Como un escritor que entendía la literatura como un goce íntimo, no como una profesión, que presumía de ser de los pocos que “habían trabajado toda su vida, en serio, con chambas físicas”. Que escribía por la más pura necesidad de expresión, por necesidad fisiológica, por fatalismo, “porque la poesía, más que una vocación, es un destino”. Y que creía en la felicidad no como una realidad amurallada a conquistar, sino como algo que está todo el día en todas partes, esperando que, por un rato, tengamos la dicha de agarrarla.
Posted on: Tue, 15 Oct 2013 02:07:24 +0000
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