Concierto-recital ofrecido en octubre de 2002 por Mario Benedetti - TopicsExpress



          

Concierto-recital ofrecido en octubre de 2002 por Mario Benedetti y Daniel Viglietti en el cine La Esperanza de San Vicente del Raspeig (Alicante) Texto Juan Giraldo. Mario Benedetti y Daniel Viglietti son dos referentes de la palabra comprometida del Uruguay. No es casual que hayan decidido reunirse y que esa reunión haya perdurado en el tiempo, abriendo un espacio que fue resignificándose con el paso de los años. En 1978, cuando el poeta y el cantautor se encontraron en el exilio en México cayeron en la cuenta de cuánto había en común en lo que estaban escribiendo cada uno por su lado y así nació la idea de encontrarse en A dos voces. Lo que comenzó como una experiencia que respondía a la necesidad de alzar las voces y de unirlas en el exilio terminó siendo un espectáculo que mantuvieron durante 27 años, y que llevaron por distintos países. Lo que hicimos fue un trabajo casi de hilanderos, de tejido, empezamos a tejer confluencias, definiría más tarde Viglietti. Así se entrelazan las voces de ambos cantando y recitando en homenaje a Roque Dalton (A Roque, de Benedetti, Daltónica, de Viglietti), a Nicaragua, a Chile y Salvador Allende. Y así van desfilando clásicos de cada uno como Bandoneón y Por qué cantamos, entre lo más cantado y repetido en postales de la obra deBenedetti, La llamarada y Otra voz canta, entre los temas más conocidos del repertorio de Viglietti. Y están los versos que cada uno por su lado escribió en homenaje a Soledad Barret, la militante paraguaya secuestrada en 1962 en Montevideo y asesinada en Recife, Brasil, y que tienen un significado especial en el disco. Soledad no viviste en soledad / por eso tu vida no se borra / simplemente se colma de señales. Soledad no moriste en soledad / por eso tu muerte no se llora / simplemente la izamos en el aire, dice Benedetti en sus versos, que se cruzan con los de Viglietti: Una cosa aprendí junto a Soledad: que el llanto hay que empuñarlo, darlo a cantar... Otra cosa aprendí junto a Soledad: que la patria no es sólo un lugar... Una tercera cosa nos enseñó: lo que no logre uno, ya lo harán dos. Mario Benedetti recuerda la importancia que tuvieron estos versos en el origen de A dos voces: Con Daniel éramos muy amigos, desde hacía años. Nos encontramos en México, en el exilio, y empezamos a hablar de lo que estaba haciendo cada uno. Que esta canción, que este poema... Nos sorprendió encontrar que los dos le habíamos escrito a Soledad Barret, porque la habíamos conocido y le teníamos mucho cariño, cuenta el autor de Gracias por el fuego. Empezamos a ver que teníamos otros temas comunes, y así fuimos armando un recorrido de poesía y canción. Con el tiempo fuimos introduciendo muchos cambios en el repertorio, pero el poema y la canción de Soledad Barret siempre quedaron, son especiales para nosotros, explica el poeta, que antes de A dos voces ya había hecho la experiencia de llevar sus versos a los escenarios junto a Alberto Favero y Nacha Guevara, con éxito masivo.
Posted on: Mon, 04 Nov 2013 02:56:27 +0000

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