Cierto, son murales efímeros, pero son también el último - TopicsExpress

Cierto, son murales efímeros, pero son también el último bastión de placer en una ciudad donde el espacio y la arquitectura renunciaron al mismo. Por eso los lloramos, sobretodo estos, que de todos, manejaban cierta inteligencia política más allá de lo decorativo (que también es político). Mirarlos era recordarnos del para qué estamos vivos. Mirarlos desde la acera, café de la Hacienda San Pedro en mano, era recordarnos dos veces.