compañeros. Y, aunque Louis pareciese despreocupado, sabía que esto era malo. Muy malo. Veía a personas tiradas el piso. Algunas con quemaduras en alguna parte de su cuerpo, otros, ahogándose con el aire. Ella bajaba las escaleras, apresuradamente, ignorando el dolor de sus pies y del olor horrible a humo. Todo iba bien, hasta sentía que la salida del infierno estaba cerca. Hasta que, en el piso 97, notó que la temperatura se incrementaba, y se le hacía cada vez más difícil respirar. Todos los que la rodeaban se detuvieron, y se dieron cuenta de que pasaría lo inevitable. No había salida. Todo el piso estaba envuelto en llamas. Estaban atrapados. Y fue, en ese momento, cuando _______ se dio cuenta de que moriría ahí - ¿qué pasa? – dijo Louis, quien aún estaba en el teléfono. _______ no respondió. Se abrió paso entre la gente y volvió a subir. Cuando estuvo lo suficientemente lejos del fuego como para poder respirar sin que el humo la matara, se refugió en una oficina, que en ese momento estaba vacía, y ella no pudo evitar preguntarse si su dueño/a habrá muerto, o si seguirá luchando, como todos, por sobrevivir. - Espera. – le indicó a su esposo. Se asomó a la ventana, y vio, con horror, el humo que emanaba de la torre, unos cuantos pisos más abajo. Inevitablemente, su miedo se incrementó. Veía a todas las personas en la calle, que parecían pequeñas hormigas a esa altura. Se sentó en la silla de piel que estaba detrás del escritorio. Volvió a colocar el teléfono en su oreja, y suspiró. - No saldré de aquí con vida, Louis. – dijo con dolor. Y, sin poder evitarlo, lágrimas comenzaron a salir de sus ojos, y resbalar por su mejilla. Louis no dijo nada. Él se encontraba abajo. Él era una de esas pequeñas hormigas que _______ segundos antes había visto. Veía todo con horror, sin creer que su amada se encontraba arriba, atrapada. Estaba ten cerca de ella, y a la vez tan lejos. - No digas eso. – dijo con la voz entrecortada. - Es la verdad.- dijo a duras penas. El nudo que se formaba en la garganta era cada vez más fuerte. Vio la foto que se encontraba sobre ese escritorio desconocido. Era una familia. Un hombre y una mujer, con su pequeña hija de no más de 5 años. Se notaban felices, más que eso. Y ______ no podía creer que uno de ellos hoy estaba luchando por su vida, si no es que ya había muerto; mientras su familia se encontraría destrozada. Y pensó en ella, sin poder evitarlo. Pensó en Louis, aquel hombre de 24 años que le había robado el corazón desde hacía 10 años atrás. Pensaba en cómo se sentirían sus padres, su hermana. Y, por inercia, posó su mano en su vientre. Y recordó. Y al hacerlo le dolió el alma. Justo cuando lo había logrado. Justo tenía que pasar esto. - Louis, tengo que decirte algo. – dijo con dificultad. - ¿Qué pasa, amor? –Louis estaba llorando al otro lado de la línea, disfrutando esos últimos minutos que escucharía la voz de su esposa. Y en ese momento, ______ oyó aquel pitido. Y se maldijo a sí misma por no haber cargado el celular en la mañana. “Batería baja” Tenía poco tiempo, tan poco tiempo para decir tantas cosas que pasaba por su cabeza en ese momento. - Lo logramos, finalmente lo logramos. – dijo, sin poder evitar más el llanto. Lloraba a mares, como una loca. Lloraba como nunca antes lo había hecho, sabiendo que todo lo que amaba estaba siendo arrebatado de sus brazos. - ¿A qué te refieres? – cuestionó Louis, sin saber a qué se refería. - Estoy embarazada. ¿escuchaste? ¡estoy embarazada! – gritó. Y esa felicidad que sentía hace menos de 15 minutos, ahora era tristeza. Tristeza al saber que su bebé nunca nacería, que nunca sería madre. Nunca sabría lo que se siente cargar por primera vez a tu hijo; nunca se desvelaría hasta tarde debido a los llantos de éste; nunca le daría de comer en la boca; nunca le compraría juguetes, o jugaría con él; nunca sentiría esa emoción cuando diga su primera palabra; nunca sentiría nostalgia al verlo crecer…¿por qué? Porque él nunca nacería. Louis se había quedado estupefacto ante sus palabras. Y el sentimiento que lo inundó, no era ni cerca la felicidad que debería sentir. Se sentía mal. Peor de lo que ya se sentía. Ahora no sólo perdería a su esposa, sino que también perdería a su hijo. Ese hijo que, aunque no haya nacido, amaba. Sin pensarlo, corrió hacia un edificio cercano. Subió por el ascensor, sin importarle que estuvieran evacuando a la gente. Sin importarle nada. Subió hasta el penúltimo piso, y buscó una ventana. Cuando la encontró, ignoro todo, y se centró en un punto fijo. - ¿hay una ventana donde estas? – preguntó Louis, luego de un rato. - Sí.- respondió. - Acércate a ella. – indicó. Así lo hizo ______. - ¿Ves la estatua de la libertad desde ahí? – preguntó. ______ no sabía hacía donde quería ir con eso. Pero no dudo, confiaba en las palabras de Louis. Buscó la enorme estatua con la vista. - Sí. – afirmó, cuando la localizo. - Bueno, yo también la estoy viendo. – Louis dejó escapar un sollozo. – sé que te preguntarás a que se debe esto. Hago esto, para sentirme más cerca de ti. Estamos viendo la misma cosa, tú y yo. De alguna manera me hace sentir que estas junto a mi, admirando aquella estatua, al igual que yo, a mi lado. - Oh, Louis… - sollozó ______. – Te amo. - Y yo a ti, pequeña. Ambos lloraban, sabiendo que se separaría muy pronto. Sabiendo que nunca volverían a verse. Sabiendo que la desgracia los separaría. Pero, como Louis había dicho, aquel simple ejercicio había hecho a _______ sentirse más cerca de él. Y sabía que siempre lo estaría. A pesar de esto, no se iría de su lado. Otra vez ese molesto pitido. Y _______ sabía que su tiempo se acababa. - Tengo que irme. – dijo con dolor. – Te amo, Louis. Tengo tantas cosas que decirte, pero no sé cómo hacerlo. Así que sólo quiero que sepas eso. - Yo te amo más. - No me olvides. - Nunca lo haré. - ¿Lo prometes? - Lo prometo. _______ asintió satisfecha. - Cuida de nuestro hijo allá arriba. – dijo Louis, antes de colgar. _______ asintió, a pesar de que él no la podía ver. - Lo haré. - Nunca te olvidaré. Siempre te recordaré. - Gracias. – dijo ______. - ¿Por qué? - Por hacerme feliz. – sonrío entre lágrimas. Louis igual lo hizo. - Fue todo un placer. Y sin más, se cortó la conexión. Ambos miraron sus celulares, deseando que la persona que amara saliera de ahí y apareciera a su lado. Pero eso no pasaría, y ambos lo sabían. _______ ya no estaba asustada. Era feliz. Si moría, lo haría con una sonrisa en el rostro. Sabía que no tenía pendiente. Dijo todo lo que tenía que decir y se sentía satisfecha por eso. Louis estaría bien. Todos lo estarían. Ella lo sabía. ~ Louis dejo una flor frente a la foto de su amada. Tenía los ojos rojos de tanto llorar. Su cara estaba demacrada y a simple vista sabías que no había esbozado una sonrisa en mucho tiempo. Había pasado una semana. Una semana desde que la había perdido. Maldecía al mundo, maldecía a todos, a Dios, al destino, por haberla arrebatado de su lado. Miro alrededor. Todos los familiares de las víctimas, dejando fotografías, flores, pertenecías, notas, en un homenaje a sus seres queridos. Y posó la mirada en una persona en especial. Era una chica, de no más de 23 años. Tenía un pañuelo en la mano, y una rosa en la otra. Lloraba frente a la fotografía de un chico, y Louis vio en su dedo anular un aniño de diamantes. Y lo supo sin tener que preguntar, aquel chico era su prometido. Ella se sacó el anillo del dedo, y lo dejó junto a la fotografía, luego dejo la rosa. Dio un último sollozo y dio media vuelta. Louis, antes de que ella se fuera, la siguió. - ¡Hey! – la llamó. Ella volteó y centró su mirada en él. Y Louis la pudo ver mejor. Llevaba el pelo castaño recogido en un chongo, sus ojos verdes estaban hinchados, y tenía las mejillas sonrojadas. Sin poder evitarlo, le recordó a ______. A su ______. A la ______ que había perdido. - Me llamo Louis. – se presentó. Le tendió una mano, que ella, extrañada y sorprendida, estrechó. - Lucinda. – hizo un intento de sonrisa. - Lo siento, sólo quiero hablar con una persona que sienta lo mismo que yo. – dijo sincero. Lucinda dejó escapar un sollozo, y sin poder evitarlo le dio un abrazo a aquel completo extraño. Louis la estrechó entre sus brazos, sabiendo que necesitaba consuelo, sabiendo el dolor que sentía en ese momento. - Lo siento, necesitaba un abrazo. – sonrojo. - No importa. – dijo Louis sincero. - Tal vez podamos encontrarnos alguna vez. – sugirió ella. Louis sabía que nunca olvidaría a ______, aquella chica que había cautivado su corazón desde el primer instante. Aquella chica que fue la primera que amó de verdad. Aquella chica que le hizo pasar los mejores momentos de su vida. Con la cual llegó al altar, y a la cual no se arrepiente de amar. La amaría, por siempre. Y nunca la olvidaría, tal y como le prometió. Pero la vida sigue, y ésta no espera por ti. Él tenía que salir adelante. Y si bien no superaría a ______ fácilmente, él sabía que ella estaría feliz de verlo intentarlo. Y Lucinda lo había cautivado de una manera especial. Miró al cielo, buscando la aprobación de _______. Y cuando el viento chocó contra su rostro, supo que ella estaba de acuerdo. - Por supuesto. – respondió a Lucinda. No, nunca olvidaría a _______, quién, a pesar de todo, seguía siendo su esposa y dueña de su corazón. “Hasta que la muerte los separe”, dijo el padre el día que los casó. Louis negó para sus adentros. No, él estaba equivocado. El verdadero amor superaba barreras, incluso la muerte. Algún día se reuniría con ella y lo sabía. Pero hasta que ese momento llegara, él tenía que seguir viviendo. ♛RiiiitaStyles♛
Posted on: Sat, 22 Jun 2013 19:15:37 +0000

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